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PANORAMA AGROPECUARIO

El Municipio dice que el agua tiene poco arsénico, pero hay sectores que desconfían -

La campaña de recolección de granos gruesos en los campos del distrito arrancó con perspectivas de buenos rindes, pero productores y dirigentes ruralistas se quejan por la poca “previsibilidad” que existe en las políticas oficiales destinadas al sector.

La sequía primero, las abundantes lluvias después, hicieron presagiar una campaña negra en los campos de la región, pero ese panorama se revirtió apenas las máquinas comenzaron a trabajar en la cosecha de granos gruesos, con una recolección que registra muy buenos rindes.
Los productores locales admiten que tanto en maíz como en soja, los rendimientos están por encima de las expectativas, pero a la hora del balance, se quejan por la falta de “transparencia” en el mercado agrícola, por las dificultades de la ganadería y también por la pérdida de rentabilidad en los tambos.
En este sentido, el vicepresidente de la Sociedad Rural de Junín y delegado de la entidad ante Carbap, Rodrigo Esponda, consideró que la principal traba para los chacareros es la poca “previsibilidad” de las políticas oficiales para el sector y mencionó como ejemplos los casos de la ganadería, donde el productor “no sabe si quedarse con las terneras o venderlas”, y el de la lechería, ya que “los tambos están prácticamente en extinción” en el distrito.
Sobre las retenciones, dijo que hace falta “un plan integral”, porque si se sacan los impuestos al maíz, por caso, esta medida perjudicaría a la ganadería, que necesita de estos granos para alimentar a la hacienda y hoy está en situación de “quebranto” financiero. “Si quitan las retenciones al maíz, automáticamente sube un 23% el precio del maíz en el mercado interno”, graficó.
“La ganadería no se recupera, en este último tiempo hemos perdido un 2 ó 3 por ciento de stock vacuno, y lo peor es que hay productores que están desapareciendo”, dijo.
“Hace 30 ó 40 años, en Junín había un tambo cada dos cuadras, y hoy no superan los once tambos”, señaló Esponda. “Y eso que son tambos sumamente eficientes, que subsisten gracias a la agricultura o la ganadería”, amplió.

Mejor de lo esperado

“Posiblemente tengamos una buena cosecha, porque en la zona las lluvias cayeron cuando tenían que caer, aunque no va a ser récord ni la mejor de la historia”, dijo el dirigente agropecuario, y señaló que en otras regiones del país “la seca fue muy importante”, por lo que “no habrá buenos rindes”.
Con insumos para la producción que se comercializan en dólares y altos costos, Esponda afirmó que el productor está esperando vender la producción para saldar deudas y desmintió que “la burbuja inmobiliaria” tenga algún tipo de vinculación con el campo, ya que “el grueso de los productores no está en condiciones de salir a comprar lotes o casas, sino que tiene serios problemas de rentabilidad”.
Así, de cara a una nueva campaña, los pronósticos sobre el comportamiento que tendrán los maíces y la soja en los campos del distrito vienen cargados de optimismo.
Según los expertos, Junín se vio favorecida por un verano lluvioso que castigó en exceso a algunas zonas del país y que ni asomó en otras, ganadas casi por un clima de abrumadora sequía.
El nivel de humedad constituido en los suelos fue óptimo y la acción del sol tampoco estuvo ausente, factores que combinados suponen el uno más uno ideal para la madurez de los cultivos.

El maíz sorprende


En el plano de los resultados, los dividendos ya se están haciendo notar en los primeros lotes de maíz que empezaron a trillarse desde el mes pasado. “En esta etapa suelen cosecharse las plantaciones que están en peor estado, pero nos hemos encontrado con un saldo muy bueno, de hasta noventa quintales por hectárea. Yo diría que es una sorpresa, muy grata por cierto”, expresó Rafael Torello, presidente de la Sociedad Rural de Junín.
Otro de los que habló de un escenario más que favorable fue Juan José Cavo, ex titular de la agencia del INTA de Junín. “Lo que le faltaba al cultivo de soja de segunda y al maíz de segunda era cierta luminosidad, radiación y lo han obtenido. Yo creo que tanto uno como el otro van a tener rendimientos superiores a los normales, y cuando hablo de normales me refiero a 22 quintales por hectárea para la soja de segunda y cinco o seis mil kilos para el maíz de segunda. Creo que en ambos casos vamos a estar bastante por encima de ese promedio”, calculó.  
En cuanto a la soja de primera, Cavo aclaró que “todavía no logramos determinar cómo ha incidido la falta de luminosidad. De todos modos se prevé un óptimo rendimiento y vamos a andar, como mínimo, en las cifras habituales de un año bueno”.
“No hay que olvidarse que Junín se encontró en una zona de humedad, ni tan excesiva como más al norte ni tan deficitaria como más al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Por eso pienso que aún con la falta de luminosidad va a andar bien, al igual que el maíz de primera, del cual ya han empezado a trillarse algunos lotes pero en una cantidad muy poco representativa como para dar un diagnóstico. La expectativa es que los rindes sobrepasen los ocho mil kilos por hectárea”, agregó.
En la misma línea, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) de Junín, Fabián Cavallotto, afirmó que si bien las perspectivas en cuanto los rindes en la región son “muy buenas”, hasta el momento sólo se ha comenzado levantar el maíz y algunos lotes adelantados de la soja, por lo que “hay que esperar a que esté la bolsa llena” para determinar el éxito de la cosecha.

Dólar, deudas e insumos

Por otra parte, el dirigente rural afirmó que si bien la devaluación puede ayudar al sector a recuperarse de la crisis que atraviesa desde hace varios años, como consecuencia de las trabas a las exportaciones, la presión impositiva y las elevadas retenciones a la soja, “el productor, en líneas generales, está endeudado” y “compró los insumos en dólares”.
“La mayoría de los chacareros está esperando la cosecha para ver  qué le queda”, agregó. “La devaluación no cambia nada, porque los insumos también están en dólares; puede haber algún productor grande que se vea beneficiado, pero a los chicos no le significa nada”.   Para Torello, el tema más preocupante para el campo es la rentabilidad de los chacareros y pidió a la Provincia que interceda ante el Gobierno nacional para destrabar el tema de la leche, que consideró grave, y el trigo, que se tiene que empezar a sembrar en unos 30 días.  Para los ruralistas, faltan reglas claras para comercializar el trigo, ya que “habían prometido tres millones de toneladas el año pasado y han dado medio millón en marzo”, aseguraron, y agregaron que esto desalienta al productor. 

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