EXPANSIÓN GANADERA

Recuperan suelos salinos para las vacas

Tras años de investigación, técnicos del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) dependiente del INTA, encontraron la forma de controlar el exceso de sales en los campos con el objetivo de hacer de ella suelos productivos para la ganadería. Hoy 17 millones de hectáreas de Santa Fe, Buenos Aires y Chaco se perfilan como las zonas con mayor potencial.
Desde hace quince años la lucha por las parcelas de tierra se ha ido incrementado debido a la agriculturización que se viene dando en la Argentina, fenómeno que ha ido in crescendo y se ha extendido a regiones consideradas otrora marginales para la siembra de granos y carnes.
El cultivo de granos, en particular de maíz, trigo, girasol y soja, propios de la región pampeana central, se expandió hacia las zonas perimetrales de esa región y también a regiones extrapampeanas, como el NEA y el NOA.
En pocas palabras, los commodities no sólo le quitaron terreno sino que no permitió que la actividad vacuna se desarrolle con eficiencia y productividad. Según los especialistas, “esto era algo que se esperaba para dentro de 50 años, pero nunca se creyó que alcanzara esta magnitud”.

Es posible la recuperación

Frente a esto es que los especialistas encontraron la solución a los problemas de salinización y sodificación de los suelos formados en condiciones naturales.
Básicamente se trata de regiones que se caracterizan por poseer una red de drenaje escasamente desarrollada en función de sus bajas pendientes, lo cual determina que los excedentes de las precipitaciones sean evacuados con extrema lentitud hacia el océano, o directamente se eliminen por procesos de evapotranspiración de las plantas.
Sin embargo se pudo comprobar que con tiempo y buenas prácticas agrícolas, la recuperación de los suelos es posible. Un proceso que en condiciones normales puede llevar años y que “a veces no se logra”. Hoy se puede hacer en doce meses.
Como se dijo al principio, entre las regiones con más posibilidades productivas están el Chaco semiárido, los bajos submeridionales (norte de Santa Fe), en este caso se ve perjudicado el 40% de los suelos, y por último, la zona deprimida de la cuenca del Salado (centro y este bonaerense) y el noroeste de la provincia de Buenos Aires. 

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