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La devaluación del peso impacta de manera diferente en las actividades rurales.
GANADORES Y PERDEDORES

Cómo impacta la devaluación en el agro

Para las tres actividades, agricultura, ganadería y lechería, la depreciación del peso tendrá incidencia directa sobre los resultados económicos, afectando a cada una de ellas de manera diferente.

El campo, sin hablar, pedía a los gritos un dólar más alto me permitiera aumentar los ingresos a la hora de afrontar los costos de producción e insumos que están en pesos y, al mismo tiempo, mejorar los márgenes de rentabilidad que habían quedado por el piso.
Finalmente, la devaluación llegó como consecuencia de una corrida que aún no se sabe si terminó, y que le costó al país casi 20 mil millones de dólares de divisas fugadas, situación que además obligó al Gobierno a recurrir al Fondo Monetario Internacional para obtener la financiación que ya no le brindan los mercados.
Con un dólar que se ubica en torno a los 28 pesos, en lo que va del año la divisa norteamericana acumula un aumento del 50% y como se trata de una variable que incide de manera directa sobre la actividad agropecuaria, desde CREA analizaron los posibles impactos sobre las explotaciones agrícola, ganadera y lechera. 

La incidencia en cada caso

Para los principales cultivos de la actividad agrícola el precio de la producción está fijado en dólares. Sin embargo, desde CREA explicaron que parte de los costos se fijan en dólares y otra parte en pesos. Así, en caso de una depreciación, la relación insumo producto en la actividad agrícola no se ve afectada sobre los costos en dólares.
La actividad agrícola se ve mayormente beneficiada por la mejora en la relación insumo producto: “Si bien a largo plazo dependerá de cómo se trasladen los cambios en el tipo de cambio sobre los costos en pesos si esas mejoras se mantienen o no”.
Para la ganadería y la lechería, donde el precio del producto se fija en pesos, el impacto es inverso. Una depreciación del peso tiene un impacto negativo en la relación insumo producto, debido a que, en líneas generales, el precio pasado a dólares se “licua” y los insumos fijados en dólares no se ven afectados.
La ganadería, según sistema productivo y dependencia a costos en dólares, se podrá ver en mayor o menor medida impactada, mientras que la lechería, por su mayor dependencia a costos en dólares y la menor relación entre el precio de su producción y la cotización de la divisa, pareciera ser la actividad que más sufra una desmejora en su relación insumo-producto.

Tambos y cerdos, los perjudicados 

Las actividades más perjudicadas por la suba del dólar son la lechería y la producción de cerdos que sufrieron fuertes aumentos en sus principales insumos: el maíz cotiza a $ 4.250 por tonelada y la soja a $ 8.000. 
El último índice que elabora la CAME publicado en junio pasado sobre la lechería mostró que el precio promedio pagado al productor fue de $ 6,50 por litro, mientras que el valor medio de la leche en las principales cadenas de supermercados se ubica en $ 28,60. 
Respecto de la producción de cerdos, el último informe de CAME evidenció que en junio pasado el precio que recibió el productor porcino fue de $ 25,50 por kilo, mientras que el valor en los comercios fue de $ 158 por kilo. La participación del productor en la cadena de valor es del 16,1%.

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