Vélez no jugaba bien y no podía con Chivas, pero apareció Obolo y abrió el partido en el segundo tiempo. Después Insúa, de lo mejor, tuvo un doblete en un minuto. Y asunto liquidado: dos jugados y dos ganados en la Copa para los de Liniers.
Desde el arranque, los de Guadalajara se mostraron como un equipo ordenado, que por momentos le manejó la pelota a Vélez, sobre todo haciendo daño por el sector izquierdo. Y a la hora de marcar era un equipo corto, con mucha para recuperar la pelota. Desde ya, eso complicó al Fortín. Buscó en el primer tiempo a través de alguna pelota parada, aunque no lo consiguió. Estuvo lejos de tener esa profundidad que suele ser característica en cada presentación, sólo en el arranque preocupó.
En los primeros albores del segundo tiempo se repitió la misma escena. Chivas mantuvo su esquema, siendo un equipo corto, con suma entrega y mostrándose peligroso a la hora de atacar. Pese a ello, el equipo de Ricardo Gareca no bajó los brazos en su afán por conseguir la diferencia. Y, con empeño, sin jugar bien, sin ser claro a la hora de atacar, pero con entrega, el que encontró la llave de la salvación fue Mauro Obolo, uno de los refuerzos para este semestre, que está pagando con creces. El ex Arsenal ya lleva cuatro goles desde su vuelta a Liniers. Alivio para Gareca y compañía, ya que el equipo no estaba suelto en cancha y se abrió el partido.
Después, con los visitantes sintiendo el impacto del primer gol, apareció Federico Insúa, en dos oportunidades: hasta el momento, el Pocho había sido de los mejores enganchando.
Primero la metió aprovechando una falla en la defensa rival. Y, para completar, enseguida, con un remate ingresando al área grande, marcó una diferencia que poco tuvo que ver con el desarrollo del partido, ya que se le hizo cuesta arriba al dueño de casa conseguir la victoria.
De esta manera, Vélez se quedó con los tres puntos en Liniers y su gente festejó. En la próxima fecha jugará de visitante ante el Deportivo Quito de Gareca, en Ecuador, el 7 de marzo.
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