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MARKETING APLICADO

Profecías

La comodidad del pensamiento mágico.

A los hechos me remito, nada cambió después de las doce. La luz del mediodía golpeó nuestros párpados y la pesadez del miércoles que parecía domingo se transformó en la mejor evidencia. Ya no quedan rastros del delirio mágico que habita en las burbujas del champagne, de acá en más el cumplimiento de los deseos será consecuencia de nuestros actos.
Acaso por algún motivo, y en cierto momento de la vida, los adultos entendemos que el camino ya está hecho, que nuestra pareja tendrá su mejor forma a partir del envión inicial, que nuestras amistades se alimentarán del encuentro anual y que los negocios no necesitarán ningún tipo de actualización. La noticia es que nada de eso sucede por fuera de la actitud y aptitud como engranajes de la acción individual y/o colectiva.
Al parecer, le adjudicamos al cambio de año una serie de fortalezas por las cuales algo divino sucederá y nuestras expectativas quedarán colmadas.  Ahí estamos todos, en una espera cósmica reclamando a copa alzada ciertos cambios para el año que llegó.
Ya fue dicho en muchas frases que motivan esta columna, el punto radica en no esperar un cambio si no hacemos nada para que eso suceda. Léase como “suceso” a algún acontecimiento, interrupción o alteración que por sus efectos merece ser recordado y ahí está la clave.
Se preguntarán ustedes por qué motivo un publicista baja línea en este sentido. Lejos de adjudicarme alguna posición pastoral, pretendo llegar al hueso de la cuestión focalizando en la generación de acontecimientos que motivan cambios reales, y aunque a veces no suceda, a eso nos dedicamos los profesionales de la comunicación.
Lejos del misticismo postulo el valor de las ideas en función de su aplicabilidad real y tangible. Abandonar el estado de comodidad implica despertar dicho compromiso en relación a los efectos que pretendemos generar y así, tanto en la vida personal como en la profesional que sea una cuestión de causa y consecuencia para seguir soñando, con los pies en la tierra. 

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