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DE CARA A LAS VACACIONES 2014

Alquilar una quinta para pasar el verano cuesta entre $ 3.000 y $ 12.000 en Junín

Los martilleros locales afirman a pesar de haber un retraimiento en la demanda con respecto al año pasado, el precio de los inmuebles tuvo una escalada de entre el 20 y el 25 por ciento.

Cada vez falta menos para que el verano asome a pleno y en Junín, la consigna de la mayoría será ganarle a ese calor impetuoso que llega en diciembre y se va con las primeras brisas de abril.
En tren de conseguir el bienestar que esa etapa del año requiere, muchas familias tienen en sus planes pasar la temporada en una casa quinta, en lo posible con mucha sombra y pileta.
Ahora bien, para aquellos que no pasaron de la idea a la acción hay dos noticias que deberían impulsarlos a apurar el trámite: en primer lugar, no son muchas las plazas disponibles que hay en la Ciudad para afincarse durante el período veraniego; y en segundo lugar, lo poco que hay subirá su cotización día tras día hasta, por lo menos, fines de diciembre, pronóstico sencillo de acertar si se conoce –cuanto menos de manera básica- cómo funciona el mecanismo de la oferta y la demanda.  
Por lo pronto, alquilar una finca en las afueras del casco urbano puede costar entre 3.000 y 12.000 pesos mensuales, una escala que está supeditada a la ubicación y a las comodidades del inmueble.

“No hay mucho disponible”

El presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Junín, Daniel Di Palma, admitió en declaraciones a Democracia que el mercado de los arrendamientos no está teniendo en las casaquintas su costado más fértil. “En esta época hay consultas, pero lo que no se puede es ofertar mucha cantidad porque no hay demasiado disponible. La mayoría de las quintas están alquiladas como viviendas permanentes o están ocupadas por sus dueños; hay muchas en construcción pero no quedan para la temporada”, describió el profesional.
Consultado sobre las valuaciones de las propiedades, Di Palma aclaró que ese aspecto  depende del lugar y de las comodidades, pero puntualizó que los precios “están en el orden de los tres mil a los diez mil pesos mensuales en los meses de alta temporada”. Un veinte o veinticinco por ciento más caros que el año pasado.
“En la medida en que no haya propiedades en oferta, lo que aparezca el propietario va a subir sus pretensiones. No tenemos registro de cantidad de plazas, solamente podemos afirmar que hay muy poca disponibilidad”, manifestó.
En esa misma línea se pronunció Claudio Manzione, quien sin embargo observó una fuerte caída en la demanda. “En años anteriores, promediaba agosto y ya nos empezaban a matar a llamados pidiendo que le consigamos un lugar para pasar el verano. Eso en 2013 aún no está ocurriendo, son muy pocas las operaciones que se concretaron y, en mi caso, la cantidad de gente que me llamó hasta ahora es muy inferior a la que lo había hecho a esta misma altura de 2012”, reveló.

“Cambió la demanda”

Ernesto Morales, otro de los comerciantes del rubro inmobiliario a los que llamó este diario para profundizar el panorama referido al alquiler de casaquintas, coincidió con Di Palma en que las unidades habitacionales incrementaron su valor “alrededor de un veinte por ciento” de enero a esta parte, aunque a su criterio eso no hizo mella en el interés de muchas familias deseosas de abandonar el cemento febril y desplazarse hacia territorio suburbano.
“La demanda por ahí no tiene la intensidad y la constancia de otros tiempos, pero está. El problema es que no hay mucho para ofrecer y lo que hay quizás no se ajusta al patrimonio del público demandante”, explicó Morales.
A su vez, el martillero señaló que existe un aumento en la demanda de casaquintas para utilizarlas como vivienda permanente. “Esa es una de las razones que han jugado a la hora de explicar las razones de que haya poca cantidad de unidades para veraneo”, indicó.

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