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ES UNO DE LOS MÉTODOS MÁS USADOS PARA PREVENIR EMBARAZOS

Preocupante aumento en la venta de la “píldora del día después” en la Ciudad

Farmacéuticos aseguran que la pastilla ganó terreno por sobre otros procedimientos anticonceptivos más convencionales, como el preservativo, el DIU o las inyecciones. Afirman que por día están vendiendo un promedio más alto que meses atrás.

Por desconocimiento o imprudencia, el abuso de la pastilla anticonceptiva de emergencia, más conocida como la “píldora del después” es una realidad que se palpa con claridad en las farmacias juninenses.
Varios comerciantes dedicados a ese rubro confirmaron que la tendencia que se viene dando en todo el país se confirma en el ámbito local, y algunos de ellos hasta se animan a dar cifras concretas.
Por ejemplo, Romina Sisto, de la Farmacia Verrilli, y Juan, propietario de Farmacia Basualdo, coincidieron en que a sus respectivos negocios acuden entre ocho y diez mujeres en busca del comprimido salvador que las libere de afrontar una maternidad no deseada.
En ese mismo sentido, Sandra Chiesa, de la Farmacia Talleres, dijo que se nota “mucho abuso” del producto postcoital y no dudó en aseverar que muchas chicas lo usan como anticonceptivo cuando tienen relaciones casuales.
“Lo que ocurre es que la pastilla es más económica y más cómoda, entonces muchas parejas ponen el foco en protegerse de un probable embarazo más que en protegerse de contraer alguna infección”, le dijo Chiesa a Democracia.
La farmacéutica describió que “la pastilla del día después” está compuesta por 1,5 miligramos de una hormona llamada Levonorgestrel, la misma que aparece en un anticonceptivo mensual pero en una proporción quince veces inferior.

Mucha demanda

Los profesionales consultados por este medio no tuvieron diferencias al cuantificar la demanda de la píldora que ya dejó de ser un instrumento válido para urgencias para convertirse en una sustancia de consumo habitual.
“El hecho de que no haga falta una receta influye mucho. Acá las vendemos todos los días, y el pedido se acrecienta un poco más los fines de semana. Estamos en el orden de las ocho o nueve pastillas por día”, comentó Sisto.  
Por su parte, Chiesa afirmó que se pueden vender hasta tres o cuatro grajeas por día y en los turnos (es decir, entre las ocho de la noche y las ocho de la mañana) se duplica.
“Se están comercializando aproximadamente 50 cajas por mes”, estimó.
Con respecto a las edades con mayor prevalencia en la ingesta de la pastilla, los comerciantes consultados marcaron que se nota una leve superioridad en la franja etaria que va de los 20 a los 30 años.
Romina Sisto sostuvo que “el incremento está mostrando la falta de un anticonceptivo seguro, permanente, para lo que es una relación sexual. Son aquellos como el preservativo, que previenen la transmisión de enfermedades o embarazos no deseados”.
Sobre el consumo de la píldora, que es de venta libre y cuesta 30 pesos, consideró que “está demostrando un fracaso o no persistencia en relación a la educación”.
“No es seguro. Depende de cuántas horas después de la relación se tome y en qué ciclo de la menstruación está la mujer. En definitiva, la píldora es de emergencia, cuando fallan otros métodos, como puede ser la rotura de preservativo o la duda sobre si tomaron o no los anticonceptivos permanentes”, remarcó.
Después, señaló que “el otro gran problema es que se da en relaciones circunstanciales y no en parejas estables” y que “hay que tener en cuenta que eso no es un compromiso solo de la mujer sino también del varón”.

Sólo en farmacias

Democracia extendió la consulta al área de Tocoginecología del Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro”, cuya responsable, María Isabel Somma, quien señaló que no hay aumento de consultas de anticoncepción de emergencia.
“Las razones pueden corresponder a que las implicadas van directamente a la farmacia, lo que no está bien. Es decir, deberían las usuarias consultar al médico para la prescripción del medicamento”, explicó Somma. 

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