ENCUESTA EN JUNÍN SOBRE RECURSOS HUMANOS

Empresarios locales advierten un déficit en la comunicación y falta de compromiso

Así lo indica un estudio realizado por un grupo especializado en el tema. Aseguran que éstos, son los aspectos en los que “menos capacitados están” los líderes juninenses. Además, señalan que hay “un cambio de paradigma” en las relaciones laborales.

Los principales déficits en las relaciones laborales pasan por la falta o las fallas en la comunicación y la escasez de motivación por parte de los empleados.
Así se desprende de los resultados de una encuesta realizada dentro del empresariado local, desarrollada por el Grupo Interdisciplinario de Investigación y Desarrollo de Recursos Humanos de Junín, una organización integrada por profesionales en la materia.
El estudio revela que el 22% de los encuestados se inclinaron por la primera opción, mientras que un 21% eligieron la segunda, dejando más atrás otras alternativas, como falta de capacitación, dificultades salariales o relaciones interpersonales.
“El resultado más llamativo es que lo que más le preocupa a los mandos medios y altos de Junín son las llamadas ‘competencias blandas’ dentro de los recursos humanos, que en este caso se traduce en problemas de comunicación y la falta de motivación o compromiso de los empleados”, explica Viviana Acosta, del grupo que realizó la encuesta, para luego agregar: “Frente a lo que uno puede llegar a presuponer, que es que el mal clima laboral procede de que los empleados sienten que no se les paga bien, en realidad surge de estas cuestiones que nosotros trabajamos”.

Análisis

“A mí me parece que surgieron esos temas porque son en los que menos capacitado está el empresariado de Junín –continúa Acosta– porque, normalmente, quienes están en puestos medios o altos de las empresas suelen estar formados en ciencias duras, entonces van desarrollando su liderazgo desde ese lugar”.
Los realizadores de este sondeo destacan que se formularon tres preguntas diferentes y en todas, las respuestas apuntaron hacia estos temas.
“En referencia a la comunicación, no necesariamente significa que falta, sino que muchas veces la que hay es mala”, agrega Ana Vacarini, integrante de la agrupación.
Su compañera Lorena Bramajo puntualiza que también “hay un problema con la escucha” y remarca que “es importante que en esta encuesta el mando medio o alto se dé cuenta de que hay una dificultad con la comunicación, porque eso significa que dentro de ese problema están involucradas todas las partes, no solamente los empleados o los jerárquicos”.

Falta de motivación

Otro punto sobre el que los empresarios hicieron foco es en el de la falta de motivación.
Acosta sostiene que “una de las cuestiones a considerar, tiene que ver con que las nuevas gestiones no se comprometen de la misma manera que las anteriores: uno ve que la gente de 50 años vive para trabajar y que la mayor parte de su vida pasa por el trabajo, mientras que los de 30 o algo más, buscan un equilibrio entre la vida laboral y la personal, y los más jóvenes aún, quieren menos trabajo, menos horas y si pueden hacerlo desde su casa, mejor. Por supuesto que, al ver esto, a la gente más grande le va a parecer que los jóvenes no tienen compromiso”.
Bramajo va más allá en el análisis y asevera que esto es así porque, en muchos casos, “son chicos cuyos padres se la jugaron durante años por una empresa que después los dejó en la calle, entonces la reflexión es: para qué voy a trabajar 20 horas por una compañía que después me deja sin trabajo”.
Es lo que Leticia Artime –otra integrante del grupo investigador– llama “un cambio de paradigma” al que “hay que adaptarse”.
Desde este espacio consideran que el desafío de los líderes de hoy es el de lograr un trabajo en equipo con colaboradores tan diferentes, no sólo en edad, sino en cultura, modelos mentales y demás.
Para Acosta, “en la supuesta falta de compromiso de los empleados, está la contrapartida que es, cómo se los motiva: para eso hay que tener en cuenta que hace algunos años se estimulaba a los empleados con la posibilidad de lograr un ascenso o de participar en reuniones de directorio, después de un tiempo largo de trabajo, mientras que ahora, las motivaciones para un chico de 18 años pasan por otros lugares”.
Es que este “cambio de paradigma” implica que años atrás, la persona que entraba en un trabajo proyectaba una carrera a largo plazo, “y los jóvenes en la actualidad no tienen esa visión, sino que esperan los beneficios hoy”.

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