La tropicalización del clima, eje de una polémica entre expertos

Nos estamos o no tropicalizando? Esa, según surge de las opiniones y debates de varios especialistas en clima, parece ser la cuestión.
Es que los entendidos no logran ponerse de acuerdo: mientras algunos aseguran que enfilamos directo hacia un clima tropical en la Región, otros desestiman esos vaticinios meteorológicos y confían en que el mayor cambio del clima pasará sólo por estaciones más desdibujadas que años atrás, pero de ninguna manera por una tropicalización que obligaría a cambiar radicalmente nuestros hábitos.
La polémica, o el debate, están planteados. En los últimos días, por caso, el meteorólogo argentino Osvaldo Canziani, un experto que integró el Panel Intergubernamental de Cambio Climático que ganó el Premio Nobel de la Paz hace cinco años, aseguró que el efecto invernadero afecta cada vez más el clima de Buenos Aires y alrededores, y que eso se debe, sencillamente, a que “estamos avanzando hacia la tropicalización” de toda la región.
De acuerdo al diagnóstico de Canziani, las temperaturas mínimas fueron subiendo marcadamente y la humedad aumenta por el calentamiento de los océanos, un fenómeno que se percibe más en las grandes ciudades. “La población urbana sigue creciendo y la ciudad pasará a ser el hábitat común, con todos sus problemas”, advirtió.
Atento a estos dichos, el meteorólogo platense Juan Manuel Horler ofreció una mirada distinta sobre la cuestión: “El clima puede cambiar -dijo-, pero de ninguna manera se tropicaliza. Escuché el diagnóstico de Canziani y me parece una opinión muy respetable y seria, pero yo no la comparto del todo. Además, me resulta ilógico hablar de un clima que se tropicaliza en un territorio donde estamos sufriendo sequías. No tiene relación”.
Por su parte, el jefe del Servicio Meteorológico local, Luis Lanare, agregó: “Lo que se puede observar es que en los últimos 20 o 30 años hubo un corrimiento de las estaciones. Hoy no están bien definidas. En invierno, por vientos cálidos que entran desde Brasil, ha llegado a hacer 30 grados, mientras que hubo días de verano muy fríos.  Las temperaturas se van entremezclando entre estación y estación”.
En la misma línea, indicó: “También las precipitaciones sufren desfasajes, acarreando severas consecuencias. De hecho, lo normal para Junín es que en enero lluevan 140 milímetros en promedio, y ya estamos a mitad de mes y sólo llovieron 23,3”.
El especialista local afirmó, además, que “la tendencia está marcada por la corriente de La Niña, aunque se estima que entre marzo y abril comience a atenuar los efectos que está causando, reanudando el ciclo normal de precipitaciones”.

Cambio climático

En una entrevista reproducida por distintos medios, Canziani había dicho que el cambio climático está produciéndose en todo el planeta, y que en nuestra región ya se están observando cambios. “Hay que prepararse y tomar medidas ahora -sostuvo-, medidas que necesitarán de la colaboración de toda la población para que se puedan llevar a cabo. La ola de calor que estamos viviendo es parte de este gran cambio”.
Sobre esto, Horler apuntó que “en los últimos días se habló mucho de la ola de calor que sufrimos y se la relacionó con el cambio climático, algo que considero equivocado. Si nos atenemos a los registros estadísticos, vamos a descubrir por ejemplo que a fines de enero de 1957 hubo tres días seguidos donde la máxima real llegó a 40 grados y medio, todavía mayor que los 37,9 que se registraron en los últimos días”.

Nuevos hábitos

Cuando se le consultó sobre la necesidad de un cambio en el estilo de vida de la gente, Canziani había dicho que esas modificaciones en ciertos hábitos resultaban fundamentales para prevenir males mayores. “La gente consume olvidando la existencia de límites -apuntó-. La última reunión de científicos en Estocolmo determinó la limitación de recursos. Ya se comenzó con la extracción de petróleo en rocas y eso contamina las pocas napas que aún quedan”.
Al mismo tiempo, el científico destacó la necesidad de explotar otras fuentes de energía que impliquen un mayor respeto por el medio ambiente. Según dijo, la energía solar podría “reemplazar en su totalidad” a la eléctrica, aunque todavía resta mucho trabajo en lo que refiere al traslado de la energía. “Las grandes ciudades necesitan un trabajo de coordinación”, sostuvo.