Dos Pastorinos Amps.
Dos Pastorinos Amps.
ADEMÁS DE PEDALES DE EFECTOS

Los juninenses que fabrican equipos de guitarra y bajo de manera artesanal

Se trata de Fernando “Piti” Barbi y Pablo Pastorino, quienes en sus talleres vuelcan sus conocimientos en electrónica y crean los equipos logrando un sonido que conquistan a los músicos de quienes reciben elogios y reconocimientos.

Tener un equipo de guitarra o bajo importado puede ser muy costoso hoy en día, pero no imposible. Es que, además de los luthiers que crean instrumentos musicales, existen juninenses que fabrican clones de amplificadores a pedido y pedales de efectos (“Made in Argentina”).

Se trata de Fernando “Piti” Barbi y Pablo Pastorino, quienes en sus talleres vuelcan sus conocimientos en electrónica y crean los equipos de manera artesanal logrando un sonido que conquistan a los músicos de quienes reciben elogios y reconocimientos.

El ingeniero en sonido Fernando Barbi, recibido en la Universidad Nacional del Tres de Febrero en el 2020, explicó a Democracia sus comienzos en el mundo de los amplificadores: “Arranqué con el armado de equipo de guitarra como una curiosidad”. 

“A mí siempre me gustó lo que es la electrónica de audio, y como siempre me dediqué a grabar, a mezclar, a hacer sonido en vivo, también me interesaba la otra parte, la de cómo están compuestos los equipos”, indicó 

Además, “me gusta lo que es armar los amplificadores de micrófono, todas esas cuestiones, así que arranqué armando unos pedales valvulares, ya que a me interesa mucho lo que es la parte valvular”, señaló.

Así fue que de a poco comenzó haciendo unos pedales de efecto. “Como siempre uno va metiendo la pata a medida que va aprendiendo, comprando componentes y armando cosas, después migré hacia la parte de los equipos, me armé uno para mí, un valvular que es un clon de un Fender”, afirmó.

Luego, empezó a hacer equipos a pedido de conocidos. “Es todo muy artesanal y casero. Yo vivo en Capital, donde trabajo, también, como ingeniero en sonido en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en la parte de docencia, en las ramas de todo lo que es la ciencia de la grabación, así que siempre estoy vinculado al ambiente musical de esa manera”, destacó el responsable de la marca “Barson, Audio/Electrónica”.

En relación a los equipos de guitarra y bajo, Barbi explicó que se trata de “comprar los componentes, que por suerte hoy se consiguen, y obviamente los precios van cambiando, va cambiando mucho porque el mercado nuestro es bastante volátil”, dijo.

“Lo que son los chasis de aluminio los mando a pedir a una empresa en Rosario que los fabrica a medida. Después todo lo que es el gabinete de madera para ubicar todo lo que es el parlante y el gabinete de aluminio, que es donde está el circuito, me lo hace un conocido que está en Buenos Aires. También tiene algunos modelos ya hechos y vos le decís cual querés, él te lo fabrica a pedido, y te deja elegir el color”.

Lo que hace son clones. “Me piden tal equipo de tal empresa, yo busco el esquema por internet, lo estudio, lo pruebo y trabajo sobre eso. Si el cliente me pide alguna modificación, se la hago”, informó. 

“También, he hecho algunos de diseño propio, pero casi siempre se basan en esquemas ya hechos. Es como que ya está todo inventado y se trabaja sobre eso”, concluyó. 

“Me fui animando”

Por su parte, Pablo Pastorino, responsable de “Pastorino Amps”, recordó sus inicios en el mundo de la fabricación de amplificadores: “Alrededor de 2010, volvía a tocar y empezaba a querer tener un equipo mejor, una guitarra mejor. Entonces, bueno, se me dio por investigar un poco los equipos valvulares. El guitarrista Julio Timo tenía un valvular, Fender Deluxe, que me gustaba, y costaba demasiado, entonces vi la posibilidad de importarlo y ver si lo traía desde afuera, ya que me salía más barato”.

“Por el problema de traerlo y el peso del equipo en sí también, implicaba un flete y no averigüé mucho, por lo que buscaba algún conocido que pudiera llegar ahí, pero se me fue un poco las ganas, y me metí a buscar equipos clásicos a ver cómo eran, y mostraban alguna foto de cómo eran adentro”, dijo.

“Veía que adentro tenían un montón de cables, no muy complicados, una maraña muy grande de cables. Yo a esa altura, más allá de soldar un cablecito, no tenía idea de nada. Soldar mis fichas de guitarra y algún potenciómetro era lo que hacía hasta ese momento”, reconoció.

Después “Julio (Timo) me fue pidiendo pedales, y a los equipos, en la medida que fui entendiendo, los fui modificando de acuerdo a los gustos de los demás, al gusto mío, empecé a realizar algunos equipos, y me fui animando a hacer cada vez pedales más complejos”, explicó. 

“Cambié todos mis sets de pedales por eso, y me fui animando y en la medida que fui conociendo un poco los fui modificando. Los equipos míos los desarmaba, les cambiaba la estética, les buscaba que me agradaran en cuanto a sonido, que tuvieran las definiciones, un montón de cosas que era mi hobby y me fue llevando y me ayudaba a solventarlos”, destacó Pastorino.

También, con el correr del tiempo, fue conociendo más equipos. “Había hecho un equipo tipo Fender Champ, que básicamente lo usan mucho: había un flaco que estaba enamorado de ese equipo y había hecho otro para un amigo que tocaba la guitarra y en un momento en el Club del Blues usaban la mayoría de equipos míos o que habían pasado por mis manos”, afirmó.

Luego “empecé a modificar. Incluso me traían equipos argentinos viejos y yo, conociendo un poco como eran los componentes, los iba convirtiendo en equipos clásicos porque básicamente eran los mismos, eran copias en ese momento y la única gran diferencia podría llegar a ser alguna calidad de componente, como puede ser un potenciómetro, o no tener en claro quizás las especificaciones de un equipo americano”, informó.

“Empecé a hacer también algunos preamplificadores valvulares, para colorear algún equipo transistorizado. Realmente no los cobraba nada, pero era mi satisfacción, era como restaurarlos y darle alguna característica que yo sabía que un violero le iba a gustar, o un bajista”, subrayó.

“Trataba de convertir el equipo ese viejo en uno nuevo, o directamente usar el chasis y los componentes y montar un equipo, un clon, como los que hacía yo, directamente con los componentes del otro equipo y ya no dejaba de ser el equipo viejo para pasar a ser uno que había hecho yo con componentes reciclados”, concluyó.

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