EL OBSERVADOR

Solidaridad y verdad

Cualquier atentado, motivado por la causa que fuere, merece repudio hacia quien lo perpetra y lo instiga. Merece además solidaridad a favor de quienes lo padecen. La violencia es un límite que nunca debe ser traspasado.
El reciente episodio ocurrido en los talleres del diario La Verdad amerita, por tanto, el repudio y la solidaridad de DEMOCRACIA. Y reclama además una pronta y exhaustiva investigación a fin de determinar responsabilidades penales.
En tal sentido, resulta vital que la Justicia pueda investigar el hecho sin presiones y que las acusaciones provengan del fiscal que deba intervenir en la causa, como acusador que vela por el bien público.
No debe la Justicia, en este como en cualquier caso similar, descartar ninguna hipótesis. Como sea y como finalmente determine la Justicia, nadie puede desconocer que el hecho de violencia implica también un atentado contra la libertad de expresión. Sea quien sea el culpable.
La libertad de expresión es un bien público que trasciende a quienes producen medios de comunicación. Es un bien que garantiza la pluralidad de ideas. Que impide el pensamiento único. Que acicatea el libre albedrío del ciudadano.
De allí, que DEMOCRACIA expresa su solidaridad de circunstancias. Como respuesta concreta al intento de acallar una voz y como demostración de su firme creencia en la libertad de expresión.
No puede desconocerse que DEMOCRACIA es fiel al legado de su fundador. Dice siempre la verdad.

COMENTARIOS