Martín Tetaz.
Martín Tetaz.
LOS PRECIOS, “POR LAS NUBES”

Emisión monetaria y presión inflacionaria: el análisis y las expectativas de economistas

Democracia realizó una rueda de consultas con prestigiosos profesionales: Guillermo Fontán, Martín Tetaz y Santiago Aguiar brindaron sus puntos de vista sobre el presente y el rumbo del país de cara a las elecciones y al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

La presión inflacionaria continuará este mes, cuando están previstos aumentos en medicina prepaga, remuneración de empleadas domésticas, y cuotas de colegios privados, que podría originar una aceleración de la inflación mensual por encima del 3%, además de la suba generalizada en el precio de los alimentos, que –como publicó ayer este diario- ya se siente en las góndolas juninenses, y la emisión de cara a los comicios legislativos. 

En este escenario de fuerte presión inflacionaria, Democracia consultó a economistas para analizar el panorama actual y las perspectivas en un año que, además de las turbulencias en la economía, tiene por delante las elecciones y la necesidad del Gobierno de cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Guillermo Fontán, docente de Microeconomía y Macroeconomía de la Unnoba, afirmó: “La emisión monetaria no es la única causa de la inflación, ya que hay muchos componentes como la inflación de costos, de expectativa o demanda. En este caso particular, en el que el Gobierno está emitiendo sin tener presente las reservas ni el circulante mínimo, presiona sobre la demanda y la inflación”.

Y advirtió: “Lo más grave es que la moneda local cada vez tiene menos respaldo con respecto a las monedas fuertes, como el dólar, por lo que el Gobierno está jugando un juego muy peligroso en vista de las elecciones de noviembre. Después tiene que considerar que le toca gobernar durante dos años en una situación explosiva”.

“Hay que ser prudente. Y sin dudas la emisión monetaria es hoy la principal causa de la inflación. Esta situación tiene que tener un límite y me parece que después de las elecciones van a tener que tomar el toro por las astas”, vaticinó. 

“Hoy el dólar blue es un mercado chico, pero es indicador de las distintas expectativas, ya que ante el aumento del mismo se traslada a los precios de la canasta alimentaria, entre otras. Además, la gente quiere comprar dólares porque es una moneda fuerte, ya que el peso no lo es”, sostuvo.

Para el economista, falta “un plan de estabilización, un alineamiento de las principales variables de la economía, en términos de precios, básicamente con las tarifas, el tipo de cambio, los precios mayoristas, los precios internos de cada uno de los bienes que se conforman, y sin duda alguna el salario. Se deben sentar y coordinar en una situación complicada en la cual todos debemos resignar un poco”.

“La economía hoy está creciendo y es real. Pero por otro lado la microeconomía está atada a los ejes individuales: los que consumen y los que producen.

Y por qué no llega el crecimiento a la microeconomía, porque la tasa de financiamiento para comprar una máquina es carísima. Y las familias no tienen poder adquisitivo porque cada semana les aumentan las cosas”, señaló.

Y añadió: “Es por eso que no crece la demanda a los niveles esperados y la tasa de inversión de las empresas para enfrentar la producción, contratar mano de obra y generar empleo, tampoco se lleva adelante”.

El economista Martín Tetaz afirmó a Democracia que “el aumento de la emisión no se traslada a los precios de manera instantánea. Hay un proceso: empiezan a subir primero los activos financieros y por eso vemos recalentarse el dólar, tanto el blue como el paralelo legal en sus distintas versiones, ya que el Gobierno ahora interviene en el contado con liqui, que está en 192 pesos”.

Y agregó: “Detrás del dólar viene el resto de los precios de la economía corriendo. La mayor emisión va a recalentar los precios después de las elecciones y esto el Gobierno lo sabe. No hay mucha alternativa”.

En la vereda de enfrente, el economista juninense y miembro del BICE afirmó a Democracia: “Economistas de corte neoliberal suelen tener una mirada muy monetaria de la inflación y asumen que cualquier tipo de aumento de la oferta monetaria tiene un impacto directo en los precios. Yo soy de los que piensan que la inflación es un problema multicausal, particularmente en países como la Argentina, que tienen una inflación estructural. Tenemos años de macrismo de un ajuste fiscal feroz e inflación de 40 puntos, la relación entre la política monetaria y la inflación, evidentemente, no es directamente proporcional”. 

“La emisión tiene un efecto sobre la inflación, por supuesto, pero los países del mundo han tenido incluso una emisión monetaria más alta que la Argentina durante la pandemia. La pandemia, como efecto extraordinaria, necesitó políticas de asistencia inmediata, no solo para sostener a los asalariados, sino también a las empresas”, dijo. 

“El Gobierno este año está tratando de llegar a acuerdos de precios. No hay que olvidarse que en la Argentina la mayoría de los productos primarios, de primera necesidad, están concentrados en las grandes empresas, hay oligopolios, en los comestibles, lácteos, productos de limpieza, las carnes. Es necesario encontrar acuerdos con los formadores de precios y brindarles cierta previsibilidad. En un marco de acuerdos de precios es posible que la inflación tienda a bajar mes a mes, con un fuerte énfasis en la mejora de los salarios, para que vayan más rápido que los precios y poder recomponer el salario. Siempre es importante la relación precio-salario y el poder adquisitivo. En la medida en que la Argentina pueda contener precios y recuperar salarios, va a ir recomponiendo la situación económica. Y eso creo que es el plan que está llevando adelante el Gobierno nacional”.  

La discusión no está en que Argentina deba llegar a un acuerdo, sino en el condicionamiento de política económica que pretende el Fondo. Argentina pretende un plan de pago que le permita crecer para pagar y condicionamiento de mediano y largo plazo, no con la receta típica del Fondo, que cierra un acuerdo y enseguida te pide austeridad fiscal”, señaló. 

“Argentina no tiene muchas alternativas, el Gobierno tiene que inyectar dinero en la economía para que se reactive la rueda del consumo, porque el 75% del PBI está explicado por el consumo interno; Argentina no es un país que genere riqueza con dinero del exterior, como otros países. Una vez que se reactive el consumo, se va a despertar la economía, va a empezar a crecer y ahí sí, con el tiempo se pueden pensar políticas monetarias más restrictivas, pero no es ahora ni el año que viene. El año que viene va a ser necesario apuntalar el ingreso”.  

El fantasma de la hiper
Fontán afirmó que “la hiperinflación es un fenómeno en el que se exacerba la tasa de crecimiento exponencial. Cuando hubo hiperinflación, de la que todavía estamos lejos, en Argentina llegó a haber dos puntos diarios”.

Y agregó: “Difícilmente el nivel de inflación esperado para este año esté por debajo de los 45 puntos, pero los niveles de hiperinflación son muchos más alarmantes. Creo que antes de esto se debe encarar un plan de estabilización y no un plan de ajuste”.

“Otra alternativa es que haya un ajuste feroz al estilo del ‘Rodrigazo’ del 75, pero quiero creer que todavía tenemos un margen para pensar en un plan de estabilización y no en un escenario de inflación”, destacó.

Tetaz manifestó: “La hiperinflación requiere más que la emisión, ya que se necesita que se derrumbe la demanda de dinero. Hoy eso no está ocurriendo. Además, está recontra encepada la demanda de dinero. El año pasado ocurrió que se fueron 124 mil millones de pesos de los bancos al dólar y después el paralelo subió a 195 pesos. Ese salto podría haber terminado en una hiperinflación, pero no pasó, se compuso la demanda y ahora el propio Gobierno encepó a las empresas impidiéndoles ir al contado con liqui, que son las que tienen plazos fijos. De esta manera evitó que se dolaricen y se quedaron con los plazos fijos”.

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