Diariamente llegan a Junín más de mil paquetes por transacciones comerciales hechas de manera online.
Diariamente llegan a Junín más de mil paquetes por transacciones comerciales hechas de manera online.
UN FENÓMENO QUE CRECIÓ CON LA PANDEMIA

Comercio electrónico: ingresan más de mil envíos por día por ventas online

El e-commerce está teniendo un fuerte impacto en Junín. La mayoría de las encomiendas que llegan son de electrónica e indumentaria. Referentes locales admiten que esto genera inconvenientes, aunque también lo ven como una oportunidad para quienes se adapten. Para compensar, los locales chicos apuestan a fidelizar al cliente. En Comercio e Industria afirman que seguirán con las capacitaciones.

Uno de los efectos de la pandemia por Covid-19, a partir de las restricciones dictadas por las autoridades nacionales, fue el crecimiento exponencial del comercio electrónico, puesto que la imposibilidad de moverse y de realizar compras a la manera tradicional hizo florecer las opciones de la venta online.
Este fenómeno potenciado por la cuarentena se da también en Junín. Tanto es así que, de acuerdo con consultas que hizo Democracia en Correo Argentino y en las otras tres empresas privadas que se dedican al reparto de encomiendas por la venta online, a Junín ingresan más de mil paquetes diarios, en promedio, enviadas desde Mercado Libre y otras plataformas similares.
“Lo que más se ve es todo lo que tiene que ver con electrónica y después la indumentaria. Uno se da cuenta por las cajas: si hay un televisor, una notebook o unas zapatillas”, explica el gerente de una de estas empresas, que agrega más datos: “Curiosamente, durante la pandemia empezamos a recibir bicicletas, algo que no sucedía prácticamente nunca y de repente teníamos ocho o diez para entregar. También hubo un aumento en la llegada de elementos para hacer actividad física en la casa”.
Esta circunstancia está impactando en las ventas en Junín. Si bien no todo el comercio es lo mismo y hay diferencia entre los rubros, el desarrollo de las ventas online les acercó a los consumidores más alternativas, en muchos casos en detrimento de las opciones locales.
No obstante, el e-commerce también abre posibilidades a los negocios de aquí. De hecho, ya hay quienes lo están aprovechando. “Acá tenemos una zapatería que despacha un promedio de entre cincuenta y sesenta paquetes diarios”, explican a Democracia en uno de los correos. En otro, remarcan que una casa de electrodomésticos envía “cinco o seis pallets por día”, que es lo que vende por su página y debe entregar en diferentes lugares del país.

“Vino para quedarse”
Sobre este tema, el presidente de la Sociedad Comercio e Industria de Junín (SCIJ), Marcos Maroscia, explica que en Junín el comercio electrónico “era una tendencia que se veía venir” aunque “estaba todavía algo lejos y la pandemia aceleró los tiempos”.
Según su análisis, algunos meses atrás “había una diferencia de precios marcada pero hoy ya no es tan así, porque las comisiones de Mercado Libre son más elevadas”.
Para Maroscia, aunque haya alguna distancia en el valor de las cosas que se adquieren en la ciudad respecto a lo que se puede conseguir online, “hay que tener en cuenta que acá hay que sumarle un flete y, además, ante algún problema se puede ir al lugar donde se hizo la compra y hacer el reclamo en el momento, en cambio, cuando se hace por comercio electrónico hay que mandarlo de vuelta y es un trámite más engorroso”.
Con todo, el titular de SCIJ cree que este es un sistema “que está instalado y vino para quedarse”, por lo que hay que adaptarse: “Lo que antes prácticamente no se usaba hoy es un canal más de venta. Hoy en día, el que lo intenta no le cuesta porque las herramientas están, por eso desde la cámara ofrecemos capacitaciones. Los cambios son difíciles pero hay que decidirse, porque incluso hay comerciantes que dejaron de alquilar un local y con ese dinero que se ahorran se dedicaron a desarrollar estos canales de ventas”.

“Una herramienta más”
Para Marianela Mucciolo, propietaria de Enigma Joyas y vicepresidenta de SCIJ, sostiene que el e-commerce “es un poco una competencia desleal para los locales pero, de alguna manera, su llegada fue forzada debido a la pandemia y terminó siendo para el comercio tradicional una herramienta más para ir superando este marcado receso de consumo”.
Mucciolo, representante de un comercio chico y miembro del centro comercial a cielo abierto de Avenida República, remarca que “el cliente que está acostumbrado al comercio tradicional no solo compra por el precio, sino también por la relación que se establece y la fidelización que se logra”, algo que se ve claramente en los pequeños. “Por supuesto que los más jóvenes compran online y a través de las plataformas digitales -agrega-, pero en el caso del comercio chico no se nota tanto porque se establece una relación muy estrecha con el cliente”.
Con todo, para su joyería tiene diferentes canales de venta. “La pandemia me exigió aggiornarme, por eso de inmediato contraté una tienda online, que es un servicio no muy costoso, y me ayuda sobre todo a generar la preventa”, puntualiza.
Finalmente, observa que a algunos comercios de muchos años “tal vez les cueste mucho” esta adaptación, por lo que están “preparando más capacitaciones en la cámara, de manera de poder brindarles estas herramientas y que vean que todos pueden hacerlo”.
Y concluye: “No nos va a quedar otra que adaptarnos porque es un nuevo canal de ventas. Eso no significa que el comercio tradicional ya no sea importante, pero no hay que dejar de lado el electrónico porque las nuevas generaciones compran a través de esa vía”.

“Algo está fallando”
Oscar Previte, propietario de Center Deportes, advierte que el e-commerce “afecta, aunque no lo hace en gran medida porque también hay algunos inconvenientes en el mercado virtual”.
El reconocido comerciante local reconoce que la venta online “tiene su impacto” y no encuentra explicación a algunas desventajas que tiene: “La verdad es que uno no sabe cómo hacen, porque yo lo compro en fábrica, como corresponde, marco como las empresas dicen y después uno lo ve más barato online. Ahí se ve que algo está fallando o nos cobran de más a nosotros o ellos no están pagando algún impuesto”.
Inclusive, es común que haya clientes que van al local, se prueban alguna prenda o calzado de una marca reconocida y, cuando ven qué talle les queda bien, se van a hacer la compra online. “Algunos hasta les sacan fotos”, se sorprende Previte.
Con todo, remarca que él no responsabiliza tanto a Internet por la situación. “El tema es la escasez de dinero -explica-, en esta temporada hemos tenido un diciembre muy bueno, un enero flojo y febrero pareciera que quiere levantar un poco. Esperamos que la gente siga comprando y la vuelta a las clases presenciales puede ayudar a eso”.
Otro punto sobre el que pone el acento, es la falta de reposición de mercadería: “El problema es la importación porque acá no quedaron fábricas y las pocas que hay se han caído. Hay muchos productos que vienen de afuera y se ensamblan acá y tampoco los están dejando ingresar. Por lo que dicen los empresarios, tenemos fe de que en marzo se pueda solucionar”.

“Afecta y favorece”
El de las bicicletas es otro rubro en los que se ve un cambio en el comportamiento de los consumidores y en el que hay más demanda de productos online. Para Martín Ramírez, de Rodados Ramírez, esta situación “por un lado afecta y por otro favorece”. Y profundiza: “Es que las bicicletas vienen desarmadas, entonces tienen que venir a comercios como el nuestro para que se las armen, hacerle regulación y un servicio técnico. Así que es trabajo para nosotros también”.
En su caso, si bien hacen algunas ventas por redes sociales, ese no es su principal canal. “El fuerte nuestro es el cara a cara”, afirma.
La pandemia a este rubro le dio cierto impulso. “Al principio, cuando todo estaba cerrado, fabricamos unos rodillos de entrenamiento y vendimos unos cuantos -señala-, y más adelante, cuando pudimos abrir el negocio a la calle, se activó bastante la venta. Recuperamos todo el tiempo que estuvimos parados”.
Más allá de que también aquí haya faltante de mercadería, Ramírez tiene expectativas en que la situación mejore en el transcurso de este año. “Nosotros no nos podemos quejar porque hay movimiento y uno ve que cada vez hay más gente andando en bicicleta, así que tenemos que aprovechar eso”, concluye.

“Se aceleró el proceso”
Marcela Rostan, dueña de Muebles Respuela, coincide en que “a partir de la pandemia y en un 2020 tan complicado, el comerciante tuvo que capacitarse para poder estar dentro de este sistema online que muchos desconocíamos o recién estábamos incursionando, entonces esto aceleró ese proceso hacia la venta online”.
En su observación, Rostan explica que el comercio está atravesando un proceso híbrido, “en el que hay que ir incorporando, algo que se aceleró con la cuarentena”.
En esa carrera, al ver que la venta online gana espacio, algunos van “por detrás de todo ese proceso” porque no estaban preparados para una situación así: “El comerciante tuvo que hacer muchos cambios y se ve afectado por varios frentes: tuvo que hacer una inversión para reabrir su local haciendo las modificaciones que se le exigía y después está la incorporación de la venta online”.
Sin embargo, Rostan, también miembro de la comisión directiva de Comercio e Industria, ve que la adaptación es una oportunidad para los comercios de Junín: “Algunos chicos o más tradicionales les ha costado incorporar estas nuevas tecnologías, pero otros se fueron acomodando de otra manera y ganando espacio. Aunque todavía hay una gran incertidumbre en la economía, en general, y el comerciante está complicado en este momento”.

“Hay servicios irremplazables”
Sergio Bracchi, que tiene su negocio de indumentaria en el centro comercial de Junín desde hace casi treinta años, considera que su rubro “es muy particular” porque “cuando la gente va a comprar ropa quiere ver y tocar”.
Según dice, “la mujer suele comprar más online, pero el hombre es más resistente”. Y si bien hay generaciones más jóvenes que sí lo hacen, “también hay un alto porcentaje de gente más grande que no está acostumbrada a eso”.
Por eso considera que, en su caso, en el que vende mucha sastrería con atención postventa, “el servicio es irremplazable, son valores agregados que no se pueden ofrecer por Internet”.
Con todo, señala que su negocio tiene canal de venta online: “Esta es solo una herramienta más. Uno puede crecer a través de estos instrumentos, pero yo estoy convencido de que, en mi rubro, la vidriera y la atención es fundamental. Y sobre todo el servicio que ofrecemos”.

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