EFECTOS DEL AISLAMIENTO

Villa Talleres: La cuarentena acentuó la ya clásica tranquilidad del sector

Aun cuando hace muchos años dejó de ser un sector periférico, este sigue siendo uno de los vecindarios más calmos, una característica que se vio profundizada con las medidas de distanciamiento social. Los comerciantes advierten por la baja en las ventas y destacan el cumplimiento de las normas de prevención.

El barrio Villa Talleres tiene algunas características que le dan una identidad propia. Una de las más salientes tiene que ver con su diseño urbanístico, con veredas y calles muy angostas. Un rasgo muy distintivo hace que no sea raro ver -por la escasez de lugar- a los peatones caminando por la calle, y también por la falta de espacio, a los autos estacionados en las aceras.
Esa geografía también incide en otra de las particularidades destacables de este sector, que es su tranquilidad. Una calma que, además, está vinculada a su historia: se trata de un vecindario que -como Pueblo Nuevo y Villa Belgrano, entre otros- nació y creció al calor del ferrocarril, en el que sus empleados se fueron asentando y donde, aún hoy, de acuerdo al relato de los que conocen bien sus calles, muchos de los moradores actuales tienen algún tipo de relación con los trenes, ya sea como exferroviarios, familiares o descendientes. Con una población de personas, en general, de años. “Hay mucha gente grande acá”, suelen decir los lugareños.

El barrio está mucho más tranquilo que antes, hay menos gente en la calle, y después de las cinco de la tarde no se ve a más nadie. Martín Gómez. Comerciante. Tiene un almacén.

Asimismo, la construcción de las torres del Foetra y el desarrollo comercial de las avenidas que lo circundan -Primera Junta y República- no le hicieron perder ese halo de serenidad que siempre caracterizó a este barrio.
Más aún: la cuarentena provocó una acentuación de este rasgo. Así quedó patentizado en la recorrida que Democracia y TeleJunín hicieron en el lugar y en el testimonio de sus residentes.

Menos movimiento
La circulación en Villa Talleres es mucho menor que la que había antes del 20 de marzo. “El barrio está mucho más tranquilo, hay menos gente en la calle, y después de las cinco no se ve a más nadie”, afirma Martín Gómez, vecino del lugar y propietario de un almacén.
Algo similar a lo que opina Lorena Perico, que tiene su pollería hace cuatro años aquí: “El barrio cambió bastante, está mucho más tranquilo. Yo ahora trabajo medio día, cerramos a la una y media porque después no anda nadie, prácticamente”.
“La gente circula muchísimo menos por la calle, está muy asustada”, confirma, en el mismo sentido, Marcelo Molina, que tiene su carnicería en este sector.

Baja en las ventas
Esa situación redunda -tal como sucede en todos los barrios- en una baja en las ventas. Molina explica que “hay pocas personas y las ventas están muy tranquilas, cayeron un montón, está muy difícil”.
Gómez, en tanto, que hace un año se hizo cargo de su almacén, que ya venía funcionando desde antes, advierte que, a partir de la instauración de la cuarentena, “las ventas bajaron mucho”. Según sus cálculos, la caída ronda un 40 o 50 por ciento.
Por su parte, Perico no vio tan afectada la comercialización, aunque sí observa que hubo cambios en los comportamientos de los consumidores: “Vienen menos y hacen muchos pedidos, yo me manejo mucho por encargues, que después retiran. Eso, inclusive, me ayuda a organizar mejor el trabajo”.
Horario comercial
El nuevo horario corrido es un tema de debate. “Al hacer de 8 a 17 cambió mucho y se complicó”, afirma Molina. Gómez coincide: “Para nosotros es un perjuicio porque hacíamos una diferencia a partir de la tardecita. Por suerte trabajamos y estamos en movimiento, pero tenemos menos ventas”.
A diferencia de los otros dos comerciantes, Perico sí le ve aspectos positivos en esta medida: “Yo cerraba 21:30 pero hasta que limpiaba y ordenaba, me iba a las once de la noche, y tengo una familia, así que esto me permite disfrutar a mi nena. Te cambia la vida. Para mi gusto, sería bueno que siga el horario de corrido hasta las 17”.

Respeto a las normas
En cuanto al respeto a las normas de prevención, todos coinciden en que tienen un alto grado de cumplimiento.
“Yo lo veo en el banco, que es un buen termómetro, donde se hacen las filas respetando las distancias y todos con el tapaboca”, señala Osvaldo Ferrúa, presidente de la sociedad de fomento de Villa Talleres.
Lo mismo opinan Molina, Perico y Gómez. Este último agrega: “Ojalá que esto sirva para que llegue la Fase 5. Es algo necesario porque uno tiene que pagar el alquiler, la electricidad, los impuestos, y estamos generando menos ingresos”.

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