ESTACIONES DE SERVICIO

Preocupa las restricciones en la venta de gas oil

Temen que la situación tienda a agravarse. Si bien no hay desabastecimiento, se vende gas oil en forma controlada, y hubo días en que las petroleras no entregaron ese combustible.

Desde hace algunas semanas la venta de gas oil en las estaciones de servicio es todo un tema. Hay días que pueden abastecer con normalidad a los clientes, pero otros días no, ya que las petroleras no entregan lo suficiente y se acrecientan las protestas de los transportistas y agropecua-rios. Según lo expuesto por algunos estacioneros consultados por DEMOCRACIA, el panorama es bastante complicado y se ven obligados a despachar en forma controlada y a veces no pueden llenar los batanes (changos o carritos) de los productores agropecuarios porque sino dejan al resto de la clientela sin gas oil.

Lo cierto es que las petroleras no siempre otorgan el cupo que piden los estacioneros y entregan menos de lo habitual, como consecuencia esta restricción se traslada a las estaciones de servicio. Hubo días en que la escasez se hizo notar y temen que el panorama tienda a agravarse.

Cuando es mayor la actividad agrícola de la zona, la situación se pone más en evidencia. Este factor aparentemente no sería tenido en cuenta por las destilerías, a lo que se suma que mientras se pone en marcha la siembra de maíz en los campos, el pedido se acrecentó sobre diesel para mover la maquinaria pesada.

Desde la Estación de Servicio de Alciati, que despacha combustible de YPF, manifestaron que el problema es general y ellos no escapan a la situación.

«Recientemente estuvimos desde la noche hasta las 5 de la tarde sin gas oil y la semana pasada fue peor ya que estuvimos días con escasez. Se despacha pero de a poco, a veces se vende 50 litros por camión, otras, como hoy (por ayer), el límite es de 150 litros cada cliente. A los carritos (batanes) de los productores agropecuarios no los podemos llenar porque sino dejamos sin combustible al resto», explicaron.

Según lo explicado, la petrolera no entrega el combustible suficiente y a veces esto beneficia el sobreprecio.

Desde la estación de servicio El Alamo, que despacha combustible de ESSO, se dijo que las limitaciones también los alcanza a ellos. «A veces nos dan el cupo y otras no. Nosotros pedimos determinada cantidad de combustible y a veces nos dan y otras no. La semana pasada estuve seís días sin gas oil, hoy la situación es mejor», expresó la fuente consultada.

Respecto a las demandas de los empresarios y productores agrícolas, manifestó que cuando hay combustible suficiente se llenan los changos, otras no. «Magia no podemos hacer, cuanto no hay, no hay», señaló.

Consultado sobre cuánto hacía que pasaba esto, respondió que hace aproximadamente cuatro semanas que se dan estas limitaciones en la venta de gas oil.

El problema

El gas oil, entre otras cosas, constituye aproximadamente el 20 por ciento del consumo final de energía de la Argentina -sólo superado por el gas natural (31 por ciento)-, y aventaja a la electricidad que tiene índices de 16 por ciento.

Dentro del consumo del gas-oil, las casi tres cuartas partes están afectadas al transporte en general, y los porcentajes restantes corresponden al agro.

Era claro, observando los datos de producción de gas-oil en nuestras refinerías y los volúmenes de venta en el mercado, que se había pasado de tener fuertes excedentes hasta 2004 a una situación de déficit que se fue agravando con los años. Los meses de mayor demanda son coincidentes con aquellos en los cuales hay mayor actividad en el campo (marzo y abril de cada año, y desde septiembre a diciembre) y, al ser la producción de gas-oil constante a lo largo de la temporada, se venían repitiendo los faltantes estacionales por problemas no sólo de precios, sino también en la entrega ya que hasta ahora se desmienten los aumentos.

La escasez

Durante 2006 se sancionó una nueva ley de emergencia que fija en 800.000 metros cúbicos el máximo a importar y está vigente hasta 2008 pero, si siguen las tendencias actuales, es probable que las necesidades de importación vayan creciendo más allá de las previsiones efectuadas, donde se espera que la solución no pase -por poner un caso extremo como el de la carne- a apuntar a una menor producción, para paliar la falta del producto.

El crecimiento agrícola, la extensión de las fronteras que aumenta las distancias de transporte a los centros de consumo y la exportación de cereales y aceites incrementa el uso del gas oil, pero la solución no pasa por castigar al productor, sino en resolver cuestiones de crecimiento sobre las que se vienen alertando hace varios años.

La situación se vuelve, en el caso de este combustible, especialmente delicada si se tiene en cuenta que difícilmente puedan desarrollarse, por lo menos en el corto o mediano plazo, sustitutos del gas-oil en las cantidades necesarias y la falta de inversiones se produce también en las petroleras: la Argentina se autoabastece de petróleo, y además lo exporta, pero está faltando infraestructura de destilación. Frente a esto las empresas denuncian que el costo del gas oil en la Argentina es la mitad de su precio internacional: u$s 1,50 contra u$s 2,70 en Brasil por ejemplo. Y empresas como Repsol sostienen que perdieron u$s 10 millones por la importación del gas-oil durante 2005, y este año será peor al importar unos 145.000 metros cúbicos. Igualmente, no parece una gran cifra si la comparamos con las ganancias extraordinarias que la empresa ha tenido en otros rubros en la Argentina como, por ejemplo, en fertilizantes. Hay que recordar, finalmente, la falta de palabra del gobierno nacional que garantizó, allá por principios de año, la provisión de gas oil a través de la empresa

Enarsa, cuando las compañías proveedoras no entregarán el combustible aunque esto es peligroso para las estaciones que pueden ver peligrar su continuidad con las petroleras.

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