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MARKETING APLICADO

O.S.A

Sufrimiento Argentino, capítulo Banco Provincia.

Abanicos que se agitan, soplidos de bronca contenida y miradas que buscan complicidad para odiar. Ojotas combinadas con camisas, anteojos sobre la cabeza y filas que rompen en puntos imaginarios. El Banco Provincia es, para quienes no tenemos la costumbre de asistir, una experiencia digna de relato, propia de una crónica de verano.
Probablemente esta columna les parezca una exageración, quizá sea esa la señal de que estamos naturalizando situaciones. En un momento en el que los bancos tienden a dinamizar las operaciones y a mejorar la experiencia de los clientes, “el provincia” propone una dinámica propia, un código local por descifrar.
Al bajar las escaleras ya se siente este nuevo universo guiado por coleros amables que identifican a quienes, forasteros, vagamos consultando donde cobrar un cheque.
¿Qué es esto? consulta un rostro acusador detrás de un paño de vidrio repleto de advertencias. La actitud ingenua del novato busca una respuesta certera, alguna precisión que nunca será bien recibida por ¨no ser cliente habitual¨. Claro, al parecer si no vas todos los días te hacen sentir el rigor y así surge el primer código aparente.
“Andá a la esquina”, “acá no es”, “venite en un rato”, “no te sabría decir”, “¿es tuyo?”. La Organización para el sufrimiento argentino se hace presente en palabras del segmento radial de Rolando Hanglin. Te aprieta, te agobia, te apabulla, te humilla y te aplasta. Todo a pesar de algunas almas caritativas que identifican tu padecer.
Tráfico de números y personas que en apariencia sostienen las columnas. Abrazos, besos, encuentros y desencuentros. Policías que de tanto ademán parecen agentes de tránsito. El provincia y sus códigos, los de acá, los que conocen quienes van todos los días, los que sufrimos quienes no hacemos esa tarea a diario.
Los guías, por lo general algún mandadero o administrativo, explican claramente que se trata de ser conocido o de caerle bien a tal o cual persona. De eso se trata, de los códigos secretos del provincia.
Un nuevo año comienza, el dos mil diecisiete se ofrece como oportunidad para que los responsables de las entidades bancarias hagan este mismo recorrido, a modo turista curioso. Tomen nota, observen y actúen. Liberemos a la O.S.A, dejemos que huya o nos aplastará a todos.

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