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EN LOS ÚLTIMOS DOS AÑOS

Se duplicaron las denuncias por casos de violencia de género en nuestra ciudad

Lo afirmó a Democracia Daniela Felker, titular de la Comisaría de la Mujer. Y explicó que el fenómeno obedece a una mayor visualización de este grave flagelo social. Afirmó que no hay refugios para las víctimas y que hay que trabajar en la prevención.

En paralelo a una mayor visualización del flagelo social de la violencia de género, en Junín en los últimos dos años “se duplicaron las denuncias” por maltratos hacia las mujeres, según precisó a Democracia Daniela Felker, titular de la Comisaría de la Mujer de nuestra ciudad.
Por otra parte, según la especialista, cuanto más aparecen casos de femicidios en los medios de comunicación nacionales, más recrudece la violencia intrafamiliar.
“En Junín el último femicidio fue el de Ludmila Bazán, donde claramente hubo violencia de género, una cosificación de la mujer, en el marco de una cultura patriarcal muy arraigada”, lamentó.
“Tratamos de concientizar a las víctimas y a la sociedad en general, de que si hay violencia no se puede hablar de un vínculo sano, de un vínculo de amor”, dijo. Y agregó que “hay picos de consultas cuando ocurren hechos graves, como el triple femicidio de Mendoza, porque la mujer se ve reflejada, ve que le puede pasar a ella, es el efecto espejo”.

La mayoría denuncia
El 90 por ciento de las consultas que reciben en la Comisaría de la Mujer terminan en una denuncia formal, porque hay algún grado de delito o amenaza. “No sabemos nunca cómo va a terminar una situación violenta, por eso es importante trabajar desde el inicio del problema, ante las primeras desobediencias del agresor que viola un domicilio o un perímetro de restricción, se encienden todas las alertas”, afirmó y aseguró que es un mal que se reproduce en todas las clases sociales. “Ocurre que a la comisaría vienen quizás mujeres de más bajos recursos, a las mujeres de un mayor poder adquisitivo quizás les da más pudor o vergüenza, pero se da en todas las clases sociales y esto no tiene que ser algo que avergüence a la víctima, las mujeres tienen que animarse a pedir ayuda y nosotros estamos preparados con nuestros equipos profesionales para asistirlas; acá nadie se va sin una contención, sin una respuesta, sin una solución”, señaló.

Todavía no hay refugios

“Muchas mujeres llegan con signos de haber sido golpeadas. Lamentablemente no hay refugios para mujeres víctimas de la violencia, estuvo en tratativas durante la anterior gestión, con la ONG Manitos en los Bolsillos, pero hoy no hay, el municipio les da alojamiento en hoteles por 72 horas, hasta que salga una orden de restricción para el agresor”, dijo.

Un panorama alarmante

Mujeres que son víctimas de violencia de género llaman cada 18 segundos al servicio de  emergencias 911 en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense, cifra que revela un panorama alarmante al tratarse solo de las personas que logran quebrar el miedo y piden ayuda.
Fuentes policiales de ambos distritos, donde habitan unas 15 millones de personas, indicaron que cada jornada se reciben alrededor de 4.800 llamados telefónicos al 911 por parte mayormente de mujeres que piden auxilio ante episodios de violencia de género.
"Se viene realizando un seguimiento de las llamadas a los servicios de emergencias en relación a la problemática de la violencia de género, y tenemos un incremento notable, que  obedece a la visibilizacion que se le está dando al tema, las marchas en todo el país, las charlas y capacitaciones que se llevan a cabo, y fundamentalmente porque estamos logrando quebrar el tabú del miedo a contar, hablar, interpelar y denunciar", señaló el abogado Julio Torrada, a cargo del Instituto Wanda Taddei.
El letrado explicó que vienen "llevando a cabo a lo largo del año una campaña orientada a los derechos de la mujer en espacios rurales".
"Creemos que se tiene que visibilizar en todos los espacios, y celebramos cada oportunidad de brindar contenidos, porque luego en esos lugares las víctimas logran pedir ayuda", dijo  Torrada.
"Se está logrando que el tema esté en la agenda pública, que ya no gane el silencio. Las mujeres victimizadas llaman a los servicios de emergencias, pero lamentablemente no necesariamente implica que el Estado esté dando respuestas a estos pedidos, necesidades y urgencias", dijo.
En ese sentido, señaló: "La realidad es que muchas veces llaman y no tienen respuestas. Así que vemos con luces y sombras estos avances como sociedad".
En torno a los llamados que se realizan al servicio de emergencias 911 en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, las fuentes consultadas manifestaron que dentro del universo de personas que se comunican, la mayoría son las propias víctimas, pero también llaman familiares, compañeros de trabajo o vecinos, que de ese modo alertan a las autoridades sobre las distintas situaciones relacionadas a las violencias que padecen niñas y mujeres.
"Que se llame a las líneas de emergencia habla a las claras de que las organizaciones que militamos este tema estamos generando un cambio. Esta sociedad tiene que dejar las prácticas machistas, que son posesivas, violentas y asesinas en su peor rostro", dijo el especialista.
"La Ley Nacional 26.485, sancionada en 2009, entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal", indicó.
Explicó que "la ley considera violencia indirecta a toda conducta, acción u omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón".
"Es decir, la responsabilidad de prevenir y evitar hechos de violencia es de todas y todos quienes formamos parte de la sociedad. Tenemos una buena herramienta legal, y hay que exigir que se cumpla", agregó.

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