Francia se encuentra inmersa en una profunda crisis tras el trágico descubrimiento de otra víctima mortal, esta vez, en Marsella, presuntamente a manos de la policía. Se trata de un joven de 27 años que habría recibido un disparo de flash-ball, un arma de defensa no letal fabricada en ese país y utilizada por las fuerzas de seguridad.
Este hecho, sumado a la muerte de Nahel Merzouk de 17 años a manos de un oficial, generó más indignación en la sociedad, desatando una serie de manifestaciones y enfrentamientos en todo el país. Ahora, convocan a una nueva marcha el sábado contra la violencia institucional. La segunda víctima perdió la vida en el sábado durante los disturbios en Marsella, mientras iba en su motocicleta. Su cuerpo fue encontrado en una de las avenidas principales de la ciudad, donde se vivieron jornadas de saqueos y protestas. En respuesta a estos sucesos, alrededor de 90 organizaciones convocaron a una marcha con el objetivo de pedir que se mantengan las libertades públicas e individuales, y exigir al gobierno de Emmanuel Macron que asuma su responsabilidad y brinde respuestas inmediatas para poner fin a la confrontación. Entre las medidas demandadas se encuentra una reforma de la policía, tanto en sus técnicas de intervención como en su armamento. También se cuestiona la Inspección General de la Policía Nacional, la cual se pretende reemplazar por un organismo independiente.
Por otro lado, se propone la creación de un servicio dedicado a abordar la discriminación que afecta a los jóvenes, sobre todo los inmigrantes, bajo la supervisión del Defensor de los Derechos. Estas organizaciones consideran que los disturbios en los barrios obreros son consecuencia del abandono de estas comunidades.
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