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G20

Los presidentes Trump y Putin mantuvieron una reunión que fue “positiva para el mundo”

Los mandatarios de EE.UU. y Rusia hicieron declaraciones informales en el marco de la cumbre del G-20. Dijeron que esperan “buenos resultados”.

Frente a los periodistas, Trump aseguró que tuvieron una “muy buena” conversación y que espera que “cosas muy positivas” para EE.UU., Rusia y todo el mundo sucedan luego de esta reunión.
Putin, por su parte, se mostró esperanzado de que de este encuentro se obtengan “resultados” y se declaró “encantado” de haberse entrevistado finalmente en persona con el Presidente de los EE.UU.
El estadounidense agregó que confía en que los contactos al más alto nivel entre Washington y Moscú prosigan tras esta primera reunión, y Putin destacó que solo de forma personal se puedan abordar ciertas cuestiones críticas.
Luego, se estrecharon la mano por unos segundos ante las cámaras en un apretón neutro, firme pero breve, muy diferente a otros del Presidente estadounidense que han dado lugar a gran cantidad de comentarios.
Sus declaraciones a los medios se produjeron dentro de la sala donde tuvo lugar la reunión bilateral, con ambos sentados en sofás blancos, separados por una mesa con unas flores, y con la presencia tan solo, en la estancia, de dos traductores, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de los EE.UU, Rex Tillerson.
La esperada reunión entre los dos líderes llega después de que el Presidente de los EE.UU. reafirmase el jueves en Varsovia, el compromiso de su país con la defensa del centro y Este de Europa y criticase la actividad “desestabilizadora” de Rusia.

 


En Varsovia, el presidente Trump, por primera vez, dio credibilidad a la tesis de que Rusia trató activamente de interferir en el resultado de las elecciones presidenciales (a favor de Trump) tras haber recibido informes de sus servicios de espionaje. “Creo que fue Rusia. Y posiblemente otras personas y otros países. Nadie lo sabe exactamente”, había dicho antes del encuentro.
Los temas más álgidos entre ambos países:
- Siria, desacuerdo máximo: Donald Trump enfadó a Moscú al ordenar la primera respuesta militar estadounidense contra el régimen sirio, aliado de Moscú, luego de un ataque con armas químicas el 4 de abril atribuido a las fuerzas de Bashar al Assad.
Trump estimó entonces como “posible” que los rusos estuvieran informados del ataque y trató al Presidente sirio de “carnicero”. Prometió represalias en caso de nuevos ataques con armas químicas.
El derribo de un avión sirio por la aviación de guerra estadounidense el 18 de junio, calificado como “agresión” por Rusia, también desmejoró la relación.
Washington explicó entonces que el avión sirio amenazaba a la fuerza kurdo-árabe que combate en el terreno al grupo Estado Islámico.
Los estadounidenses se preocupan por la creciente rivalidad entre esta fuerza y el ejército sirio, comenzada la batalla para reconquistar Raqqa, último gran bastión de Estado Islámico en Siria.
Por la misma razón Trump, que hizo de la lucha contra los yihadistas de Isis una prioridad, podría verse tentado de hallar un compromiso con Moscú antes de rebajar la tensión en Siria.
- Injerencia rusa: Las promesas de reforzar la relación con Moscú también estalló por los aires luego de las acusaciones de colusión entre Rusia y miembros del equipo de campaña de Donald Trump.
Se iniciaron varias investigaciones sobre el tema, una de ellas por la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense (FBI). Donald Trump rechazó esas acusaciones.
- Corea del Norte, nueva “línea roja”: Donald Trump prometió una respuesta “bastante dura” luego del primer disparo el martes por Corea del Norte, de un misil balístico intercontinental, capaz de alcanzar Alaska según expertos, y reclama nuevas sanciones contra Pyongyang.
Rusia bloqueó por su lado un proyecto estadounidense de declaración en el Consejo de Seguridad de la ONU que pedía tomar “medidas significativas” contra Pyongyang.

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