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El secreto del hospital que logró reducir las cesáreas a la mitad

Se trata del Roque Sáenz Peña, de Rosario. Sólo en el 18% de los primeros 100 partos fue necesaria la intervención en quirófano.

Un hospital público de la ciudad de Rosario logró un récord en todo el país: logró reducir las cesáreas al 18 por ciento de los casos. Los números son sorprendentes si se comparan con las estadísticas de las clínicas privadas, en las que la cantidad de nacimientos que se dan mediante intervención quirúrgica, asciende al 60 por ciento.

Matías Vidal, director del hospital público Roque Sáenz Peña, explicó que la notable reducción de las cesáreas no se trata de una única técnica ni de fórmulas inalcanzables. Se trata, más bien, de "humanizar la atención", de "volver a lo simple", lo que tal vez implica estar atentos a cada detalle de la futura mamá y de su hijo por nacer.

En dicha institución, los médicos trabajan a partir de la premisa en la que la mujer embarazada "no es una paciente ni está enferma", sino que atraviesa un proceso fisiológico que conlleva sus tiempos y cuidados específicos. 

Paro fortalecer esta filosofía que atraviesa todo el trabajo de parto, en los últimos cinco años el hospital avanzó con reformas que incluyeron cuatro salas de Trabajo y Recuperación con equipamiento de avanzada, climatizadas, musicalizadas e iluminadas para que las mujeres y sus bebés estuvieran más cómodos.

Para los médicos del centro rosarino “cuando respetás los tiempos todo se complica menos”. Así es que de los 130 partos contabilizados, sólo 8 bebés pasaron a neonatología. En cuanto a la salud de la mujer algunos datos a destacar es que el corte de vulva se redujo de un 25 a un 8 por ciento; las ligaduras de cordón oportuno pasaron de 40 a 92 por ciento; romper la bolsa, una práctica común para acelerar el nacimiento y que conlleva cierto riesgo al bebé bajó de 82 a 28 por ciento; la hormona para estimular contracciones o acelerar el parto bajó del 78 al 16 por ciento y la aplicación de suero intravenoso del 80 al 28 por ciento. “Los números nos partieron la cabeza”, concluyó Vidal sobre estas estadísticas.

 

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