Alto, morocho, musculoso y muy buen mozo -según las opiniones de mujeres y hombres por igual en las redes sociales-, el guardaespaldas de Wanda Nara ha llamado la atención desde que la rubia pusiera un pie en el país. El agente de seguridad, que se ha convertido en su sombra en su rotation argentina, despertó rumores entre la prensa y un cuchicheo incesante entre los tuiteros que no dejan de alimentar las teorías conspirativas en relación a un affaire de película, casi a lo Whitney Houston y Kevin Costner. ¡Atento, Mauro!
Y mientras el futbolista sigue en París, cumpliendo con las obligaciones en el PSG,, Wanda vive una vida de reina por estos lados del mundo.
Apenas llegó al país, tras el escándalo con la China Suárez, recibió el cariño de la gente y, el jueves, vivió un día inolvidable en tanto, la empresaria abrió su primer local de cosméticos en el Abasto Shopping y fue un éxito total.
Al margen de las perlitas de la jornada comercial -entre un catering “rata” con sanguchitos de miga y alfojares de maicena en platitos de plástico; hasta una joven que le entregó un CV en mano y ayer ya estaba contratada como vendedora-, Wanda siguió ayer regalando titulares.
Ahora, los focos, recayeron en Agustín, el fortachón hombre de seguridad por el que en “Intrusos”, con picardía, se atrevieron a mencionar los “ojitos pícaros” con los que Nara lo mira en cada escolta.
Según detalló Teleshow, el guardaespaldas se llama Agustín Longueira, tiene 32 años y es oriundo de la localidad bonaerense de San Pedro. Apodado Rulo, hace muchos años formó parte del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín y en su labor, hasta le tocó custodiar la Casa Rosada.
Tras su paso por la fuerza, fue también cuidador del Aeroclub en el predio del Aeródromo de San Pedro y trabajó como empleado de seguridad en un boliche, también en su ciudad natal.
Ahora, claro, Agustín es “el guardaespaldas de Wanda”.
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