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GEROTOLOGÍA

Mitos y prejuicios sobre las condiciones de vida en la tercera edad

Las representaciones sociales de la tercera edad influyen no sólo en lo que la sociedad piensa que puede y debe hacer una persona mayor, sino también en la percepción que ellas tienen de sí mismas. Estas creencias, a veces, disminuyen su autoestima y acaban siendo la profecía que se autocumple, según indica la Dra. Margarita R. Murgieri, experta en gerontología.

Para la especialista, “durante la adultez, los cambios de década, acarrean una ansiedad difícil de comprender si no los miramos desde los prejuicios que se imponen desde el marco social en el que nos desenvolvemos. Nuestro cuerpo cambia, también nuestra posición social, laboral y familiar, pero las personas mayores constituyen el colectivo más heterogéneo de las vidas humanas.
Murgieri dice que “existen estereotipos, mitos y prejuicios que desprestigian el envejecimiento y discriminan a los envejecientes. Algunos de ellos son asociar a la tercera edad con la enfermedad y la dependencia. Si bien hay personas mayores frágiles y dependientes, situación que aumenta en el grupo de los de mayor edad, hay muchas personas mayores de 65 años con buen estado de salud bio- psico- social e independientes en el desarrollo de sus actividades y relación con el entorno”.
“Otro mito es que todas las personas mayores presentan deterioro cognitivo y si bien ello es más prevalente a mayor edad, no quiere decir que todas las personas mayores vayan a sufrir demencias; existe una reserva cognitiva o plasticidad neuronal que hace que el cerebro añoso posea un potencial que le permite seguir aprendiendo. La inteligencia cristalizada se mantiene y aumentan las posibilidades de resolución de problemas. La memoria de los procedimientos aprendidos se mantiene. La práctica y la experiencia son fundamentales y hasta más importantes que la edad en sí”, dice.
La Dra. Murgieri desmiente que en la tercera edad las personas tengan pensamientos rígidos. “Los rasgos de personalidad se estabilizan con la edad y serán rígidos quienes lo han sido y más flexibles otros. Estudios al respecto nos orientan acerca de que la tercera edad no es una etapa particularmente estresante dentro del curso de la vida”.
“Los medios masivos de comunicación se han ocupado de exaltar el binomio juventud-belleza. Muchos adultos mayores se ven presionados por esta representación social y tratan de parecerse a jóvenes para poder seguir siendo bellos y deseables. Esto está relacionado particularmente con otra construcción social como es la de género. Sufren más presión las mujeres”.
Tampoco es cierto que los adultos mayores son menos felices. “Existen estudios acerca de esta temática que determinan que hay mayor madurez afectiva y que las personas en la tercera edad no son menos felices en general, ni están menos satisfechos que los jóvenes”.

La sexualidad

Para la especialista también hay mitos sobre la vida sexual en la tercera edad, tema sobre el que dice que “la sexualidad, incluida la genitalidad, son parte de la vida y como tal pueden desenvolverse durante todo su curso. Con respecto a esta última hay algunas diferencias en los procesos fisiológicos como la lentificación, el aumento del período refractario, la mayor necesidad de estímulos previos y de lubricación. Como consejo fundamental, es importante no compararse con la actividad sexual de joven, sobre todo los varones, que por una cuestión también de género, se ven siempre más exigidos en este punto”.
Los especialistas aseguran que la sexualidad, incluida la genitalidad, durante la tercera edad se puede disfrutar plenamente pero adaptándose a los cambios fisiológicos que experimentan tanto los hombres como las mujeres en esa etapa.

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