“Para mí la diferencia de edad no es un escollo, es una bendición”, dijo alguna vez Miguel Ángel Solá cuando le preguntaron por su relación con la española Paula Ciancio, de quien lo separan 35 años. Para Hugh Jackson, el actor australiano de 48 años que es pareja de Debora-Lee Furness, actriz, productora y directora de 61 años, su relación es “lo mejor que le pasó en la vida”.
Para los protagonistas de esas historias de pareja que llaman la atención porque sus integrantes tienen edades muy diferentes, la clave en el momento de la duda fue dejarse llevar por el amor. Todos se declaran felices y llevan adelante sus relaciones, que -cuando implican a famosos- suelen despertar un amplio abanico de reacciones, que van desde la simpatía hasta el escándalo.
Tanto llaman la atención a veces estos vínculos que hasta la ciencia se ocupó de ellos a través del estudio de una universidad estadounidense cuyos resultados no fueron muy alentadores para los enamorados: determinó que, cuanto más años de diferencia se lleva una pareja, más posibilidades hay de ruptura temprana.
Historias
Se conocieron rodando una serie de televisión, se enamoraron y se casaron. Desde entonces han pasado más de 20 años. Él es el actor australiano Hugh Jackman, de 48 años, mundialmente conocido por su papel de Lobezno en las películas X-Men. Ella es Debora-Lee Furness, actriz, directora y productora, y tiene 61 años.
“Es lo mejor que me ha pasado en la vida. Ella era la protagonista (de la serie) y estaba enamorado de ella. Todo el mundo lo estaba”, contaba Jackman sobre su esposa en el programa de televisión de Ellen DeGeneres.
Otro matrimonio con una notable diferencia de edad es el de Tina Turner y Erwin Bach. La incombustible reina del rock tiene 77 años y su marido, 16 menos. Se casaron en 2013 tras más de un cuarto de siglo de relación y viven en Suiza, en una gran casa a orillas del lago de Zúrich.
Pero actualmente todas las miradas se centran en el presidente francés, Emmanuel Macron, de 39 años, y en su esposa, Brigitte Trogneux, de 64. La pareja ha sido objeto de todo tipo de bromas, ironías y comentarios de mal gusto. Por ejemplo, el político italiano Silvio Berlusconi dijo que Macron es “un chico brillante que ha tenido la suerte de encontrar una buena madre que lo lleva de la mano”.
Curiosamente, la diferencia de edad entre Macron y su esposa, 24 años, es la misma que existe entre Donald Trump y Melania, pero los inquilinos de la Casa Blanca no han tenido que afrontar tantos comentarios despectivos al respecto como sus homólogos del Elíseo.
En este sentido, la psicóloga española Pilar Conde, explica que cuando se transgrede “el estereotipo de la ‘relación adecuada’, en la que el hombre es unos años mayor que la mujer, es cuando comienza la conciencia social mayoritaria a manifestarse críticamente, llegando a veces al insulto”.
Las expresiones de “poder” de las mujeres
Es más, cuando hay una diferencia de edad significativa entre los miembros de una pareja, suele aceptarse con más facilidad si el hombre es mayor pero llama poderosamente la atención cuando el varón es el más joven.
“Esto es muy frecuente en la mayoría de las culturas. Al parecer, en sus orígenes tenía que ver con aspectos biológicos relacionados con las diferencias en la edad fértil de hombres y mujeres. Si bien, en general, siempre se ha valorado la juventud como algo positivo, en la actualidad existe una exigencia exagerada hacia la juventud, sobre todo en la mujer”, señala María José Collado, doctora en psicología.
“Dentro de una sociedad marcadamente machista, conseguir una pareja joven y deseable es un símbolo de poder, mientras que las expresiones de ‘poder’ de las mujeres siguen siendo vistas con recelo en todos los ámbitos cotidianos. De hecho, las relaciones entre mujeres mayores y hombres jóvenes tienden a ocultarse y pocas veces son aceptadas por el entorno social, excepto en casos de mujeres famosas que ya han alcanzado cierto ‘poder’”, apunta la especialista.
Los factores clave
La doctora Collado destaca que el factor que más contribuye al éxito de una relación de pareja es la compatibilidad en las ideologías, los intereses, los valores y las expectativas de futuro. “La diferencia de edad supone, en todo caso, que es más probable que haya discordancias en estos aspectos”, aclara.
Si cualquier pareja tiene obstáculos que superar, estos suelen ser un poco más altos si los miembros de la pareja se llevan ciertos años. “Cuando hay diferencias importantes de edad, la mayor fuente de conflictos suele surgir precisamente de la diferencia en los valores y la educación recibida, puesto que han vivido momentos históricos distintos”, subraya Collado.
“Otro aspecto importante que suele hacer que la relación fracase es el tipo de vínculo que se establece. Es decir, cuando el miembro de mayor edad siempre actúa de forma paternalista/maternalista, es probable que la relación no prospere, pues para que una relación sea sana y progrese, debe ser equilibrada”, asegura.
Asimismo, la especialista indica que la sexualidad puede tener un papel importante en las rupturas de estas parejas.
“El deseo sexual, las expectativas y la propia actividad sexual pueden generar, especialmente a largo plazo, el fracaso de estas relaciones”, comenta.
Por último, la psicóloga destaca la incidencia de los factores relacionados con el entorno social más cercano.
“Las relaciones con grandes diferencias de edad no suelen ser bien aceptadas y los miembros de la pareja pueden tener dificultades para evitar conflictos y continuar manteniendo sus relaciones sociales”, manifiesta.
Para superar los problemas que puedan surgir, la psicóloga asegura que es importante que los miembros de la pareja “sean capaces de establecer una relación de poder equilibrada y de ser flexibles en cuanto a los valores, intereses y necesidades del otro”.
En la Argentina son varios los ejemplos de “parejas desparejas” en cuanto a la edad que involucran a famosos.
Uno de ellos es el del actor Norman Briski y la actriz, maestra de teatro e investigadora teatral Eliana Wasserman, quienes en el año 2015 tuvieron gemelas cuando el actor, que le lleva alrededor de 40 años a su mujer, contaba con 77 años.
Briski y Wasserman no son los únicos. También en el mundo del teatro otra pareja en la que resulta notoria la diferencia de edad es la constituida por Miguel Ángel Solá y la española Paula Cancio. Mientras Solá tiene 65 años, su mujer tiene 30.
Sobre la diferencia de edad que lo separa de su mujer, Solá dijo oportunamente que “a mí me da tristeza no poder aprovecharla más tiempo. Me gustaría vivir muchísimo tiempo y sano, pero los años son los años y me da bronca eso. Me apura disfrutarla más ahora. Siempre existe esa cosa interna... Hoy para mí la diferencia de edad no es un escollo, para mí es una bendición”.
Del mismo modo, Briski sostuvo en algún momento que cuando tuvo a las gemelas lo hizo llevado por el amor.
“Me dejo llevar por el amor, no ´pienso si debía o no, si podía o no, si convenía o no. No me enteré de las miradas moralinas de la gente sobre la diferencia de edad, cuando ya de grande volví a planear con mi pareja tener más hijos”, explicó el actor.
La larga lista de amores con mucha diferencia de edad suma muchos nombres en la historia de la farándula local. Entre ellos los de Franco Macri y Flavia Palmiero, Luis Alberto Spinetta y Carolina Peleritti o Jorge Rial y la Niña Loly.
Lo que dice la ciencia
Lo que es visto con esperanza por los protagonistas y con un amplio abanico de reacciones que van de la simpatía al escándalo por los terceros, fue también estudiado por la ciencia.
Las conclusiones de un estudio de la Universidad de Emory (Atlanta), en este sentido, no son alentadoras.
El trabajo concluye que, a mayor edad de diferencia, mayores son las posibilidades de separación y habla del peso de los distintos valores, ideas y proyectos en esa situación, ya que los protagonistas de historias de amor a edades desparejas crecieron en tiempos históricos distintos, a menudo con valores e ideas diferentes.
El estudio termina sugiriendo que la diferencia de edad ideal para una pareja es un año, y que en ese caso las separaciones sólo alcanzan al 3%.
Cuando la diferencia es de 5 años, las posibilidades de separación ascienden al 18%. En tanto, los que se llevan diez años tienen un 39% de posibilidades de separarse y las que se llevan 20 años o más, el 95%.
Claro que estas conclusiones reconocen numerosas excepciones, como los casos mencionados más arriba, en su mayoría de parejas que llevan mucho tiempo juntas.
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