En el año 1976, Roberto Fabris se jubiló en la empresa Edén y decidió abrir, junto a su esposa y uno de sus hijos una juguetería. Así, con el correr de los años y la vuelta de su hijo Gustavo a Lincoln comenzó a ampliar el negocio junto a su hermano Guillermo hasta convertirlo en un verdadero polirubro. De esta manera, en el año 1985 compraron el ex edificio del Banco Credicoop y comenzaron con el auténtico “Kiosco Güemes”, tal es conocido en la actualidad, es decir, con la venta de artículos de librería y juguetería.
“El aniversario del lugar es el 22 de julio de 1976, pero luego el 28 de julio de 1986 fue cuando unimos todo en juguetería y librería”, contó Gustavo y agregó “llevamos casi 50 años en el mercado, somos unas de las empresas más viejitas de Lincoln”.
En ese sentido, el comerciante resaltó que el público de la ciudad “es muy exigente y que sabe mucho. Siempre estuvo muy a la moda de todo lo que sale. Sobre todo, cuando yo te hablo de la parte de juguetería y librería, que es lo que nosotros manejamos”, y manifestó “en la parte del kiosco siempre muy bien informado. Además, es una de las ciudades que sigue teniendo todavía una venta importante de periódicos. Es muy bueno eso. Quiere decir que Lincoln es una ciudad muy culta”.
Una marca registrada
En esa misma línea, Fabris resaltó que, en todos estos años, “uno recuerda a toda la gente del barrio que se ha ido y cómo se fue modificando el mismo. Lincoln fue creciendo comercialmente y es una ciudad importantísima” y recordó que, una vez, una empresa muy importante de Buenos Aires, les quiso comprar “el Güemes”. “Con mi hermano hicimos oídos sordos”, confesó y explicó que no le parecía el momento adecuado para vender y porque es algo que nació con ellos. “Este lugar es parte de nuestra historia como familia.
Vivimos muchas cosas aquí dentro. Creo que en la vida no todo gira por el dinero. Hay otras cosas más importantes”, resaltó Gustavo y afirmó: “nosotros nos debemos a los clientes. Todos los días abrimos a las 5 y media de la mañana y cerramos a las 9 de la noche. Son muchísimas las horas que estamos aquí dentro”.
En cuanto al equipo de trabajo, Fabris rescató que “siempre hemos formado grupos muy buenos” y expresó: “Creo que el Güemes es medio un poco como la vidriera. Muchos chicos y chicas han tenido la posibilidad de ir a otros lugares, y eso nos pone contentos como comerciantes. Después, nos hemos mantenido y todavía seguimos trabajando y tenemos muy buena afluencia de público con las cosas como han cambiado, está Mercado Libre y hay otra gente que también vende juguetes”. En ese aspecto, remarcó que “el Güemes tiene un nombre, ya es una marca registrada. Y nuestra relación con los clientes es personalizada. Para nosotros, lo más importante es la educación. Siempre vamos a tratar de ayudar en todo y a aconsejar”.
Actualidad del país
En cuanto a la situación económica de la Argentina, Gustavo dijo que “priorizan a los clientes” y que “tratamos de tener siempre los precios más bajos y no tratamos de marcar con márgenes locos”.
En ese sentido, sostuvo: “No solo debemos acumular dinero, también hay otras cosas que acumular como compañerismo, el cariño y la gente que nos rodea. Esas son las cosas que uno ha priorizado en la vida”.
“Somos felices en lo que hacemos y estamos muy conformes. Ahora hemos entrado en las redes sociales. No nos vamos a quedar afuera de todo eso, pero bueno, lo nuestro se destaca. Después nos acompañan mucho la gente de los pueblos y de la zona. Ya atendimos la cuarta generación de muchas familias”, dijo orgulloso y destacó que “es bravo apostar todos los días por una economía, pero seguimos, como siguen tantos comerciantes. Todos luchando y apostando a lo nuestro, a nuestra ciudad y brindarle a la gente, el mejor precio. A veces es preferible no ganar tanto, pero sí que la gente se vaya conforme”.
El futuro
Por último, en cuanto al camino recorrido y los años de trayectoria, Fabris mencionó que “algo hemos sembrado” y recordó que “fuimos uno de los primeros que pusimos la propaganda en la televisión en el circuito cerrado del Lincoln y luego pusimos en Junín. Hoy, seguimos con la publicidad rodante y en radios. Tuvimos mucho tiempo en los periódicos del Lincoln”. Además, contó que entre los años 1986 y 1987 sortearon unas becas donde cinco chicos salieron ganadores y fueron beneficiados durante un año con útiles escolares. Así, reveló que están pensando volver a implementar esa acción en el futuro. “Eso es una linda satisfacción, porque a veces hay que ayudar y ser solidario, porque la gente fue muy solidaria con nosotros, entonces lo poco que les podamos devolver es darles a unos chicos que puedan ir un año a la escuela casi sin gastar nada, sería importante en estos momentos”, y afirmó que “lo estamos estudiando, lo tenemos pensado, y ojalá que lo podamos hacer el año que viene”.
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