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POSIBLE CANDIDATURA

El Pro empieza a discutir la elección de medio término

Sin el apremio producto del amplio espacio que todavía marca el almanaque, pero con la inquietud de que hay que hacer algo para torcer un rumbo que no pocos dirigentes empiezan a visualizar con cierta preocupación, en el PRO bonaerense y en sectores del gobierno de María Eugenia Vidal, se empieza a respirar el turno electoral del año que viene. Pocos se atreven a blanquearlo abiertamente porque prefieren exhibirse concentrados en una gestión que lleva poco más de cuatro meses. Pero en forma subterránea comenzó un debate interno con algunos cruces picantes en relación a la estrategia política que el oficialismo deberá desplegar, especialmente en el Conurbano, para no resbalar en la elección de medio término.
Hay dirigentes que empiezan a dejar caer críticas a algunas medidas oficiales. Muchos intendentes están preocupados porque están pagando los costos del aumento del desempleo, la inflación y el fuerte ajuste de tarifas. Y como contrapartida, no pueden exhibir todavía el comienzo del ambicioso plan de obras que proyecta la Provincia.
Pero están inquietos por otras cuestiones: ven con indisimulado malestar y desconcierto el hecho ya no sólo de que permanezcan sino que se haya nombrado a dirigentes K en resortes clave de las administraciones nacional y provincial.
Los casos del Anses, el Pami, planes educativos y otros organismos, están siendo puestos bajo la lupa de no pocos dirigentes que observan incrédulos como sectores de La Cámpora siguen acarreando agua para su molino con la ayuda social oficial y en sus propias narices.
El amargo reclamo público del intendente de Brandsen, que incluso aseguró que está dispuesto a irse de Cambiemos, no resulta un quejoso foco aislado en la geografía oficial. Por el contrario, dirigentes del propio gobierno de Vidal presionan sin resultados para que la Nación desplace de sus distritos a kirchneristas que manejan ayuda social y recursos a discreción.

¿Acercamiento?
Esos chispazos se enlazan con el incipiente debate electoral. Por estas horas existen contactos reservados para acercar posiciones entre el vidalismo y el sector que lidera el presidente de la Cámara de Diputados nacional, Emilio Monzó.
El ex intendente de Carlos Tejedor supo caminar junto a Vidal en una estrategia política que dio sus frutos: bloquear las intenciones del alcalde de Vicente López, Jorge Macri, de ser candidato a gobernador.
Pero anudaron en cierre efímero: cuando tuvo que definir su gabinete, la Gobernadora le cerró la puerta a Monzó y recompuso relaciones con el primo del Presidente. Hoy, se comenta en el PRO, el principal sostén de una posible candidatura a senador nacional por la Provincia de Macri es justamente Vidal.
Cuentan que la mandataria envió a un encuentro con dirigentes cercanos a Monzó al ministro de Gobierno, Federico Salvai. “Fue un asado, no pasó más de eso”, dicen en el macrismo.
El gobierno provincial habría empezado a escuchar sugerencias que llegan desde distintos frentes. La primera, la que tiene que ver con  el acuerdo de gobernabilidad sellado con Sergio Massa. “Es increíble que Sergio tenga todavía cerca de 12 intendentes. Falta gestión política para traernos alguno”, rezonga más de un macrista.
No es el único asunto en relación a Massa. Cuentan que en la Casa Rosada se siguen acumulando broncas contra el jefe del Frente Renovador. Y esa inquina creciente podría repercutir sobre el cierre que con el vidalismo funciona en la Provincia.
También se pone el foco sobre algunos alcaldes del Frente para la Victoria, en particular aquellos que se muestran dialoguistas con el Ejecutivo bonaerense.
Sobre la estrategia desplegada sobre ellos también aparecen chisporroteos internos. “Reciben más que los nuestros y se los mima, pero no se avanza para sellar acuerdos”, señalan en sectores del PRO.
Son los que creen que la idea de sumar peronistas sueltos como ha venido sucediendo en las últimas semanas ayuda, pero que no es determinante. “Hay que quebrar el Conurbano, en especial la Tercera sección”, repiten con la mira puesta en el calendario electoral.
Allí Mauricio Macri perdió por casi 500 mil votos y en el PRO sueñan con algún pase rutilante de algún intendente que ayude a emparejar la cuenta.
La cuestión no parece sencilla. El debate está abierto porque funcionarios cercanos a Vidal se inclinan por pensar que una buena gestión de la mandataria será decisiva para ganar en 2017.
No todos creen lo mismo. “Ella no va a ser candidata”, replican. Creen que Jorge Macri sería un buen nombre, pero no tiene ni por asomo los niveles de adhesión que registra Vidal. “Y encima en la Provincia vamos a terminar peleando contra presidenciables”, acotan, en referencia a Massa y, acaso, Cristina Kirchner, Florencio Randazzo o Daniel Scioli.

Estrategia
El debate está centrado en la estrategia política y electoral para no derrapar en la Provincia. Qué hacer, por ejemplo, en las comunas donde se es oposición: si apuntalar a quienes fueron candidatos y perdieron para alimentar el armado político que ya funciona o buscar la alternativa de intentar acuerdos con algunos jefes comunales.
No es ajeno a esa discusión el tema de los nombres de quienes serán cara visible de la marca Cambiemos. Ya se mencionó a Jorge Macri, pero no es el único. Hay ministros nacionales en danza como Rodolfo Frigerio o Esteban Bullrich. Algunos macristas no dejan de fantasear con el reconocido neurólogo Facundo Manes, quien sonó fuerte para las últimas elecciones bajo el ala del radicalismo.
Tampoco se descarta a Elisa Carrió, quien desde hace algunos meses tiene domicilio en la Provincia y podría ser candidata. Y en el radicalismo se habla de Ernesto Sanz, aunque su condición de mendocino atentaría contra su hipotética transformación en postulante bonaerense. 

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