País de inmensas riquezas naturales...desprotegidas

Latinoamérica alberga la mayor diversidad de especies y eco regiones del mundo. Respecto al número de parques nacionales, Brasil se lleva la palma, con 69. Le siguen México (66), Colombia (56), Venezuela (43), Chile (36) y Argentina (35), incluido el recién creado Parque Nacional Impenetrable. Venezuela es el país que mayor porcentaje de área terrestre y marina protegida tiene; el 49%. Le siguen Ecuador (37%), Nicaragua (32%), Guatemala (29%) y Brasil (26%). Argentina, pese a sus reconocidas riquezas naturales, tiene menos del 10% de la superficie continental y el 1% de las áreas marinas protegidas. No sólo en términos cuantitativos estamos en déficit. Cualitativamente, la cobertura es incompleta; un tercio de la superficie de los Bosques Andino Patagónicos está protegida, mientras que del Pastizal Pampeano apenas un 1%. Es necesario crear nuevas unidades de conservación para mejorar la representación de los diversos ecosistemas argentinos.
Otra acción necesaria es la creación de Parques Binacionales. Existen muchos ejemplos de gestión de los recursos naturales compartidos a lo largo de las fronteras sin afectar soberanías. Con la propagación de problemas potencialmente graves, como el cambio climático o la escasez de agua, la cooperación transfronteriza se torna crucial. En ningún otro lugar reviste mayor importancia como en el ecosistema Hielo Patagónico Austral. Crear un Parque Binacional entre el parque argentino Los Glaciares y los chilenos Bernardo O’Higgins y Torres del Paine -que podría llamarse Hielo Patagónico Austral-, constituye un aporte imprescindible para la conservación de los glaciares. Debiera avanzarse en la creación del parque Binacional Iguazú, fruto de la unión de nuestro parque nacional Iguazú, y el brasilero parque do Iguaçu; como resguardo de una significativa muestra de la Selva Paranaense, uno de los ecosistemas más amenazados.
Si bien en Parques Nacionales hubo -y hay- muchos conflictos y ninguno está originado exclusivamente en el hecho de que la administración dependa del Ministerio de Turismo, convendría ponerlos en la órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, hecho que contribuirá a jerarquizar la cuestión ambiental. La explotación de los recursos naturales que vaya más allá del punto óptimo sustentable se enfrentará irremediablemente con el fin de su negocio.