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LIBERTADORES

Con un pie en octavos

Un Vélez desesperado no podía quebrar a Deportivo Quito. Pero a un minuto del final, el Burrito Martínez, el mejor de la cancha, puso el agónico 1-0. Con este triunfo, el equipo de Gareca quedó muy cerca de clasificarse a la siguiente fase.

Vélez fue el dominador, tuvo la iniciativa, el control de la pelota, de la cancha y dispuso de las mejores jugadas de riesgo. Pero durante 89 minutos, no tuvo el gol. El triunfo ante Deportivo Quito, merecido y justificado desde el juego, parecía eludir al equipo de Gareca. Pero en el último suspiro del partido, apareció la figura de la cancha, el Burrito Martínez, para anotar el agónico gol de la victoria y dejar al equipo de Ricardo Gareca a un paso de la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores.
La idea de Vélez fue clara: intentar golpear de entrada para poder regular el físico en etapa final del partido. Pero ese plan terminó perjudicándolo: el equipo se desesperó por encontrar ese gol que destrabe el partido y perdió precisión en los últimos metros. Si bien tuvo campo y pelota, no fue claro durante la primera mitad.
Los atacantes ocuparon espacios equivocados. La jugada individual no llegó y las asociaciones brillaron por su ausencia. En este contexto en el que Vélez fue solo la "idea" de ir al frente, Deportivo Quito no tuvo que hacer mucho para superar esos 45 iniciales sin mayores problemas. Es más, a los 22 minutos Barovero tuvo que esforzarse para sacar un picante remate de Alustiza desde afuera del área.
¿La más clara de Vélez? Recién a los 41, Zapata metió un pase alto para el Pocho Insúa, que no pudo eludir a Elizaga en el mano a mano. Nada más.
Vélez intentó darle más dinámica al ataque en el segundo tiempo. Su mejora tuvo que ver con la tarea del Burrito Martínez, que desequilibró constantemente por izquierda. A los 10 minutos, el Burrito desbordó por ese costado, mandó el centro atrás para Insúa, que remató bajo y obligó a una gran tapada de Elizaga. El rebote le quedó a Cubero, que estalló su tiro en el palo. Cinco minutos después y luego de una pelota robada por Martínez, Óbolo tuvo otro mano a mano que el arquero volvió a neutralizar.
El equipo del Tigre siguió empujando y creando riesgo sobre el arco ecuatoriano, pero el gol brillaba por su ausencia. Y cuando todo el Amalfitani ya se hacía a la idea de llevarse un solo punto, apareció la gran figura para cambiar la historia. Un cabezazo de Ortiz dejó solo a Martínez que finalmente pudo quebrar la resistencia de Elizaga para anotar el 1-0 y dejar a Vélez muy cerca del boleto para la siguiente fase de la Copa. Ahora, falta el último paso. 

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