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Plantel de Rivadavia de Junín que logró el campeonato Nocturno 2018/2019.
FÚTBOL

El sacrificio tiene sus recompensas: a qué se dedican los jugadores del Rivadavia campeón

Trabajan más de ocho horas diarias, algunos son padres de familia, entrenan al máximo y formaron parte del plantel Albiceleste que logró la última edición del Torneo Nocturno. Las historias del "Peki" Álvarez, "Manteca" Martínez, del "Pelo" Neculpán, "Cuca" Sánchez y de Mauro Bianco.

Salir campeón en nuestro fútbol amateur tiene un mérito doble. Por eso se festeja tanto. Es que los jugadores, además de dejar todo en la cancha, durante la semana trabajan, algunos son padres de familia y todos se hacen un lugar para entrenar al máximo. 
En el último plantel campeón de Rivadavia de Junín hay ejemplos de sobra. Uno de los símbolos de este equipo fue sin dudas su capitán Ezequiel "Peki" Álvarez, quien en diálogo con Democracia contó detalles de su vida fuera de las canchas. Hace 18 años que trabaja junto a su padre Cesar en una tornería. En este emprendimiento familiar también están sus hermanos Franco y "Maxi". 
Un día normal para el "Peki" arranca temprano. "Me levanto siempre antes de las ocho, trabajo hasta el mediodía, como algo liviano, después entreno y a la tarde vuelvo a trabajar", contó a este diario. Además, el capitán es padre y se dio el enorme lujo de dar la vuelta olímpica junto a su pequeña hija.
No caben dudas de que el "Peki" siente la camiseta. Al respecto, agregó: "Para mí, estar en este equipo es un orgullo. Entrenamos mucho para lograr el campeonato y por suerte se nos dio. El esfuerzo tuvo su recompensa".
Alexis "Manteca" Martínez no necesita de muchas presentaciones. El experimentado delantero, a los 33 años se dio el lujo de dar una nueva vuelta olímpica y jugando en un gran nivel. Afuera de la cancha, es padre de Olivia y Vera; y trabaja en la Terminal de Ómnibus en la atención al público de una empresa de transporte.
Sobre la pasión que representa para él jugar al fútbol, el "Mante" contó: "A veces me tocan horarios complicados en el trabajo, por ejemplo de diez de la noche a seis de la mañana. Para jugar el nocturno he tenido que arreglar horarios con algún compañero y para entrenar, voy habiendo dormido un par de horas".
Agregó: "No puedo decirte que entrenar me pesa, al contrario, para mí es un placer, un cable a tierra; y sobre todo con el grupo que se armó, muchos tenemos más de treinta años y haber logrado lo que logramos tiene un valor especial por la amistad que tenemos. Ni hablar de haber podido jugar con mi hermano (Emanuel "Bichi" Martínez)".
El "Pelo" Matías Neculpan es otro de los jugadores del Rivadavia campeón. Además de jugar en el Albiceleste, es papá de Milagros y trabaja en un comercio. "Tengo un almacén, en Belgrano y Ruta 188, trabajo de 8 a 13, voy a entrenar, vuelvo a mi casa, descanso un poco y después vuelvo al negocio hasta las ocho, ocho y media", comentó.
En su trabajo, Matías puede estar más de ocho horas parado. Sobre este desgaste, comentó: "Creo que todos hacemos un gran esfuerzo porque nos encanta el fútbol. Yo me siento muy cómodo en Rivadavia, tengo muchos amigos y el trato con el cuerpo técnico también es muy bueno. Todo eso nos motiva a seguir, a meterle en los entrenamientos".
Otro de los que trabaja y juega es el "Cuca" Oscar Sánchez, uno de los líricos que tuvo el Rivadavia campeón del Nocturno. En diálogo con Democracia, el habilidoso volante contó: "En mi caso trabajo en horario comercial en Rossetti (casa de deportes). Salgo a las 12.30, voy un ratito a mi casa y después al entrenamiento que siempre es a las 13.30. Vuelvo a la tarde y trabajo hasta las ocho. En algunos partidos del nocturno me fui directo del trabajo a la cancha". "También tengo una nena, Sofi, que es lo más importante en mi vida", remarcó orgulloso. 
Comer liviano en horarios inusuales, entrenar al máximo, ser buen compañero y dejar todo en cada partido parecieran ser las claves que no muchos conocen del último campeón.
Y si de campeones hablamos, es imposible no mencionar al aquero Mauro Bianco que en la final contra La Loba atajó el penal que le dio la consagración al Albiceleste. El "1" de Rivadavia afuera de la cancha es docente; "profe" de química, física y matemáticas; es encargado del laboratorio de la escuela normal y también trabaja en el Centro de Contención Junín.
Sobre el logro obtenido y el sacrificio de sus compañeros, Mauro opinó: "A mis 39 años no puedo pedir más, todo el esfuerzo valió la pena. Todos hacemos un esfuerzo tremendo para entrenar y para jugar, en mi caso considero que al tener un estudio el trabajo es un tanto más liviano, al menos desde lo físico. Por eso uno admira a aquellos muchachos que son albañiles o que hacen trabajos de fuerza".

El resto de los campeones
El plantel que condujo al campeonato el director técnico Gustavo Merlo también estuvo integrado por Esteban Ávalos y Juan Alemis, que trabajan de policías; Ezequiel Iza, en una estación de servicio YPF; Santiago Illesqui, en el suministro eléctrico; y Mariano Acevedo, en NIDERA.
Lucio Cannarozzo  es "profe" de educación física y preceptor; Ramiro Astrada es quinesiólogo; "Nacho" Tepa es abogado; Andrés Peralta tiene una peluquería canina; mientras que Rodrigo Sánchez y Juan Gómez tienen una verdulería.
Por último, entre los que estudian y los que buscan trabajo están Emanuel Martínez, "Nacho" Gil Rivero, Gilardoni, Sayago, Zarlenga, Facundo Ferrari, "Nacho" Zambre y Pablo Carmuega.
Todos ellos fueron conducidos por Gustavo Merlo, que además de ser el DT del Rivadavia campeón y de tener una escuelita de fútbol; también trabaja como visitador médico.
En definitiva, por el esfuerzo, la pasión y el juego colectivo que desarrollaron, ya no quedan más dudas que Rivadavia de Junín ha sido un justo campeón.

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