AFIRMAN QUE SE PRIORIZARON LOS SECTORES CON MÁS ACCIDENTES; CRÍTICA DE UN ESPECIALISTA

Autovía: 80 kilómetros entre Chacabuco y Areco seguirán siendo de un solo carril

La conversión de la Ruta Nacional 7 a una autopista de dos carriles por mano no será entera de Junín a Buenos Aires. Los tres llamados a licitación que hubo son para tramos separados y en el medio quedará un extenso trayecto de calzada simple a doblemano.

El sueño de llegar de Junín a Buenos Aires de un tirón por autovía deberá esperar. Es que la expectativa generada por el llamado a licitación y apertura de los sobres de tres secciones de la Ruta Nacional 7 para su conversión en una autopista de dos carriles por mano entre esta ciudad y Luján, se ve opacada ante la noticia de que el tramo de ochenta kilómetros entre Chacabuco y Carmen de Areco, aún no está en los planes de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Si bien DEMOCRACIA siempre informó sobre cuáles eran los trayectos incluidos en los llamados a licitación 7/2014, 8/2014 y 9/2014 de la DNV, que no contemplaban la sección comprendida entre el km. 139,20 de la Ruta 7 y el km.  219, una voz oficial confirmó ayer que ese tramo no estaba en los planes.
“Hemos priorizado que se llame a licitación del proyecto de la obra de San Andrés de Giles a Carmen de Areco y de Chacabuco a Junín por ser los tramos que presentan mayor número de accidentes”, dijo a DEMOCRACIA el diputado nacional Julián Domínguez, uno de los principales impulsores políticos para que la DNV realizara los llamados a licitación pública. “La construcción de estos tramos va resolviendo la cantidad de accidentes”, afirmó.
Domínguez dijo que por el momento no estaba previsto hacer un llamado a licitación de ese tramo. “Entre Carmen de Areco y Chacabuco se están haciendo las obras de ensanchamiento (de las calzadas de un solo carril por mano existentes) producto de la concesión de ese tramo”, afirmó.
“Se priorizaron esas ciudades (Junín - Chacabuco y San Andrés de Giles - Carmen de Areco) por pedido de los vecinos por los accidentes”, dijo el diputado.
En el Gobierno local afirmaron que oficialmente trascendieron los mismos argumentos esgrimidos por Domínguez, sobre la omisión de ese tramo en la obra de la autovía.
Por este motivo, una vez finalizadas las obras licitadas hasta el momento, quien viaje de Buenos Aires a Junín por la Ruta Nacional 7, circularía por autopista desde Capital Federal hasta Carmen de Areco, allí entraría en una ruta de un solo carril por mano durante ochenta kilómetros, luego en Chacabuco  ingresaría de nuevo a una autovía hasta Junín, y de continuar por la 7 ingresará otra vez en una ruta.

 “No es lógico”


El ingeniero Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), y con vasta trayectoria en temas de seguridad vial, dijo que “en lo que es una ruta nacional de doble circulación, de un carril por mano donde la densidad de transito es similar (en cada mano), la probabilidad de tener un siniestro frontal son bastante parecidas”.
“Salvo que haya algún punto negro o porque son entradas de pueblos o curvas peligrosas o lo que sea, la probabilidad es la misma. No es lógico andar cambiando de ruta a autopista, de autopista a ruta, salvo que sean cambios de jurisdicciones provinciales. Por lo tanto lo lógico sería ir generando tramos de autopista uno a continuación del otro y no hacer tramos salteados”, afirmó.

Entre las más peligrosas

“La Ruta 7 en particular tiene una cantidad de siniestros importante dentro de lo que son las rutas nacionales. Está entre las cinco primeras con mayores siniestros, obviamente porque son de doble circulación, tiene muchos camiones circulando, es una zona agrícola ganadera importante también. Entonces hay muchísimo tráfico y mucho camión, y los camiones participan en al menos un 30 por ciento de los siniestros mortales”, dijo Pons.
“Entonces cuando tenemos autopistas de doble circulación que no tienen necesidad de adelantamiento por la mano contraria la probabilidad de siniestros baja considerablemente”, explicó el presidente del Ovilam.
En una Ruta por la que circulan ocho mil vehículos por día, el 40 por ciento de ellos camiones, Pons afirmó que “lo lógico sería que la autopista se hiciera toda hasta Junín porque su densidad de tránsito así lo amerita, no que se haga por tramitos y encima que sean salteados”.
“Las rutas (nacionales) 9, 7, 8 y 3 son las que más siniestralidad tienen por distintos motivos. La 9 tiene muchos problemas de neblina, la 7 y la 8 son rutas que tienen mucha densidad de camiones. La 7 tiene una continuidad internacional, conecta Chile y Mendoza con Buenos Aires. A esta altura del partido debería ser toda una autopista desde Mendoza hasta acá”, subrayó.
“Hablando del tramo de la Provincia de Buenos Aires no suena muy lógico que los tramos sean alternados. Lo lógico es que uno parta desde la Ciudad de Buenos Aires o el Acceso Oeste y puedas tener una continuidad hasta donde sea, en este caso hasta Junín. No sería nada loco hacerlo de Buenos Aires hasta Junín, serían unos 250 kilómetros”, manifestó.
El ingeniero, especialista en seguridad vial, insistió con que “no sería algo insólito” poder tener una autopista entera hasta Junín, sobretodo cuando a partir de Luján hay tramos que están empezados hace muchísimos años “y nunca se terminan”.

Puntos de riesgo


Sobre los problemas que podría traer una reducción en la cantidad de carriles para quienes circulen desde Junín o Buenos Aires y pasen por el tramo entre Chacabuco y Carmen de Areco, Pons afirmó que “el hecho de achicar el tránsito genera puntos de riesgo” y que para el conductor “cambia considerablemente” su comportamiento en la ruta.
“Uno no debería perder la atención y la concentración, pero no es lo mismo la comodidad que uno tiene circulando por una autopista que por una ruta donde hay adelantamientos, vehículos lentos que inexorablemente los temes que pasar, y hay una cuestión muy importante y es el ‘timing’ (capacidad de cálculo en determinada situación) o no tener ‘timing’ de la gente que maneja”, señaló.
Sobre estos ingresos y egresos reiterados en distintos tipos de ruta, Pons dijo que “no es lo lógico ni coherente”.
“Lo coherente es hacer tramos continuos y después si tenés que empalmar con una ruta, se empalmará con una ruta pero no es lo ideal andar haciendo estos cambios de autopista a ruta y de ruta a autopista”, agregó.
En ese sentido, el ingeniero explicó que el choque mortal por excelencia es el choque frontal y el 44 por ciento de las muertes en siniestros viales son en choques frontales, en rutas provinciales y nacionales. Y de seguir manteniéndose ese tramo sin construir, seguirá habiendo el mismo riesgo de impacto frontal.
“La gran ventaja que tiene la autopista es que al evitarse el adelantamiento prácticamente no hay posibilidad de choques frontales, salvo que uno se cruce directamente a la otra vía, lo cual no es lo mas común. Tratar de evitar el siniestro frontal es vital”, recalcó Pons y recordó que cuando se está pasando a un auto en una ruta de un solo carril se está circulando en contramano.
“Hoy en día cualquier auto desarrolla una velocidad considerable y no todo el mundo tiene los reflejos para manejar en una ruta. Entonces la maniobra de adelantamiento, que es la más peligrosa de todas, no siempre se hace con las precauciones necesarias y algunas veces termina en tragedia”, afirmó. 

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