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PROBLEMAS URBANOS

Veredas rotas: una postal cada vez más repetida

Baldosas destruidas o inexistentes, escombros, pastizales y obras en construcción que usurpan el paso, son algunos de los obstáculos a los que se deben enfrentar muchos vecinos.

Causantes de tropezones, fuentes de salpicones en zapatos y pantalones en días de lluvia, obstáculos para sillas de ruedas, cochecitos y personas con movilidad reducida, las veredas rotas en Junín suman un dolor de cabeza para muchos vecinos.

En varias calles de la Ciudad hay baldosas destruidas o que no están en algunos casos por culpa de las raíces de los árboles, y en otros por su antigüedad, falta de reposición y el paso de las obras de construcción.

Estos verdaderos obstáculos urbanos hacen que en muchos lugares los peatones deban caminar prestando particular atención al suelo, y al encontrarse con una de estas barreras, quienes se trasladan con la ayuda de un bastón, muleta o silla de ruedas, están obligados a hacer maniobras que en muchos casos resultan riesgosas, como lo es bajar a la calle para esquivar los escombros.

Una constante que se da en Junín en el último tiempo, con la construcción de varios emprendimientos inmobiliarios, son las obras que cierran de forma completa el paso por la vereda y obliga a los transeúntes a bajar a la calle, sin brindarles un puente provisorio con la barrera reglamentaria para este tipo de proyectos.

Para peor, cuando estos emprendimientos llegan a su fin, en muchos casos dejan las veredas aledañas con faltantes o destruidas. Y así, el fenómeno se multiplica.

En cuanto a las obras, en Junín la ordenanza 3180 establece multas para  los responsables o dueños de “las obras en las cuales el cerco  provisorio  invada  en la mitad  del ancho de la vereda”; “por depositar  materiales en veredas y calzadas”. 

Y en el caso de los vecinos, la misma norma prevé sanciones para “todo   propietario  que en  las  veredas del  frente de sus predios  tuviera baldosas  flojas o faltaren baldosas”; quien “tuviera  vereda  y/o cercos antirreglamentarios”; “la ocupación de veredas y calzadas  con maquinarias  agrícolas u otros vehículos”; “por  obstruir  veredas o  calzadas  con  bultos, cajones, mesas,   cercos,   vehículos, materiales de construcción; y “por no extirpar malezas de las veredas”.

En 2012, la Municipalidad de Rosario fue condenada a resarcir económicamente con 80.000 pesos a una mujer que sufrió heridas al caer al suelo por una vereda en mal estado. 

El Tribunal destaca que la Comuna “tiene el poder de policía para controlar la seguridad de los habitantes, ordenando a quien corresponda la señalización o reparación de los obstáculos presentes”.

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