“Manteca” Martínez repasó su trayectoria con Democracia.
“Manteca” Martínez repasó su trayectoria con Democracia.
EXJUGADOR DE FÚTBOL

Alexis “Manteca” Martínez: “Retirarme campeón con Rivadavia fue cerrar el círculo”

Integró una decena de equipos que se reparten entre Junín y la zona. Fue parte del Quilmes que jugó la Copa Libertadores y, en el marco de su experiencia como sparring de la selección Argentina conducida por Bielsa, compartió entrenamientos con figuras como Riquelme y Aimar. Logró ascensos en distintas categorías y decidió volver del retiro para coronarse a nivel local con BAP y Rivadavia. Hoy, alejado de las canchas, se enfoca en su trabajo de comisionista.

Del barrio Fonavi a conocer más de 200 canchas de todo el país, integrar la lista de juninenses que llegó a coquetear con la Copa Libertadores y compartir entrenamientos con Juan Román Riquelme y Pablo Aimar. Se trata de la historia de vida de Alexis Martínez, conocido popularmente como “Manteca”.

En diálogo con Democracia, recordó su infancia; contó cómo fue su desarrollo en el fútbol profesional; valoró las palabras que tuvo Gustavo Alfaro como DT en su paso por Quilmes; analizó su paso por Sarmiento; y destacó el lugar ocupado por Rivadavia en su vida.

Pitido inicial

“Crecí en el barrio Fonavi. Hice la primaria en la escuela N°16 y luego hice un año del secundario en el Nacional porque después me fui a jugar al fútbol. Somos cuatros hermanos”, introdujo Martínez.

“Mi papá trabajaba en el ferrocarril y siempre trabajó de camionero para una vidriería, taxista o frigorífico. Por su parte, mi mamá era ama de casa y, cuando falleció mi papá, se tuvo que hacer cargo de mis hermanos más chicos y trabajó de maestranza en el banco”, describió.

Sobre su relación con la pelota recordó: “Jugábamos con los chicos de barrio al fútbol en la vereda o una canchita. Íbamos al campito del Ciego López en General Paz y Sanabria”. 

“Juego al fútbol desde que tengo uso de razón. Un día me invitaron a ir a practicar a Rivadavia, cuando el técnico era Hugo López de la Décima. Era chiquito y ligero y me ficharon en Rivadavia”, contextualizó y comentó: “Mi categoría, que es la del 85, tenía un buen equipo y salimos campeones varios años”. 

De tal manera, fueron pasando los años y, a su vez, las categorías por las que transitó Martínez durante su formación. Representando a la selección sub-15, participó de un torneo nacional cuando fue visto por un grupo de representantes oriundos de la localidad vecina de Nueve de Julio.

“Me llevaron a Quilmes a una prueba, quedé e iba dos veces por semana. También me llevaron a Newells que quedé, pero no se pudo arreglar la pensión. Otra prueba fue en Gimnasia Esgrima La Plata que tuve un mal día y no quedé”, rememoró. 

“Estaba convencido de que ese era el camino y fui a Buenos Aires. Cambié de escuela y fue toda una movilización”, describió y siguió: “Se fue dando todo rápido. Cuando fui a Quilmes estaba gerenciado por una empresa. El primer año fue bueno y al segundo año se dejó de gerenciar. Se notó un cambio radical: de tener un desayuno ejecutivo a una taza de leche con tostadas”. 

“Estuve desde Séptima de AFA y mi mejor año fue en Quinta que fui segundo goleador con 29 goles y elegido mejor jugador por AFA. El primer goleador fue un jugador de Boca con 30 y yo segundo jugando en Quilmes que era una diferencia no menor entre ambos”, resaltó. 

Trayectoria

Siguiendo con su trayectoria en el Cervecero hizo referencia a sus participaciones en Reserva y, ya para el 2004, inició su relación con el profesionalismo. “Un viernes estábamos haciendo fútbol-tenis y fuimos a entrenar con la Primera. Va Alfaro y me dijo ´Manteca andá al vestuario de Primera, fíjate que estás en la lista de concentración contra Racing´. Tenía 19 años”, relató. 

Además del reconocimiento de toda la pensión en la que vivía, un hecho no menor eran los nombres que formaban parte de aquel equipo como Marcelo Pontirolli, Leandro Desábato, Chapu Braña, Tweety Carrario, Miguel Caneo, Diego Torres y Daniel Cigogna.

Respecto a los cambios vivenciados contó: “Al ir a un hotel, no tenía compañero de pieza así que me asignaron a André Pérez, un colombiano que me ayudó un montón a la adaptación. Fui al banco y, a los 20 minutos del segundo tiempo, me llamó Alfaro para entrar. Me dijo que juegue como lo hacía en Reserva y que me divierta”. 

Precisamente, el DT Alfaro, con presente en la selección de Paraguay, fue quien le dio la oportunidad de ser profesional. Al respecto, Martínez, analizó: “Que me haya dado esa posibilidad fue algo extraordinario y se notaba que le iba a pasar lo que le pasó luego y llegar a una selección. Tenía mensajes claro y fue sincero conmigo. Cuando se va a San Lorenzo me quiso llevar y Quilmes me cotizó en un valor muy alto y no me dejó ir”. 

En torno a otras posibilidades expuso: “Vino un grupo de Italia a llevar jugadores y solo podían llevar comunitarios. Como no tenía ciudadanía se hizo difícil. Me compraron el 50% de derechos económicos y tuve muchas trabas desde el club también”. 

“Ese mismo año Quilmes entra en la pre Libertadores y jugamos el repechaje contra Colo Colo. Se ganó y se entró en la zona de grupos. Vino Almeyda, que volvía del retiro; Luis Rueda de Racing; Nelson vivas; Aldo Osorio; sumado a lo que estaban”, detalló. 

En lo que hace a sus participaciones en el Cervecero, Martínez manifestó: “Jugué contra River, Independiente, Racing y Lanús, entre otros. Generé ocasiones de gol, pero no pude concretar”. 

En tal sentido, sobre los vaivenes del mundo del fútbol analizó: “En el clásico Lanús-Quilmes, Diego Valerihace el gol del triunfo y salió como tapa del diario Olé. En el mismo partido, había tenido una ocasión yo que se fue por al lado del palo. Pude haber sido yo quien salía en la tapa, pero el fútbol es así: la que entra, sos tapa. Y mi remate salió afuera por poco”. 

Además de su desempeño en la máxima división de fútbol nacional, Martínez también tiene el galardón de haber vestido la casaca albiceleste y haber entrenado en el predio de AFA. “Trabajé con la selección mayor cuando estaba Marcelo Bielsa que usaba sparrings para mostrar los trabajos. Entrené con Paolo Goltz, Gabriel Mercado, Mauro Boselli,

Pocho Lavezzi, Juan Román Riquelme, Andrés D´Alessandeo, Pablo Aimar y Gabriel Heinze. Después aparece Lionel Messi en 2005”, contó.

“Me voy de Quilmes en 2006, después de la cúspide que fue la Liberadores que empezó a ir todo mal y pasaron muchos técnicos. Cada DT llevaba jugadores y yo, que era del club, quedaba relegado”, señaló.

Paso por Sarmiento

Tras su partida del Cervecero, el Verde significó la mejor opción para continuar ligado al profesionalismo. En tal sentido, narró: “Estaba Fabián Nardozza y vino Jorge Ginarte.

Estuve un año que me costó porque venía de otro fútbol y la B Metropolitana era picante y te comían vivo. Yo jugaba como carrilero por izquierda, pero no tenía retroceso. En los últimos partidos empecé a andar bien”.

“Seguí ligado a Quilmes y en el 2008 terminó mi contrato. En Sarmiento agarró Fabio Nigro y entramos al reducido. En el primer partido contra Morón, que había salido primero de punta a punta, le ganamos 3-2 en su cancha y lo dejamos afuera”, compartió. 

Y siguió: “Jugamos contra Sportivo Italiano que le ganamos de local, pero perdemos de visitante y quedamos afuera. Me llamaron de varios lugares como Atlanta e Italiano y decido ir a este último voy”. 

Además de Italiano, donde logró un importante ascenso a la Primera B Nacional, Martínez también jugó en Alvarado de Mar del Plata, Douglas Haig de Pergamino, Pintense, entre otros.

Volviendo a lo que significó y es el presente del Verde en la Liga Profesional indicó: “Hoy está todo más cercano porque Sarmiento está en la élite del fútbol. En Primera es todo cabeza y constancia. He visto jugadores que jugaban mejor que yo, pero sin tener sus cualidades, entrenaba el doble, sin mirar a nadie y cuidándome”. 

Luego de su retiro, cuando estaba lejos de las canchas, Martínez volvió a jugar a nivel local a través de un pedido especial de su hermano. “Emanuel me insistió mucho para volver. Lo único que me faltaba era jugar con mi hermano y volví a Rivadavia”. 

Cierre

Al hacerlo, vistió la casaca del Celeste, la de Newbery y la BAP. Sus participaciones fueron sumamente importantes, ya que, cosechó distintos campeonatos.

“Salí dos veces campeón con Rivadavia, pero el último lo fue todo: amigos del club y chicos surgidos ahí. Solamente tuvimos dos jugadores que eran refuerzos. Haber terminado mi carrera de la manera que quise y frente a mis hijas”, consideró. 

Además de consagrarse como goleador del torneo, acerca de la histórica final disputada frente a Defensa, Martínez compartió: “Ni vi ningún penal, solo escuchaba el grito de la gente. Me arrodillé y miraba para el piso. Mucho nervio que nunca me ha pasado. Cuando uno vuelve al lugar de origen es el sentimiento el que te lleva”. 

Semanas después de la coronación conseguida con Rivadavia, Martínez decidió dar lugar al retiro definitivo. “Lo charlé con mi mujer y mi familia. Pensar que desde los 8 hasta los 38 hice lo mismo: entrenar, concentrar y jugar. Desde que dejé de jugar no fue una mochila, pero pareciera que me saqué un peso. El fútbol fue una parte de mi vida y ahora arranca otra”. 

“No sé qué pasará mañana, pero lo dejé. Siempre fui responsable hasta el último día. Disfrutar los domingos en familia, ver automovilismo que me gusta mucho la Fórmula 1 y estoy más enfocado en lo laboral que es el manejo de las encomiendas del grupo Flecha en Junín”, dijo. 

Finalmente, concluyó: “Disfruté de todo hasta el último día que jugué. Yo dejé al fútbol, no él a mí. Siempre fue mi idea esa, me retiré sintiéndome bien y feliz”.

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