En medio de un debate con condimentos morales, ideológicos y religiosos, la Cámara de Diputados dio ayer un primer paso hacia la legalización del aborto, un tema que despierta fuerte controversia y polémica en la sociedad y también en la política.
Por primera vez en la historia del país, el Congreso nacional abordó la temática del aborto de forma institucional en la comisión de Legislación Penal, que preside el diputado de la Coalición Cívica, Juan Carlos Vega.
En ese marco se midieron las posturas a favor y en contra de la interrupción voluntaria del embarazo y tras varias idas y vueltas se acordó avanzar con la firma del dictamen sobre un proyecto que establece la libertad para abortar en las primeras doce semanas del embarazo.
El festejo por el avance en el debate se ramificó entre los legisladores impulsores de la medida y los militantes que aguardaron por novedades fuera del edificio del anexo. Sin embargo, para que el proyecto llegue a ser estudiado en el recinto todavía debe pasar por las comisiones de Acción Social y Salud Pública y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.
Además, la firma del dictamen se tiñó de dudas luego de finalizada la reunión, ya que algunos sectores afirmaron que el proyecto no alcanzó el número de firmas necesarias para ser de mayoría, con seis sobre un total de 12 presentes (tiene que tener la mitad más uno).
El texto lo firmaron los diputados Horacio Alcuaz, Victoria Donda (Frente Amplio Progresista), Diana Conti (Frente para la Victoria), Rubén Lanceta (UCR), Fernanda Gil Lozano (Coalición Cívica) y Jorge Rivas (de Nuevo Encuentro, que no estuvo en la comisión, pero tiene autorización para adherir a la distancia por cuestiones de salud). En tanto, Vega, el titular de la comisión, firmó otro dictamen, que facilita el aborto en casos de violación o de riesgo de vida para la mujer, que está lejos de habilitar la legalización.
El número de firmas desató una polémica posterior a la reunión sobre si el dictamen era o no de mayoría, aunque en los hechos el proyecto es el que más adhesión tiene y de llegar al recinto sería discutido en primer lugar, por tener más firmas.
La reunión comenzó pasadas las 16 y finalizó después de las 18.45 en la sala 1 del edificio del anexo de la Cámara baja, con militantes a favor y en contra como tribuna. Al iniciar el debate, Vega preguntó a los integrantes de la comisión si querían avanzar con la firma de un dictamen o sólo limitarse al inicio de la discusión formal.
Finalmente, el proyecto que consiguió el mayor respaldo tuvo origen en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, de la que forman parte más de 250 organizaciones de la sociedad civil, con las firmas de unos cincuenta legisladores.
Además de despenalizar el aborto, la iniciativa establece que "toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional", al tiempo que debe poder "acceder a la realización de la práctica en los servicios del sistema de salud".
Cabe destacar que diputadas como Donda, Conti, Vilma Ibarra (no integra la comisión) y Gil Lozano, fervientes impulsoras de la legalización del aborto, argumentaron que no debía procederse a la firma, ya que se debía aguardar a sesionar en plenario de comisiones (Legislación Penal, Salud y Familia), para que el dictamen cobrara mayor impulso. En tanto, el presidente del cuerpo y el diputado Alcuaz se quejaron por "falta de voluntad política" y subrayaron que "en muchos casos se dictamina primero en una comisión y luego se gira el proyecto al resto". Superada esa discusión, se habilitó la presentación de los siete proyectos en carpeta y en ese marco Conti aclaró que el aborto "no está en la agenda del Poder Ejecutivo" y dijo que existen "posturas distintas dentro del oficialismo" al respecto.
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