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RECORRIENDO LOS BARRIOS

FONAVI 144: por la desidia municipal, vecinos conviven con desechos cloacales, basura y ratas

Pese a estar a escasos 250 metros de avenida Rivadavia, sus habitantes denuncian que están “aislados” y que padecen todo tipo de problemas de higiene. “Tenemos miedo de que los chicos sufran alguna infección”, comentó una mujer.

El FONAVI 144 es un vecindario en peligro: sus habitantes no tienen más opción que convivir todos los días con una enorme “laguna” de desechos cloacales, según pudo comprobar DEMOCRACIA, ayer, en una recorrida por el barrio.
Con todo, la “laguna” pone en evidencia el alto grado de desidia y, por qué no de negligencia, que ostentan tanto funcionarios municipales como EDEN SA, ASHIRA y Obras Sanitarias, a quienes los vecinos vienen reclamando desde hace semanas una solución.
Es que los desechos cloacales –con el potencial riesgo para la salud que implican- no son el único problema que tienen los vecinos, aunque sí es el más apremiante.
Hay sólo tres tachos de basura para las más de 30 familias que viven allí, en las tiras de departamentos, falta iluminación, asfalto y limpieza de los cordones.
“Si bien no es un barrio muy poblado, hay muchas criaturas, tenemos el barrio ferroviario enfrente, esto es un centro de contaminación terrible”, denunció un vecino consultado por este diario. Y agregó que desde hace más de 20 días vienen efectuando los reclamos correspondientes a Obras Sanitarias. “Nos dicen que se les rompió el camión, que el otro camión también está roto, siempre hay una excusa”, consideró.
El olor es nauseabundo, impresiona, indigna. “Tengo que cuidar muy bien que los chicos no bajen a jugar, porque tengo miedo de que se agarren una infección”, comentó una mamá preocupada.  

Desagües colapsados

“Hay una cámara de desechos cloacales que desemboca en la mitad de la calle, que está tapada y al no tener salida, revientan todas las otras cámaras”, explicó un vecino del barrio.
“Es impresionante el olor, se impregna en las piezas, en toda la casa; no hay desodorante que alcance, no es nada fácil esto, porque uno tiene que estar limpiando y nada”, afirmó una vecina.
“Los ratones juegan a las escondidas, no podemos dejar tendida la ropa porque las ratas caminan por la ropa, es un desastre”, lamentó una joven.

Inseguridad

La falta de iluminación, las calles de difícil acceso, y los “escasos” patrullajes contribuyen a la inseguridad del barrio, contaron los vecinos. “La Policía patrulla cuando se le antoja”, se quejó un ciudadano.
La cercanía con la ruta, una salida rápida para los delincuentes, tampoco facilita las cosas.

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