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Manolo en su herrería.
TEMA DEL DÍA

Cuarentena de trabajadores independientes: un drama económico para varios juninenses

Son autónomos, monotributistas e “informales” que dependen de poder realizar su actividad todos los días para generar ingresos. Ya empiezan a plantearse si podrán seguir pagando el impuesto. Por ahora, para ese segmento no hay una medida definida.

Manolo, con su marca Manos de Junín, comercializa productos de fundición para gastronomía y decoración por Mercadolibre y ya siente el impacto del freno a la actividad. Esta semana no tuvo ventas. 
Bianca es una emprendedora que fabrica ropa con su marca Pachakama y ya no va a poder comercializar sus prendas de vestir por el aislamiento. 
Ambos tienen en común que son cuentapropistas y viven de sus actividades en Junín. Ya empiezan a plantearse si podrán seguir pagando el impuesto. Por ahora, para ese segmento no hay una medida definida.
“No se vende nada. Hace una semana se paró todo. No sé cuánto tiempo puede durar esto. Los independientes están muy perjudicados y si tienen empleados, peor. Creo que la cadena de pagos se va a cortar”, afirmó Manolo.
“Si a un cuentapropista o a cualquiera no le dan un crédito a tasa cero, en menos de un mes se va aponer peor. La gente de mi barrio vive al día. Hay albañiles, hacen changas y no les entra plata”, explicó. Y subrayó: “Imaginate el que cerró el hotel y el comerciante que tiene empleados y se quedó sin ingresos”.
Por su parte, Bianca confirmó: “Hoy no se puede vender. Mis clientes son mayoristas que tienen negocios y están cerrados. El tema va a ser cuando se acabe el dinero, ya que no tenemos ingresos. Y espero que esta situación no se extienda por más tiempo”. 

“Sin ingresos no come”
Las medidas implementadas para hacer frente a las consecuencias económicas, laborales y sociales del coronavirus están dejando de lado, por ahora, a los más de 5 millones de trabajadores independientes o cuentapropistas.
En este universo están comprendidos los oficios más diversos, como plomeros, gasistas, albañiles, comerciantes y también trabajadores a distancia. Lo mismo que profesionales autónomos de las más variadas actividades. En resumen, labores que, en mayor o menor medida, tienen que “levantar las persianas” todos los días para generar sus ingresos.
Se trata de un conjunto de trabajadores que es al mismo tiempo “patrón y empleado” y “si no trabaja, no tiene ingresos y sin ingresos no come”. El impacto sobre la economía se va a sentir de inmediato.
Son peluqueros que no cortarán el cabello, locales de indumentaria que no venderán ni una camisa, comercios que no abrirán sus puertas al menos hasta el 1 de abril, si todo sale bien. Hasta los paseadores de perros se quedan sin trabajo por dos semanas. 

La capacidad de ahorro, muy baja
El tema de los monotributistas o trabajadores independientes es que, una buena parte de ellos, tienen ingresos que apenas les permiten mantenerse por arriba de la línea de pobreza. Y su capacidad de ahorro -por ejemplo para enfrentar esta situación inesperada- es muy baja.
El último dato oficial del INDEC dice que hay 5.259.000 puestos de trabajo no asalariado de trabajadores independientes o por cuenta propia. Representan el 25% de los 20.685.000 puestos laborales en todo el país.
El trabajo independiente tiene dos categorías ante la Seguridad Social. Los monotributistas con aportes, que en diciembre sumaron 1.635.000 personas, y los autónomos, que según el último dato oficial son 398.000 personas.
De estas cifras se desprende que solo el 40% del trabajo independiente está registrado. El grueso trabaja en la informalidad.
Si bien el Gobierno lanzó una serie de medidas de auxilio financiero, a través de normativa específica del Banco Central, el riesgo concreto de un corte en la cadena de pagos está a la vista. No es tan difícil de imaginar la cantidad de cheques rebotados que van a aparecer, por más que el BCRA estiró los plazos de vencimiento.

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