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Atardecer en la Laguna de Gómez en Malabar Costero.
LA FÓRMULA “MÁGICA” MALTA, AGUA, LEVADURA Y LÚPULO ESTÁ HACIENDO ESTRAGOS EN JUNÍN

Cervecerías artesanales, un boom que continúa expandiéndose en la ciudad

La movida cervecera no pasa de moda y ya llegó a lugares impensados. En los últimos cinco años se abrieron más de 15 locales gastronómicos y puestos de recarga. Por su parte, los productores son más de diez, ya sea para el consumo propio o la comercialización.

Una de las esquinas de Paso y Carlos Pellegrini fue durante años una casa más de un barrio tranquilo en el que conviven las familias juninenses rodeadas de pintorescas calles y veredas angostitas. 
Tiempo atrás, nadie hubiera imaginado que ese lugar, alejado de cualquier circuito gastronómico y del centro de Junín, iba a cambiar su fisonomía con la llegada de la cervecería La Taberna.
La apuesta de abrir un puesto de recarga en esa esquina es apenas un ejemplo del boom de las cervecerías artesanales en la Ciudad que prácticamente, casi todos los días, están atestadas de gente degustando de sabores que no se encuentran en la góndola de un supermercado.


 Ya no se puede hablar de moda o fenómeno pasajero. El crecimiento en los últimos años no se detuvo y la expansión de los locales llegó a lugares impensados. En nuestra ciudad ya se abrieron más de 15, entre bares de marca (venden su propia cerveza), multimarca (expenden variedad de marcas) y puestos de recarga. 
Entre ellos, se encuentran La Birrería, Malabar, Malabar Costero, Duggan, Darwin, Berbek, Berlín, Chic (local de cinco años que debuta en el rubro), Ronnie Wood, La Estación, Trammer, El Patio, Krishna Cervecería Vegana, Barrio y La Taberna.
“El proyecto inicial era armar una fábrica de cerveza, en General Paz 366. Si bien al principio la idea era producir, después nos dimos cuenta de que la casa daba para abrir un ‘bar fábrica’”, dijo Federico Villafañe de Malabar. 
Hoy en día, Junín posee una amplia variedad de propuestas a la hora de querer disfrutar una rica cerveza acompañada por una gastronomía diferente a la que se acostumbra a pedir con un vino, entre sándwiches y papas rústicas con condimentos, una costumbre que llegó para quedarse desde Europa.

Productores
Además de la constante expansión de locales  cerveceros, la elaboración de cerveza artesanal es una actividad productiva que en Junín crece y encuentra un mercado deseoso por descubrir nuevos sabores. 
La fórmula “mágica” malta, agua, levadura y lúpulo está haciendo estragos en la Ciudad y se perfecciona día a día en gustos y aromas a pedido del público que cada vez se pone más exigente y conocedor del tema.


Entre los fabricantes con planta a gran escala se encuentran Lagoon, Subumbra (Malabar), Dinant (La Birrería), mientras que para consumo personal y alguna venta se encuentra Fausto, una cerveza elaborada en el garaje de una casa, Amelí y Stone Way.
Desde Lagoon, creada por tres hermanos, Sara Vozzi indicó: “Nosotros hoy tenemos un ritmo de embarrilar un día y cocinar al otro. Esta tarea generalmente la hacemos una vez por semana los sábados o domingos. En la planta tenemos dos secciones: arriba cocinamos y abajo almacenamos los barriles y también fermentamos”. 
Tanto para la comercialización con producciones de 900 litros hasta para el consumo propio y disfrutar de la elaboración casera de 50 litros, el “boom” del sector, que ya nuclea a unos más de diez productores en la ciudad, comenzó por su propia dinámica y de forma repentina.
El consumidor quiere beber mejor, saborear calidad y disfrutar más. Está ávido por probar diferentes estilos y variedades. Por eso, mientras se haga cerveza de buena calidad, el mercado seguirá creciendo.


“Nosotros tenemos cinco estilos fijos: ipa, dorada pampeana, saison, bitter (roja, con lúpulo inglés) y la robust porter que es la negra. Además tenemos un sexto estilo que es de rotación, como dos tipos de cerveza de trigo y la honey”, aclaró Vozzi.
Cabe destacar que las primeras producciones de cerveza artesanal en Argentina comenzaron en el sur, como Bariloche reconocida por Berlina y en Mar del Plata, famosa por Antares, donde empezaron a comercializar las fabricaciones propias.

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