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La Ford Ranger es el único vehículo apto para GNC desde fábrica.
AFIRMAN QUE LOS BANCOS NO OFRECEN BENEFICIOS, COMO SUCEDE CON LOS ELECTRODOMÉSTICOS

Por el aumento de la nafta, crecen las consultas para instalar el GNC en Junín

La crisis económica y los constantes incrementos de los combustibles hacen que la opción del gas natural comprimido se vuelva a presentar como una fuerte alternativa para los usuarios. Hoy, la inversión inicial se puede amortizar en más de un año, luego de la colocación.

La utilización del Gas Natural Comprimido es algo muy característico del mundo vehicular argentino desde su aparición a fines de 1984.
En poco tiempo tuvo un crecimiento enorme y de hecho, con Argentina a la cabeza, Latinoamérica es la segunda región del mundo con más autos impulsados a GNC, solo superada por Asia-Pacífico. 
Incluso el ex Secretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel, hizo pública su recomendación de la conversión al GNC, al ser mejor para el medio ambiente y amparándose en los proyectos para explotación de gas que se vislumbran en el futuro de la Argentina.
Más allá de esto, el punto que realmente interesa a cualquier usuario en épocas de vacas flacas, en el cual el GNC saca una ventaja que lo hace ser protagonista en nuestro país, es “la billetera”: a principios de siglo, entre todos los sacudones económicos, el parque de autos impulsados a GNC pasó de 600.000 a más de 1 millón en tres años.
“Por ejemplo, un tubo convencional de quinta generación de 65 litros ronda los 39 mil pesos. Los tubos se fabrican en Argentina, y los caños son importados. Hoy financiamos con tarjeta de crédito y con el Ahora 12, pero también aumentaron los intereses y tasas”, explicó Jorge Ferraris, quien instala GNC en Junín.
 “La gente consulta, pero lo que sucede es que los precios de los equipos están medio altos debido al aumento del dólar, ya que muchos elementos son de afuera. Yo estoy colocando cerca de diez por mes”, destacó.
“Para los electrodomésticos te dan muchas posibilidades, y parece mentira, pero para la instalación del equipo de gas, que también hace al ahorro de la gente, a los bancos no les interesa”, subrayó.
La nafta, una de las “vedettes” de la suba de precios, aumentó más de un 70 por ciento en el 2018, un incremento muy superior a la inflación, impactada por la devaluación de este año. El GNC también subió de precios pero no llega a ese porcentaje y sigue siendo un 50% más económico que el combustible líquido.
En este contexto inflacionario, cada vez son más los usuarios que se deciden por el camino de la conversión y realizan la inversión que representa el tubo y su instalación pensando en el ahorro a futuro.
“El gas sigue siendo el combustible más conveniente. Si gastás  5 mil pesos de nafta por mes, con el GNC gastás $ 2.500: en un año y medio lo amortizás al equipo. Hoy en Junín hay tres estaciones que cargan gas. El m3 en nuestra ciudad cuesta $ 23,80, pero en Chacabuco sale 19 pesos. Con el tubo de 65 litros podés hacer 180 kilómetros y lo llenás con 400 pesos”, explicó Ferraris.
Estadísticas del Ente Nacional Regulador de Gas (diciembre de 2018) informan que en Argentina hay 1.652.939 de vehículos habilitados con GNC, 100.000 más de los que había hace exactamente cinco años. 
 


Costos y tecnología
Para un automóvil moderno, los precios de los equipos de quinta generación parten desde los 39.000 pesos en tubos de 65 litros. Dentro de los costos también hay que tener en cuenta la renovación anual de la oblea, que es obligatoria llevar en el parabrisas.
Hoy en día el costo de la revisión y el trámite ronda los mil pesos. Asimismo, tampoco hay que olvidar la revisión del tubo cada 5 años, con un precio que hoy tiene un promedio de 1.700 pesos, aunque suele haber descuentos al realizar los dos chequeos a la vez.
Mientras que los vehículos del segmento B, de los más populares en nuestro país, promedian un consumo urbano de 10 litros cada cien kilómetros, que supone un costo de unos 400 pesos aproximadamente. Para recorrer la misma distancia a GNC se requieren unos 10 metros cúbicos, que a un costo de poco más de 22 pesos por m3 implica cerca de 220 pesos para recorrer 100 kilómetros.
Para recuperar la inversión de 40.000 pesos en el caso de un auto con el consumo especificado, se necesitarían recorrer 20.000 kilómetros, que al precio actual de los combustibles líquidos significarían 80.000 pesos de nafta.
Con los equipos de quinta generación, de inyección de combustible secuencial que imitan al original del vehículo naftero, el funcionamiento es igual ya que es controlado por la computadora original del auto y el regulador entrega gas a alta presión que es inyectado a cada cilindro de forma secuencial. Además, los equipos más modernos presentan un mejor rendimiento que extiende un poco más la autonomía respecto a sus antecesores.

Sin opciones de fábrica
Actualmente y después de haber intentado con varios modelos, ninguna automotriz ofrece un 0 kilómetro que venga de fábrica con GNC, pero en el caso de la Ford Ranger, la marca del óvalo conserva la garantía (cinco años o 150.000 kilómetros) en todas las versiones de su pickup si se le instala un equipo de GNC de quinta generación con factura y garantía del colocador.
El GNC sigue siendo una alternativa viable en nuestro país, para quienes hacen un uso diario de su vehículo por el ahorro que les representará y también porque la evolución de las tecnologías hace que el automóvil no se vea impactado por la conversión si todo se realiza de forma correcta y hay un mantenimiento en las piezas de encendido del auto, tales como las bujías, cables y bobina de encendido.
Hay que tener en cuenta las desventajas, como la menor autonomía a la hora de realizar trayectos largos y el espacio que se pierde en el baúl de los automóviles en los que el tubo no se puede instalar debajo del piso, lo que es una solución muy práctica para los utilitarios.

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