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UN PROBLEMA DEL SIGLO XXI: LOS DESECHOS URBANOS

Prometen terminar antes de fin de año una planta de clasificación primaria de residuos

Permitirá separar los inorgánicos de los orgánicos. Enfatizan la importancia de una tarea social con la gente que allí trabaja.

A fines de 2006, el Gobierno bonaerense sancionó una ley para que los municipios reduzcan un 30% la basura que generan en cinco años. Aunque la norma impulsaba prácticas más que prever castigos por incumplimiento, se convirtió en el primer llamado de atención para las comunas.
Desde el Gobierno Local de Junín aseguran que, aunque la meta es difícil, no es imposible. Igual, enfatizan que, más allá de lo porcentual, lo fundamental es trabajar en las prácticas que involucran al proceso de los desechos.
Para ello destacan las campañas que se llevan adelante desde el Municipio –como la anunciada esta semana para eliminar las pilas de forma segura–, al mismo tiempo en que reconocen que son pequeños pasos para lograr el objetivo mayor, que exige un cambio cultural mayúsculo. “Una reeducación”, define Mariano Demaría, secretario de Medio Ambiente del Gobierno Local.
A la hora de pensar en los cambios operativos más trascendentales, Demaría asegura que antes de fin de año estará terminada la Planta de Clasificación Primaria en el Relleno Sanitario de nuestra ciudad.
A través de ella, se separarán los residuos orgánicos y los inorgánicos, un proceso básico para pensar en el tratamiento de la basura. “Los orgánicos pueden servir para generar biogas o bioabono. Los inorgánicos pueden venderse una vez clasificados”, explica.
Hablar del Relleno Sanitario significa involucrarse en la vida de personas que allí encuentran su medio de subsistencia. DEMOCRACIA pudo comprobar ayer la dura realidad que se descubre en el basural. “El lado social es la piedra angular del problema y de una posible transformación”, reconoce el funcionario.
“Cualquier cosa que hagamos tiene que contemplar a los que están allí. Tuvimos algunas charlas con ellos y vamos a trabajar para que formen parte de los procesos posteriores: que puedan tener un trabajo digno en ese lugar”, promete Demaría.
La tarea comenzará con un relevamiento social para ver necesidades y luego preparar un plan a largo plazo para los que allí trabajan. Mientras tanto, prometen reor-denar los residuos en el lugar. “Incorporamos tecnología y ahora tenemos que hacer algunos trabajos de infraestructura”, relata el funcionario.
“La gente estaba acostumbrada a tirar desechos por todos lados. Estamos organizando el lugar”, asegura.  

Cultura del cambio

Para cambiar la realidad total de la basura en Junín, Demaría explica que hay una planificación seria desde el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) que se alimenta de informes periódicos de la secretaría de Medio Ambiente.
“Lo que se impulsa es la revalorización y la mini-mización de la basura”, precisa el funcionario. Ambos conceptos aluden a una postura constructiva: aprovechar la basura para otros fines.
Una vez más, la conciencia de la gente es fundamental. Por eso en el Municipio piensan en la creación de una “ruta verde”. “Comprenderá distintos puntos de la ciudad en donde se trabajará con la separación en origen de la basura. Este paso es fundamental y simplifica los posteriores”, razona De-maría.
También insistirán en las campañas. “Seguiremos en las escuelas porque los chicos se dan cuenta muy rápido de los problemas medioambientales y exigen actitudes de los adultos inmediatamente. Tenemos que reeducarnos”, termina. 

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