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Aunque ya no está más en Bienestar Social, Luciano Polo sigue juntando donaciones y repartiéndolas.
UN REFERENTE DEL EQUIPO DEL VERDE QUE ASCENDIÓ A LA A POR PRIMERA VEZ

Luciano Polo: “Soy un agradecido de la vida”

Pasó una infancia con muchas dificultades, pero salió adelante y fue una gloria del fútbol de Sarmiento. Las carencias de sus primeros años lo transformaron en un trabajador incansable en ayuda social.

El fútbol y la ayuda social son las dos actividades que atraviesan la vida de Luciano Polo y ambas tienen que ver con su infancia. Es que desde muy chico estuvo marcado por la pasión por la pelota, en un contexto que no le fue nada fácil: hijo de madre soltera, fue criado, prácticamente, por sus abuelos en un hogar donde no sobraba nada. “Varias veces pasábamos de largo”, recuerda hoy, graficando que no todos los días podían comer.
La huella de esos años en su Pergamino natal fue la que después lo transformó en futbolista profesional, consagrado en nuestra ciudad, y un dirigente político y social con una gran dedicación hacia los necesitados.

El fútbol
Fue su tío el que lo llevó al club Juventud de Pergamino, en aquellos primeros años de la década del 60. “La mía fue una infancia complicada, teníamos el baño a 30 metros de la casa, nos bañábamos con agua fría, había dificultades”, cuenta Polo.
El fútbol fue, entonces, una suerte de válvula de escape.
A sus quince años se hizo una prueba de jóvenes futbolistas para ir a Estudiantes de La Plata y de los 200 que se probaron, quedaron seis. Polo fue uno de ellos. Con sus ilusiones a cuestas, fue a parar a la pensión del Pincha, pero a la semana echaron a Miguel Ignomiriello, el entrenador que lo había llevado. Sin embargo, a los pocos días le consiguieron un lugar en Racing. Ahora sí estaba en un club de Primera.
Terminó las divisiones inferiores y en 1974 pasó a entrenar con el plantel profesional.
Debutó en la Primera como titular el 25 de mayo de 1975. Jugó ocho partidos seguidos y regresó al banco de suplentes.

“La mía fue una a infancia complicada, había dificultades”.

Sarmiento
Cuando le tocó el servicio militar en Junín, Juan Carlos Zubeldía era el técnico de Racing. Fue él quien le consiguió el traspaso a Sarmiento. Antes había tenido un paso de apenas tres meses por San Martín de Mendoza.
Acá jugó poco porque a los tres meses de haber llegado se lesionó.
La opción para comprar a Polo era de 300 millones de pesos pero hubo una devaluación tan grande que el Verde terminó pagando un valor irrisorio por su pase. Así que se quedó en Junín.
“Me gustó la ciudad, la tranquilidad que había acá”, afirma.

“El ascenso fue un orgullo porque quedás en la historia del club”.

El ascenso
Polo fue uno de los estandartes del equipo que ascendió por primera vez a Sarmiento a la máxima categoría del fútbol argentino. Según dice, “era un equipo formado por gente grande, tenía un coraje bárbaro, no arrugaba en ninguna cancha, eran hombres y se la aguantaban”.
Polo recuerda que él “venía del dolor del descenso de 1976”, pero después había podido subir a la B y, más tarde, a la Primera A: “Eso fue un orgullo porque quedás en la historia del club como jugador. Yo lo sentí como propio, porque jugué siempre, ya venía de antes en el club, me había comido los garrones anteriores, entonces fue una satisfacción enorme”.
Continuó en Sarmiento el tiempo en que permaneció en Primera, luego del descenso siguió un año más y en 1984 pasó a Chacarita.
En el 85 tenía todo arreglado para ir a San Lorenzo pero en el último partido de Chaca se quebró un tobillo: “Pasé seis meses de yeso, volví a Sarmiento, jugué un año y me retiré a los 31”.

Director técnico
Cuando colgó los botines, pasó a ser colaborador de Horacio “Taqueta” Barrionuevo en las inferiores de Sarmiento. En 1988 asumió como DT en El Linqueño, equipo con el que perdió la final con Rivadavia de Junín.
En 1989 fue otra vez ayudante de Barrionuevo y luego pasó a River de Los Toldos, donde estuvo cinco años y salió campeón en tres torneos seguidos. “Jugué un regional y perdimos la final por penales: fue el récord histórico de asistencia a un partido para el club, con 2.300 entradas vendidas”, recuerda.
Regresó como técnico a la Primera de Sarmiento en 1995 y logró ascender al equipo al Nacional B, luego de una recordada final contra Tigre.
En el Nacional B drigió al Verde trece partidos y lo echaron. Luego, salió campeón como técnico de Alsina de Los Toldos y de Viamonte Fútbol Club.
Trabajo social
Cuando dejó la dirección técnica Polo ya trabajaba con el entonces legislador provincial Mario Meoni. Y lo siguió haciendo cuando éste accedió a la Intendencia. Fue administrador de la Terminal de Ómnibus y más adelante, coordinador de Bienestar Social.
“A mí siempre me gustó ayudar a la gente, lo hice toda la vida, me encantó que me haya ofrecido ese puesto”, afirma.
Fue electo concejal en 2009 y reelecto en 2013. Y continúa con su labor social: “Hoy sigo juntando cosas, recibiendo donaciones y repartiendo en los barrios. Me gusta y la gente me busca”.

Balance
Polo afirma que nunca quiso ser dirigente aunque siempre seguirá vinculado al deporte porque es su pasión.
Y al momento de hacer un balance, señala: “Soy un agradecido de la vida. Me tocaron épocas malísimas, mi infancia fue complicada y eso me marcó y me llevó a reflexionar sobre la posibilidad de ayudar al que necesita. La vida me dio la posibilidad de venir a Junín, casarme, tener un hijo espectacular, y dos nietos y una nuera fenomenales. No me puedo quejar porque me ha ido bastante bien, y eso me permite ayudar a los demás”. 

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