¡Alimentación, Movimiento y Grito por la Libertad! Malestar en  Cuba

¡Alimentación, Movimiento y Grito por la Libertad! Malestar en Cuba

Las movilizaciones masivas del pasado fin de semana en la isla son la respuesta al hartazgo de los ciudadanos ante la rampante escasez. El Gobierno pone parches al descontento y busca culpables en Estados Unidos

Cubanos en Estados Unidos se sumaron a las protestas tras las manifestaciones en Santiago de


Los hijos de Maritza González, residente en Morón, Cuba, desconocen el sueño profundo desde hace tiempo. Afrontan la oscuridad que invade su hogar, luchando contra los mosquitos, incapaces de conciliar el descanso debido a los cortes eléctricos que azotan la provincia de Ciego de Ávila. La carencia de energía no solo les priva del confort del ventilador o el aire acondicionado, sino que también agota a Maritza, quien se ve obligada a abanicarlos con un trozo de cartón. Esta situación, denunciada por la Unión Eléctrica de Cuba durante semanas, se convirtió en el catalizador de las protestas masivas que estallaron el domingo 17 de marzo, desafiando al gobierno de Miguel Díaz-Canel.

La movilización comenzó en Santiago de Cuba y se extendió rápidamente por otras regiones como Matanzas y Artemisa. Lo que inició como demandas básicas de electricidad y alimentos, se transformó en un clamor por la libertad, con los manifestantes coreando consignas contra el presidente en ejercicio. A pesar del intento del gobierno por controlar la información, las imágenes de las protestas se difundieron, mostrando a multitudes entonando el lema "Patria y vida", símbolo de la resistencia.

Estas protestas, las más numerosas desde julio de 2021, reflejan la persistente insatisfacción ante la precaria situación económica que atraviesa el país. Los prolongados cortes de electricidad, de hasta 18 horas diarias en algunas zonas, rememoran la crisis vivida en los años noventa durante el Período Especial, agravada ahora por la falta de combustible y las averías en la principal central eléctrica del país.

El gobierno, enfrentando la indignación popular, desplegó medidas para sofocar las protestas, incluyendo el envío de alimentos a ciertas áreas y la intervención de fuerzas policiales y militares. Sin embargo, las manifestaciones persisten, evidenciando el descontento generalizado y la falta de soluciones a corto plazo.

Las acusaciones del gobierno cubano contra Estados Unidos, intentando desviar la atención de las causas internas de las protestas, han sido rebatidas por funcionarios estadounidenses. Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos reportan detenciones durante las manifestaciones, aunque la información sobre el número exacto de detenidos permanece difusa.

La situación en Cuba se ve empeorada por una economía contraída, escasez de alimentos y medicinas, y la ineficacia gubernamental, agravada por errores en la gestión de crisis. A pesar de las promesas de mejora por parte del gobierno, la incertidumbre y el malestar persisten entre la población, sin vislumbrarse una solución inmediata a los problemas que aquejan al país.

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