LA PROVINCIA

Entre urgencias y preocupaciones cotidianas

La inseguridad que azota al territorio bonaerense obligó al gobierno provincial a meter mano en el área más sensible de su administración. Las urgencias, aceleradas por amagues de nuevas reacciones ciudadanas, llevaron al gobernador Scioli a aumentar su exposición frente a este tema, poniéndose decididamente al frente de una situación tan compleja como urticante.

El gobernador está convencido de que buena parte del éxito de su gestión está atado a la posibilidad de reducir el índice de violencia que se registra en las calles. Y en los últimos días, tras los reclamos de varios inten-dentes, las protestas vecinales y la demora del ministerio de Seguridad en plantear algunas respuestas concretas a esos hechos puntuales, se convenció de la necesidad de salir a exponerse públicamente aún a costa de pagar un costo político más elevado.
Esa decisión explica su raid mediático de los últimos días por los estudios te-levisivos porteños, al mismo tiempo que el ministro Stornelli dejó de exhibirse tanto en público para concentrarse en atender las crecientes demandas que llegan de los distritos más variados.
No fue la única decisión que adoptó Scioli. En Casa de Gobierno se dice que ese cambio de actitud no implica haberle quitado respaldo político al ministro. "Al contrario, se quiere marcar que todo el gobierno está detrás de este tema", explican. Pero sí se admite que el gobernador está empezando a reclamar "resultados" a Stornelli.
En el ministerio de Seguridad también aparecieron, en consonancia, actitudes diferentes. Scioli ha dicho, y aún lo repite, que no lo eligieron para comentar los problemas de la Provincia. En la cartera de Stornelli, sin embargo, frente la magnitud de la situación y el hecho de que las expectativas de gestión estén por debajo de lo esperado, han resuelto que llegó la hora de blanquear algunas cosas.
Quizá sea un mecanismo de defensa frente a los reclamos ciudadanos. Acaso también constituya la descripción de parte de una realidad. Pero lo cierto es que ya no hay reparos en responsabilizar en parte de la situación de inseguridad y de la falta de equipamiento policial a la gestión anterior de León Arslanián.
En Seguridad dicen que los fondos que tienen no alcanzan para pagar deudas y al mismo tiempo equipar adecuadamente al personal policial. Sin embargo, el dato más fuerte lo aportó el jefe de la Policía, Daniel Salcedo. Dijo sin vueltas que no hay más delitos que antes, sino que se "blanquearon" los hechos que se cometen. Fue un claro disparo sobre el ex ministro, tan afecto a exhibir estadísticas ahora destrozadas por la nueva gestión.
Entre tanto, la situación en algunas comunas es, según describen sus inten-dentes, poco menos que dramática. En el caso de La Plata, directamente se habla de zonas liberadas para el delito. En otros casos hay reclamos porque aparecen hechos violentos desconocidos hasta hace un tiempo.
El cuadro se mezcla con denuncias sobre la capacidad de respuesta del ministerio de Stornelli. "Les pedimos refuerzos y finalmente los mandaron. Pero cuando llegaron no tenían armas", disparó asombrado un intendente del interior.
Hay quienes creen que la crisis de inseguridad en la Provincia debería impulsar a la administración de Scioli a buscar algún tipo de auxilio financiero de la Nación que permita incorporar equipa-miento policial. Algunos jefes comunales de la oposición, acuciados por la inseguridad, estarían a punto de formalizar esa propuesta.
Frente a ese panorama, las intrigas palaciegas se multiplican en Seguridad al compás de versiones de todo tipo. Tras la renuncia del subsecretario Martín López Perrando, en los últimos días se habló de la posibilidad de que otro de los fiscales que trajo Stornelli, Paul Starc, saliera del equipo ministerial, un cambio que finalmente no se concretó.
También rondan todo tipo de especulaciones acerca de la influencia que tendrá la comisión creada por el ministro para que lo asesore y que estará integrada por jueces, fiscales y hasta por policías retirados. Incluso se arriesga la posibilidad de que algunos de los que formen esa comisión puedan oficiar de pieza de recambio frente a una hipotética salida de Stornelli.

Luis D'Elía y la
reforma judicial

Si bien parece un hecho que los proyectos de reforma judicial que la gestión provincial considera sustanciales para contribuir al descenso de los niveles de inseguridad comenzarán a transitar con éxito esta semana por el Senado, han aparecido algunos nubarrones justo cuando el trámite no visualizaba obstáculos.
Llamó la atención que el piquetero Luis D'Elía saliera a cruzar con dureza estas iniciativas. Pero más aún que aclarara que había hablado el tema con el ex presidente Néstor Kirchner.
No habría que dejar de prestar atención a estos movimientos de D'Elía. Muchas veces ha sido el emisario de mensajes que el propio poder kirchnerista prefirió, por decoro o táctica política, no pronunciar. Y hay que contabilizar además que, tras su período de ostracismo en el poder, ha vuelto a ser cobijado por el gobierno.
En la práctica, su influencia y su poder de fuego legislativo en la Provincia son por demás modestos. Junto con otros referentes de sectores sociales, cuenta con un puñado de legisladores que no mella la holgada mayoría oficial. Pero el caso es otro: si su sorpresiva andanada contra la reforma judicial esconde alguna señal oficial para la gestión de Scioli.
Algunos sectores políticos prefieren desdramatizar el hecho y vincular a estas críticas con la decisión del gobernador de recortarles a estos sectores los espacios de poder que Felipe Solá les había otorgado con creces en el gabinete provincial.
Pero lo curioso del caso es que D'Elía echara mano a su verborragia horas después de haberse reunido con el ex presidente para hablar de la reorganización del peronismo y la incorporación al gobierno nacional de algunos de los dirigentes de estos grupos.

Salarios, cuestión
clave

La gestión provincial comienza a transitar además etapas decisivas en la negociación salarial con sus empleados. La definición de la problemática docente a nivel nacional será un aspecto crucial por dos cuestiones: en primera instancia, marcará qué flujo financiero se deberá pedir en carácter de auxilio a la Nación para cumplir el compromiso de la paritaria nacional de los maestros. Y en segunda instancia, cuál será la oferta que se realizará al resto de los estatales.
Pero en el medio surgen urgencias de todo tipo. La amenaza latente de que varios proveedores del Estado, en especial en el área de Salud, dejen de entregar insumos, estaría a punto de concretarse. Esta semana se encontraron con que la Contaduría de la Provincia decidió suspender los pagos a varios de ellos, de prestaciones correspondientes a varios meses atrás.
A este cuadro se suman las denuncias sobre faltantes de distintos elementos en los hospitales que vienen denunciando los médicos y que alertan sobre una "crisis sanitaria" en ciernes.
Frente a este panorama, los gremios estatales sondearon a los funcionarios sobre la posibilidad de enarbolar un reclamo concreto a la Nación para que envíe fondos frescos a la Provincia, más allá de la clásica y anual refinanciación de deudas y los aportes para obras públicas a varios municipios. Ninguno de los funcionarios que escuchó la propuesta abrió la boca.
Por ahora, Scioli no sería partidario de hacer públicos estos planteos en tren de no entrar en chisporroteos con el gobierno central. Aún cuando ya conoce en carne propia la envergadura de las dificultades financieras de la Provincia.

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