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MARKETING APLICADO

Voyeurismo comercial

La competencia como variable de ajuste.

 Introducción, crecimiento, madurez y declive. La vida de una marca o producto tiene diferentes etapas que deben ser atendidas y estimuladas. Una correcta lectura de las señales que determinan cada momento es vital para la salud de tu negocio. En la columna de hoy intento repasar esas señales focalizando con sentido crítico en una costumbre local: el Voyeurismo comercial. 
El entusiasmo inicial está dado, la apertura de un nuevo emprendimiento moviliza las emociones personales y familiares. Empuje, garra, ideas y buena energía están a la orden del día. Con el paso del tiempo, y sobre todo si la cosa funciona, comienza lentamente a decaer esa fuerza. Nos focalizamos en atender a los clientes y eso ocupa todo nuestro tiempo. En algunas ocasiones se naturaliza el éxito, como si fuera algo que está dado porque somos especiales. ¿Será esta una descripción cabal del ciclo de vida de un comercio de nuestra ciudad?

¿Qué pasa después?

Un día comenzamos a mirar a los costados, vemos que alguien más está pisando nuestro territorio. Con mayor frescura, dinamismo, ideas o lo que sea. Casi sin darnos cuenta notamos el declive, lento pero constante. No lo vemos en “lo nuestro” sino a partir de la presencia del otro, por “espiar” lo que están haciendo mejor y ahí comienza la corrida. En muchos casos la lectura es “copiar” lo que a “ellos” les funciona. Un grave error. No solamente llegamos tarde sino que además se percibe pérdida de identidad y desesperación. 
Redes, redes y más redes. Es cómodo, simple y no cuesta nada. Dedicamos horas a “espiar” y poco tiempo a pensar, proyectar por lo que nuestra reacción solo queda en la copia que iguala cuando en realidad siempre debemos diferenciarnos. Enfermizo. 
El vínculo con tu marca, producto o negocio se asemeja a una relación de pareja. Es única y necesita atención, renovación, aire, ideas y mucho amor. Se trata de accionar todos los días para que siga funcionando con naturalidad. Sí, también hay que observar, hacer una lectura del mercado, de las nuevas tendencias y cambios que podemos hacer pero solo como fuente de información. Sin el morbo enfermizo del voyeurismo. Si te gusta “espiar”, hacelo bien. ¿En qué momento está tu negocio?. 

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