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Barajar y dar de nuevo con la tarifa del gas

Barajar y dar de nuevo. Este es el resultado del fallo de la Corte Suprema que dio marcha atrás con las tarifas residenciales del gas. El Gobierno tendrá que sortear las audiencias públicas y, probablemente, avanzar con un ajuste más moderado.
Recalcular los costos fiscales y tratar de disimular el traspié que una semana atrás fue catalogado por sus voceros como catastrófico para el futuro energético del país. Un desatino similar al de asegurar hoy que está todo bien.
El hueco fiscal está en duda, aunque ya se dibujan salidas de coyuntura.
El ministro Prat-Gay anunció la colocación de deuda por 5.000 millones de pesos y ya se anticipó al campo que la reducción de 5% de las retenciones a la soja se postergará.
Probablemente no alcance. El fallo de la Corte dejó abierta la puerta a los reclamos empresarios que, como se apresuró el Gobierno a señalar, representa el 75% del consumo del gas. Faltan, además, la revisión de las tarifas eléctricas y quizás surjan dudas sobre la fijación del precio del gas en boca de pozo.

Fallo político
La Corte Suprema no le sacó de encima el problema al Gobierno. Y sin dudas, es un fallo político. Incluso hasta “populista” según habría reconocido el propio titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
Aunque la responsabilidad del fracaso es del Gobierno. Y en primer lugar del Presidente, que con este nuevo traspié suma otro desgaste personal, político y económico. Inimaginable meses atrás.
¿Y sus asesores? Sería un error del “equipo” sin rostro. Nadie asume responsabilidades. Como si esto le ahorrara daños al Presidente. Como si no fueran necesario “fusibles” en un gobierno democrático, que dieran un paso al costado ante tamaños errores.
Cándidas las declaraciones del jefe de Gabinete, el ministro de Justicia y otras de líneas inferiores que fracasaron con las recomendaciones y ahora parecen imaginar que mutando las declaraciones se supera el problema y se borran las percepciones de la opinión pública.

No serán inocuas
Qué derivaciones políticas tendrá el capítulo de las tarifas en el elenco oficial es hoy difícil de mesurar, aunque no podrían ser inocuas. Las crisis son oportunidades y esta podría ser un paso hacia algún otro horizonte.
En lo que respecta a los efectos económicos, la afectada de manera inmediata es la inversión en el sector energético. Aunque la incertidumbre sobre la inversión es más amplia a partir de las interferencias judiciales en las decisiones de política económica.
No es el único factor. El clima de negocios ha avanzado en los últimos meses, pero subsisten problemas estructurales, como la presión impositiva récord y la limitada competitividad de amplios sectores industriales, a lo que se suma hoy la cuestión judicial.
Los limitados avances con la inflación también influyen.
Impacto limitado
De cualquier modo, el conflicto con las tarifas ha tenido un impacto limitado sobre las perspectivas para el año próximo y el riesgo país.
El escenario internacional ha colaborado con la Argentina. Las tasas de interés bajas, incluso negativas en algunos países desarrollados, mantienen alta la demanda de bonos de países como la Argentina.
La debilidad del dólar también colabora con la estabilidad del precio de la soja y de la energía (gas y petróleo). No hay viento de cola como en la era K, aunque la coyuntura externa está dando más tiempo a la Argentina.

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