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MULTITUDINARIA DEMOSTRACIÓN RELIGIOSA AL PATRONO DEL TRABAJO

Fieles agradecieron a San Cayetano

Miles de peregrinos acudieron ayer al santuario porteño bajo la consigna "San Cayetano, celebramos la misericordia de Dios con los más necesitados".

Miles de fieles acudieron ayer a la iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio de Liniers, en una fiesta popular religiosa llena de color para agradecer y pedir al patrono del pan y el trabajo en su día.
Con la consigna de este año "San Cayetano, celebramos la misericordia de Dios con los más necesitados", el obispo auxiliar, monseñor Eduardo García, abrió a la medianoche las puertas del templo y, tras impartir la bendición, dio paso a los devotos en medio del repique de campanas y el resplandor de los fuegos artificiales.
Como es habitual desde hace 33 años, la primera en ingresar fue Delia Noris, una peluquera que con un poncho y cubierta por una bandera argentina recorrió de rodillas el trayecto desde el pórtico hasta el interior del templo donde se encuentra la imagen el santo patrono.
Cerca del mediodía una cola de 10 cuadras de peregrinos se extendió por la calle Bynnon hasta llegar a la intersección con Cuzco, a pocos metros del santuario, donde en todo momento fue incesante el ingreso de creyentes llegados de la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el interior de la provincia.
En inmediaciones de la iglesia decenas de voluntarios con chalecos amarillos y personal de Emergencia Civil de la Ciudad de Buenos Aires asistieron a los miles de fieles que se acercaron también a buscar una estampita o algo para comer y beber en los puestos abiertos durante todo el recorrido.
Desde los parlantes instalados cerca de la iglesia se oyeron cánticos religiosos y canciones populares entonadas por distintos creyentes y militantes católicos que suelen colaborar con el santuario, especialmente en esta fecha.
Con espigas de trigo en sus manos la multitud esperaba también la bendición concedida por un grupo de curas que recorría las filas esparciendo agua bendita.
En el interior del santuario otros religiosos bendecían objetos traídos por los peregrinos y confesaban a quienes lo deseaban.
Rosa y Manuel, dos personas mayores llegadas desde hora temprana desde la localidad bonaerense de Claypole, relataron que visitan el santuario todos los años para pedir por el "mantenimiento del trabajo" para sus hijos y sus nietos.
"Yo creo mucho en el santo, él me ha ayudado mucho en épocas difíciles y yo nunca he perdido la fe", dijo Rosa, mientras su marido recordó que la misa anteriormente era celebrada por el actual papa Francisco. 

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