FÚTBOL

OMAR FRíAS: “El Brujo”

Nacido futbolísticamente en BAP, fue campeón con Rivadavia de Junín en 1971 y tiene el récord de 12 penales convertidos en forma consecutiva en una final por el título de la LDO.

Nací en Junín en el barrio Padro Español. Fui a la escuela 22 como todos los pibes del barrio. Era una escuela muy numerosa en alumnos en ese entonces.

Había  un campito detrás de la escuela donde jugábamos al fútbol en el recreo.

También había casi un campito en cada esquina, no estaba tan poblada la ciudad como ahora.

Y jugábamos con una pelota de trapo o muy rara vez de goma, aunque ésta siempre se pinchaba por las circunstancias del campito que no aguantaba el roce con plantas, cascotes y otras cosas.

Algunos jugábamos con zapatillas y otros directamente descalzos. Era un barrio muy humilde, pero muy solidario.

Estaba Cofreces en Sarmiento que me quería fichar junto con mi hermano, pero siempre alguien se adelantaba en esos tiempos. Y ese fue don Juan Torelli, una institución en el club B.A.P.

Andaba por todos los barrios con la bicicleta buscando chicos y nos vio jugar. Fue a hablar a casa y nos fichó al día siguiente.

Arrancamos en la categoría más baja, hicimos todas las inferiores en el club B.A.P. Fuimos campeones en sexta “A”, sexta “B” y quinta.

Tres años seguidos logramos dar la vuelta. Teníamos un gran equipo. Ahí salté a primera división con Guruceaga, Pelli, Zagrodny, Roldán, y otros que ya no recuerdo.
Don Juan Torelli era el entrenador de las inferiores. Pero hacía todo. Te iba a buscar, te fichaba, te hacía entrenar, te preparaba el matecocido, prendía la caldera con gomas de auto viejas para que  te bañaras con agua caliente, en fin tenía un entusiasmo impresionante.

Íbamos a practicar sin faltar. Si era el único lugar donde había pelotas y ojo que no eran muchas, escaseaban, pero había seguro.

A los 16 debuté en primera. Estaba Coco Basso de técnico. Ese día enfrentamos a Rivadavia de Junín en un nocturno. Me puso de marcador izquierdo.

De ahí no paré más. Pero  nunca pudimos ganar un campeonato oficial con B.A.P. Llegamos a ser terceros en varias oportunidades. En los nocturnos dimos la vuelta tres o cuatro veces. Siempre fuimos protagonistas.

La deuda pendiente que me quedó con el club que me vio nacer y crecer fustbolísticamente fue la de ser campeón en un torneo oficial de la Liga Deportiva del Oeste.

Pasé a jugar en Rivadavia de Junín dos años. Salí campeón en 1971 que fue la famosa final de los penales. Jugamos contra Jorge Newbery en la cancha de Sarmiento. Empatamos uno a uno. Fuimos al alargue y empatamos dos a dos.

En ese tiempo la definición por penales no era un jugador por tiro, sino que se elegía un jugador para patear todos. Y me tocó a mí. Era una responsabilidad muy grande para el pateador. Fue un momento difícil.

Metí 12 penales seguidos. A partir del cuarto ya me tranquilicé y la tuve más clara a donde tenía que patear. Peteca Molina metió 11 y el último se lo atajó Cachi Gabrielli.

Me fui a jugar a Arribeños, un año. Hice otro en Teodelina y uno en Rufino. En la zona me fue bien. En Teodelina habíamos armado un equipazo, casi todos de Sarmiento y sin embargo terminamos cuartos.  Era muy difícil. Traían jugadores de Rosario y de Buenos Aires.

Volví a jugar en Independiente donde llegamos al cuadrangular final y terminé jugando en B.A.P. con el Lobo Contreras como técnico.  El Lobo por ahí no tenía mucho carácter, pero fue un ser humano extraordinario. Ya estaba medio como queriendo dejar de jugar. En esa época fue cuando le dije a un dirigente de BAP la famosa frase “andá a jugar vos al fútbol”. Fue una tarde que estaba renegado de ir a jugar. Pero después terminé bien el campeonato. Integré el famoso equipo cuya defensa era Barrios, Tosetto, Guruceaga y Sergio Ferreri.

Profesionalmente me quiso llevar Sarmiento, pero como yo tengo un problema en la vista la AFA no le aprobaba la contratación  porque no pasaba la revisación médica.

Antes se jugaba al fútbol. Hoy todos juegan a defenderse. Los partidos son trabados, enredados, difíciles. Se corre mucho y no se alcanza a apreciar mucho futbol. Hoy en los clubes te enseñan a correr y defender. Y además los campitos que desaparecieron hicieron que la gambeta se pierda. No sale un Orteguita ni por casualidad.

¿Messi o Maradona? Para mí los dos unos fenómenos, cada uno en su época.

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