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FIEBRE MUNDIALISTA

Una marea albiceleste invadió el centro juninense tras la victoria de la Selección

Miles de ciudadanos salieron eyectados de sus hogares y se concentraron en las principales calles comerciales de la Ciudad, donde dieron rienda suelta a una enorme felicidad.

Bastó que Maxi Rodríguez venciera la resistencia del arquero holandés en la tanda de penales para que una verdadera fiebre de júbilo y algarabía se volcara sobre las calles de Junín. El reloj marcaba las 19.50.
Desde entonces, en el ambiente se empezaron a confundir sonidos que anunciaban el comienzo de un festejo que se extendería casi hasta la medianoche en los barrios, pero sobre todo en el centro de la ciudad.
Bocinas, pirotecnia, sirenas, cánticos y el “Vamos Argentina” expresado con un vigor que no asomaba desde 1990, después de aquella semifinal en Italia con los locales que depositó al combinado nacional en el partido definitivo, también contra Alemania -como sucederá este domingo- le pusieron color y sonido a una noche de enorme felicidad. Noche que tuvo su punto neurálgico de manifestación en calles Rivadavia y Sáenz Peña, donde entre las 20.15 y las 22.30 no cabía un alma y no faltaban lágrimas de emoción. Una emoción por lo que se logró luego de 24 años y por una ilusión de campeonato que se agiganta a cada minuto. 

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