Los arqueólogos han demostrado que la civilización Siria, de origen árabe, es una de las más antiguas sobre la Tierra. Actualmente comparte fronteras con Turquía por el norte, Irak por el este, Israel y Jordania al sur, y Líbano por el oeste. En la antigüedad fue ocupada por los turcos otomanos.
En 1915, de acuerdo con registros de la iglesia de los cristianos sirios, fueron asesinadas 500.000 personas en manos del gobierno llamado de los Jóvenes Turcos. Esta aniquilación forma parte del genocidio perpetrado también contra los armenios.
El origen de los turcos otomanos se puede encontrar en las estepas de Asia Central, en el Turkestán. Con Osmán I empieza la expansión territorial de los turcos con la finalidad de crear un imperio que duraría casi siete siglos. Se apoderaron de los pueblos árabes, sometieron y masacraron a los sirios.
En Argentina llamamos turcos a los sirios, rusos a los judíos, gringos a los italianos, gallegos a los españoles y Yankees a los norteamericanos.
Pero no entiendo porqué los sirios permiten que sean llamados de turcos, siendo que ese gobierno, el de los Jóvenes Turcos, fue el que violó y asesinó a sus mujeres, empaló a sus hombres y les cortó la cabeza a sus niños y ancianos. Con el agravante de que jamás Turquía reconoció el genocidio, negándolo en la actualidad.
Es posible que la aculturación, la ignorancia o el desconocimiento histórico de los descendientes de sirios viviendo en Argentina, hace, que no le den la importancia y la verdadera dimensión que tiene la autenticidad de los hechos. Por eso jamás protestaron contra el apodo de “turcos”, que representa la humillación, la vejación y la muerte de sus antepasados.
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