TURISMO RURAL EN JUNIN

Estancia la Oriental: Spa en el campo

Mientras en todo el país se consolida la opción del turismo de estancias, en nuestra ciudad la legendaria Estancia La Oriental ofrece un servicio de primera línea en donde destacan las actividades recreativas, el contacto con la naturaleza y la calidez del trato.

En un mundo globalizado, en donde la cultura se uniforma y el gusto se estandariza lo singular cobra valor. Al menos así lo demuestra el creciente número de personas (argentinos y extranjeros) que hoy eligen el contacto con la naturaleza para vacacionar.

El Turismo Rural es un excelente instrumento para favorecer el desarrollo de los territorios rurales y, a la vez, un poderoso atractivo para los habitantes de las ciudades que demandan espacios naturales para su esparcimiento y recreación.

El sector agrario, por ende, ha dejado de ser sólo un proveedor de bienes, para adquirir una nueva dimensión como prestador de servicios. La tierra y las propiedades rurales se valorizan hoy no sólo por su potencial productivo, sino también por el paisaje y las manifestaciones culturales de su entorno.

A la vez que constituye un atractivo agronegocio para los empresarios rurales, el Turismo Rural presenta varias ventajas para el turista: permite el contacto con la naturaleza, en general es económico y cuenta con la ventaja de la simplicidad de los preparativos. Se trata de acercarse a la flora y la fauna, de comer asados, de andar a caballo. No es el servicio lo que lo vuelve seductor, sino la tranquilidad.

La Estancia La Oriental


La ciudad de Junín, en su escalada por convertirse en punto turístico de renombre, no podía estar por fuera de esta nueva tendencia. Entre las ofertas locales, la Estancia La Oriental invita a reencontrarse con la naturaleza, el descanso y las viejas costumbres del campo.

La Oriental es una estancia con historia. Perteneció a Don Justo Saavedra y en ella se criaban potrillos que competían en Palermo alrededor de 1890. Fue su renombrado propietario de antaño quien refaccionó el casco, creando ambientes exclusivos, pocas y señoriales habitaciones, grandes baños, living y comedor imponentes y mobiliario traído de todo el mundo.

En una época, su importancia ameritaba que el tren se detuviera en la tranquera de entrada.

Hace quince años que sus dueños actuales viven dedicados a devolverle a la estancia su esplendor original. Y en el afán de compartir su belleza, han abierto las puertas de la misma a quien quiera visitarla, brindando una atención cálida y personalizada.

Con un centenario bosque de más de 30 hectáreas, La Oriental ofrece caminatas por el bosque, una piscina con solarium, paseos en volanta o sulky, cabalgatas y bicicletas. Se puede practicar también golf y fútbol. Dentro del mismo casco, también puede practicarse arquería, croquet, bochas y juegos de salón.

Entre sus atracciones se destaca la Laguna El Carpincho, en donde pueden realizarse deportes náuticos, paseos en bote y pesca.

Se ofrecen también actividades programadas como clases de cocina (cómo hacer un asado y cómo asar en horno de barro), clases de tango y de polo.

La naturaleza misma es un atractivo, que permite al visitante descansar bajo su arboleda y disfrutar del aire puro del campo. El avistaje de ejemplares de la fauna lugareña es otra opción muy elegida por quienes buscan dejarse sorprender por el entorno que rodea la estancia.

Por otro lado, la estancia ofrece todo lo relacionada con las actividades rurales: desde cultivos de todo tipo a un gran número de cabezas de ganado vacuno, equinos y ovejas que pastan en los campos.

No es posible referirse a La Oriental sin detenerse en el culto a la cocina casera. Un horno de barro es casi el emblema de la tradición gastronómica del lugar. El buen comer y el relax aseguran un descanso majestuoso.

A la hora del turismo de estancia sin duda nuestra ciudad y su insignia en el rubro, la Estancia La Oriental, ofrecen el contacto con la naturaleza sin dejar de lado el servicio y la calidez humana. Basta con decidirse y tomar la ruta con apenas una muda de ropa para el fin de semana. Una opción por la tranquilidad que, sin embargo, no deja de ofrecer sorpresas para el visitante desprevenido.

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