El jefe del Estado Mayor del Ejército de Estados Unidos, el general James McConville, renunció ayer a su cargo debido a una congelación de nombramientos militares liderada por un senador republicano en protesta por las medidas implementadas por el Pentágono para facilitar el acceso al aborto, con lo que una segunda rama de las Fuerzas Armadas quedó sin comando.
“Desafortunadamente, por primera vez en la historia del Departamento de Defensa, dos de nuestros servicios están operando sin un jefe aprobado por el Senado”, lamentó el secretario de Defensa, Lloyd Austin, en la ceremonia de despedida de McConville de su cargo.
Más de 300 nombramientos son bloqueados en el Senado estadounidense desde hace varias semanas por parte de Tommy Tuberville, legislador por el estado de Alabama, quien se opone a la iniciativa del Departamento de Defensa para facilitar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
“Esta incapacidad para nombrar a los líderes de nuestras armas debilita el estado de nuestra preparación militar”, consideró Austin, informó la agencia de noticias AFP. El puesto de McConville será asumido por el general Randy George, vicejefe de Estado Mayor, que cumplirá ambas funciones para garantizar la gestión interna hasta su nombramiento oficial.
El Senado puede anular el bloqueo votando cada nominación individualmente pero ese proceso se hace mucho más largo que el procedimiento habitual de aprobar las venias por unanimidad, sin votación.
Tuberville exige al Pentágono que ponga fin a su política de asistencia financiera a soldados que deben viajar para abortar, luego de que numerosos estados abolieran el derecho a la IVE tras la polémica decisión de la Corte Suprema el año pasado que dejó de garantizarla a nivel federal.
El conocido Cuerpo de Marines -infantería de Marina- también se encuentra sin un jefe confirmado por el Senado desde el 10 de julio, en tanto que la situación puede empeorar, anticiparon agencias noticiosas.
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