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ADEMÁS DE LOS FESTIVALES, ESTOS ENCUENTROS TOMAN UN PAPEL CLAVE

Peñas folclóricas: un circuito que crece en todas partes del país

El folclore no solo es una cuestión arraigada en el interior de Argentina. Ahora, con la ayuda de las peñas, se generaron varios movimientos de música y baile.

Decenas de festivales, algunos célebres, absorben el movimiento folclórico veraniego en el interior del país; sin embargo, en Capital Federal y el conurbano persiste un circuito de peñas heterogéneo, a veces con estéticas opuestas, que despiertan fervor popular.
Con matices propios, La Peña de la Ribera (reducto de artistas jóvenes y en ascenso); el Patio de Parque Patricios (consolidado espacio al aire libre); La Posta (un proyecto itinerante); o La Peña del Colorado en Palermo (orientado al turismo interno) son algunos de los espacios que apuntalan este movimiento que, según el caso, enfatiza el baile, el hecho musical o el encuentro social.
Club Premier en Parque Centenario (con música grabada), Los Cardones (orientada al folclore norteño) o La Paila de Palermo (con acento en la propuesta gastronómica) también forman parte de ese circuito.
"La apertura de una peña muchas veces tiene que ver con la autogestión del músico y la posibilidad de tocar luego de Cromañón y el cierre por parte de (Mauricio) Macri de tantos centros culturales. También es nuestro caso", explicó Guillermo Ibáñez, encargado de La Posta, acaso uno de los espacios que mejor concilia el fervor autogestivo con la calidad sonora.
"Empezamos en un club de Boedo, que terminó clausurando Macri. Estuvimos mucho tiempo en el Club Fénix (Córdoba y Dorrego) hasta que, por las dificultades administrativas, decidieron no hacer más esta clase de eventos", apuntó.
El Patio de Parque Patricios, un espacio al aire libre que funciona con notable éxito de convocatoria todos los domingos desde hace 18 años en la esquina de Caseros y La Rioja, también sufrió la exigencia municipal.
"Hace unos años el patio sufrió una clausura; no sé cómo se puede clausurar lo que funciona bajo paredes imaginarias y tuvimos que sacar un permiso para poder continuar", explicó el violinista Jorge Gordillo, principal promotor del espacio.
"Lo que hacemos trasciende a una esquina. Recibimos una denuncia por ruidos molestos y vinieron 50 músicos a tocar y a dar apoyo como Jaime Torres, el padrino del espacio, León Gieco o Bruno Arias", repasó.
Eloy Falcón, encargado de La Peña del Colorado (Güemes 3657), que se reconvirtió hace dos años en un espacio cooperativo, asocia el surgimiento de las peñas con la voluntad  "revivir al folclore que estaba apagado en la década del 90".
La apuesta por un espacio gestionado por los propios músicos a veces representa la posibilidad de empujar también una concepción estética más abierta a la de los escenarios tradicionales. Y en otros casos sólo es una réplica.
"Nosotros buscamos que sea buena música, siempre desde nuestro discutible criterio y de lo que entendemos; que suene bien y que en todas las noches haya al inicio un espacio de música para escuchar antes de la peña beilable", reveló Ibáñez sobre La Posta. 

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