¿Por qué prepararnos para el parto?

Las mujeres, como mamíferas tenemos nuestro organismo diseñado para parir y durante siglos han nacido millones de bebés en casas, hospitales y clínicas. Nacemos con las hormonas, las cavidades y todo lo necesario para crear un bebé, que crezca en la panza y salga de ella naturalmente.
Entonces…  ¿ Por qué preparar el cuerpo para ese día si lo tenemos todo ? Sin preparación… ¿ No sabremos qué hacer ?.
Muchas mujeres vivimos desconectadas de nosotras mismas o nos escuchamos poco. Cada vez vivimos más separados de la naturaleza y nos han enseñado a no hacer caso al cuerpo y a evitar todo síntoma o dolor que tengamos. Quizás entonces no se trata de preparar el cuerpo, quizás la consigna es preparar la mente o entrenarnos a nosotras mismas para conectar y entregarnos al trabajo que nuestro cuerpo quiere realizar.
La primera frase con la que recibimos a las embarazadas que van a prepararse es “vos sos única, tu embarazo, tu parto, tu lactancia es única, tu hijo/a es único/a”. Por ese motivo no podemos decir que todas las mujeres van a recibir los mismos beneficios al prepararse previamente al nacimiento.
Algunas mujeres consiguen, mediante el trabajo corporal y las relajaciones, aliviar molestias causadas  por el peso de la panza, una mala postura, la tensión derivada de nuevas emociones. Otras están llenas de preguntas,  miedos, dudas por lo que va a venir, si lograrán sobrellevar los síntomas, etc.
Algunas madres piensan que la preparación es sólo para aprender a pujar y respirar, y se limita a los casos en los que el nacimiento ocurrirá por parto normal. También está la creencia de que deben recordar todo lo aprendido para “hacer las cosas bien” en el parto.
Con la experiencia ganada en estos 15 años de profesión, mi postura con respecto a la preparación es brindar herramientas,  que la mujer y su pareja, si está presente, puedan sentirse escuchados, acompañados, libres, con decisión y lleguen al nacimiento de sus hijos sintiéndose los protagonistas de este maravilloso momento.
Existen diversas modalidades de preparación: La que incluye trabajo corporal (esferodinamia, yoga, eutonía, gimnasia consciente, biodanza, etc.) que debe adaptarse a la embarazada, de acuerdo a la edad del embarazo, entre otros parámetros.
Las dinámicas de taller, especialmente cuando se busca integrar al padre del bebé o a familiares que quieren compartir esta experiencia. Las técnicas de respiración  y relajación que pueden servir tanto para el trabajo de parto como para una cesárea, para lograr el sueño en momentos de tensión, etc. Y por supuesto la teoría tan esperada, de la que derivan infinidad de preguntas, junto a la que se derriban muchos mitos.
Pueden hacerse en un salón, a domicilio, en el consultorio, en clases grupales o individuales. Solas, junto a la pareja o acompañante y hasta con participación activa de éstos. Visitando el área de maternidad o sala de partos donde nacerá el bebé también se logra pasar una gran barrera que muchas veces genera la imaginación y puede planearse qué queremos en el parto y que cosas no, como posiciones, acompañamiento, iluminación, música, duchas, masajes, etc.
De acuerdo a la modalidad les decimos cuándo comenzar, pero lo ideal es que no esperen a los últimos meses, hoy preferimos que lo hagan entre las 16 y 20 semanas (4- 5 meses) ya que encontramos mayores beneficios en quienes se preparan desde antes que ocurran los cambios más notorios del embarazo.
Para concluir, prepararse para el nacimiento es encontrarse con una misma, conectarse con el bebé,  buscar en nuestro ser,   descubrirse, aprender, compartir, liberar, tomar las riendas, reconocer que vamos a estar acompañadas y cuidadas para poder entregarnos al parto, y al mismo tiempo sintiendo que nuestra voz es escuchada y respetada. 6

(*) Lic. en obstetricia,
egresada de la Universidad Nacional de La Plata,
M.P. 10629.

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